Se probaron la unidad y fuerza del pueblo

 

R.Rassì  rassi@granma.cip.cu 

 

18 aprile 2006

 

"Considero que Girón demostró la cohesión de nuestro pueblo, puesta de manifiesto en la unión alcanzada entre el Ejército Rebelde, la Policía y las Milicias Nacionales Revolucionarias, todos surgidos de las masas, que fueron las fuerzas que vencieron a los invasores. Allí también se demostró que el imperialismo puede ser derrotado cuando el pueblo está dispuesto a luchar por una causa justa, en defensa de su Patria."

 

El coronel José Sandino (en la extrema derecha con gorra y camisa a cuadros) junto a los generales Efigenio Ameijeiras y Samuel Rodiles Planas, y a otros veteranos de Girón.

 

 

Lo anterior fue expresado por el coronel (r) José Sandino Rodríguez, quien cuando la agresión mercenaria del 17 de abril de 1961 era capitán de la Policía Nacional Revolucionaria, estaba al frente de una parte del Batallón 116 de las Milicias y de un grupo del Bon de la Policía y combatió en Girón contra los invasores.

 

Sandino Rodríguez es un veterano combatiente del Ejército Rebelde, donde alcanzó los grados de primer teniente en el Segundo Frente Oriental Frank País. También participó en la lucha contra los bandidos del Escambray, y como internacionalista en Etiopía.

 

Recuerda que había regresado del Escambray y se encontraba en el campamento de El Esperón, en la capital, cuando se produce el bombardeo a las bases aéreas de La Habana y Santiago de Cuba, el 15 de abril, preludio de la invasión. El día 17 les avisan que se concentren en la antigua Motorizada, hoy Unidad Provincial de Patrullas de la PNR en la capital, y les asignan el Batallón 116 de las MNR, que se dividió en dos grupos: uno a cuyo frente estaba Sandino, y otro dirigido por el también capitán del Ejercito Rebelde Luis Artemio Carbó Ricardo, quien cayó combatiendo en Girón.

 

"El 18 partimos para Matanzas, y de allí fuimos a Playa Larga, donde llegamos alrededor de las 8 de la noche de ese día. En la carretera vimos las guaguas con milicianos que habían sido bombardeadas y a muchos de ellos muertos. En el camino de Playa Larga a Girón, al amanecer del 19, llegó el refuerzo del Bon de la PNR, con el entonces comandante Efigenio Ameijeiras al frente. Allí me entregó una parte del personal y la otra a Carbó."

 

Agrega que en el trayecto hacia Girón se encontraban los tanques que habían sido atacados por el enemigo, uno de ellos en llamas. El capitán Carbó arengaba a los milicianos para que continuaran el avance cuando una ráfaga de ametralladora lo mata. "Perdimos a un gran jefe", apunta Sandino.

 

"Arribamos a Girón el día 19 como a las tres de la tarde. La Policía fue de las primeras fuerzas en llegar; nos enfrentamos a los mercenarios. Le aviso a Ameijeiras de la situación y nos envía refuerzos. También entraron los tanques. Luego de fuertes combates, el enemigo es derrotado y comienza a rendirse. Del Batallón 116 perdimos a varios milicianos, uno de ellos solo tenía 15 años de edad. También murieron numerosos combatientes de la PNR. El heroísmo garantizó que la invasión fuera liquidada en menos de 72 horas."

 

Luego de Girón, Sandino Rodríguez continuó en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, de las cuales pasó a la reserva en 1987 con el grado de coronel.

 

 

Día del Tanquista

Abnegación blindada

RENÉ CASTAÑO
rene.cs@granma.cip.cu 

 

Cuando el 18 de abril de 1961 los tanques T-34 y los cañones autopropulsados SAU-100 penetraron en los alrededores de Playa Girón, los invasores no imaginaron que los tripulantes de aquellos medios blindados, hombres sin experiencia en su empleo, contribuirían de forma tan decisiva a la victoria.

 

Foto: JOSÉ M. CORREA Nuestras dotaciones se sienten más seguras dentro de estas ©moles de hierroª, afirmó el teniente coronel Evelio Bernabé.

 

 

A 45 años de la primera gran derrota del imperialismo yanki en América, quizás del otro lado del Estrecho de la Florida todavía se pregunten cómo fue posible tal fracaso.

 

El teniente coronel Evelio Bernabé Borges, jefe de un batallón de la Gran Unidad de Tanques Rescate de Sanguily, Orden Antonio Maceo, lugar desde donde partieron los blindados para enfrentar la invasión mercenaria, refiere que entre los factores fundamentales que él considera propiciaron esa victoria estuvo la firmeza de las convicciones de los combatientes.

 

"Si en alguna medida esos bisoños tanquistas no dominaban a la perfección esa técnica recién adquirida, esto se suplió con el coraje, la audacia y la decisión de defender a la Patria que caracteriza a los combatientes cubanos."

 

EN LA ACTUALIDAD

 

Las potencialidades de nuestra técnica y la preparación del personal que la opera posibilita que hoy los tanquistas puedan enfrentar al enemigo en mejores condiciones, destaca Bernabé. "Nuestras dotaciones se sienten más seguras dentro de esas "moles de hierro". Su potencialidad y gran poder de fuego desarrollados en el combate, hacen de ellas un arma precisa, catalogada como el Puño de Acero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, agrega.

 

Estar dentro de una de estas "moles" es incómodo, todos vamos apretados (el artillero, el cargador, el conductor mecánico y el jefe del tanque), pero aun así este el medio de combate que prefiero por la seguridad que brinda a sus tripulantes y la eficacia del tiro para abatir al enemigo, comentó el teniente Yusnier Díaz, jefe de un pelotón de estos medios.

Dentro de ellos nada es fácil, acota el oficial, pero si la tripulación trabaja con amor todo se logra. "Nos sentimos orgullosos de ser tanquistas".

 

UN POCO DE HISTORIA

 

La inventiva de los combatientes del Ejército Rebelde para aumentar su poder de fuego dio la posibilidad de crear un blindado construido por orden del Comandante Camilo Cienfuegos para la toma de Yaguajay, con la utilización de un buldózer al que se le instalaron planchas de acero, ametralladoras y lanzallama.

 

Como claro reflejo del júbilo popular, por una Revolución ganada a sangre y fuego, pasaron a la historia las imágenes de la Caravana de la Victoria, en la que los principales jefes de la gesta revolucionaria entraron en enero de 1959 a la capital montados en medios blindados.

 

En Girón, un segundo disparo desde un SAU-100 resultó certero y acabó con las pretensiones del enemigo de reembarcarse en el buque Houston. Aquel disparo fue efectuado por el Comandante en Jefe Fidel Castro.

 

Tierras del continente africano también fueron escenario del heroísmo de estos combatientes y sus medios blindados. Los herederos de la caballería mambisa, que hoy celebran el aniversario 45 del Día del Tanquista, han legado a nuestra historia heroicas páginas de abnegación y coraje.

 

 

Batallón 339, primera línea de fuego

ARMANDO SÁEZ CHÁVEZ

 

 

Foto: EFRAÍN CEDEÑOCIENFUEGOS.—Ante una inminente agresión militar, se organizó aquí el 10 de abril de 1961 el Batallón de Milicias 339, cuyos integrantes en su gran mayoría procedían de la limpia de bandidos en el Escambray. Ese mismo día se entregó el armamento y partieron poco más tarde desde el aeropuerto civil —hoy Jaime González Grosiel—, el mismo que fue ametrallado el 17 de ese mes por aviones enemigos y defendido a todo fuego por otras fuerzas destacadas en el lugar.

 

"La misión asignada consistió en dislocarnos en los alrededores del central Australia, supuestamente para marchar después hacia un punto de posible desembarco enemigo. Aquí estábamos el día 15 cuando recibimos la noticia de los ataques al aeropuerto de Santiago de Cuba y a los de San Antonio de los Baños y Ciudad Libertad, en la capital. Sentimos el infinito orgullo de que entonces, Eduardo García Delgado, también cienfueguero, escribió en la pared con su sangre Fidel antes de morir", recuerda al cabo de 45 años el teniente coronel (r) Hugo Israel Alfonso Aday, quien formaba parte de la Plana Mayor del Bon 339 y hoy es miembro de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.

 

"El 17 de abril partimos hacia Bahía de Cochinos —explica Alonso— y fuimos de la vanguardia en enfrentar la invasión mercenaria, conscientes de por qué lo hacíamos, luego de que el Comandante en Jefe proclamara el carácter socialista de la Revolución, el 16 de abril, durante el entierro de las víctimas causadas por los ataques aéreos de la víspera.

 

"El 339 combatió primero en Playa Larga y más tarde en Pálpite, en este último para enfrentar a los paracaidistas que se lanzaron por allí". De las primeras acciones, refiere el combatiente, el mayor impacto fue el desconcierto de la tropa ante la confusión que provocó la aviación agresora con las insignias de la Fuerza Aérea cubana.

 

"A nuestro Batallón le mataron 14 milicianos y tuvo alrededor de 50 heridos. Vi caer cerca de mí a Alfredo Placeres, cuya muerte me impresionó mucho y no pude menos que sentir temor de que le sucediera lo mismo a mi hermano Leonier, que también combatía no lejos de allí."

 

Reconoce este oficial, quien permaneció activo por 26 años en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que tuvo el privilegio no solo de luchar en Girón por la Patria y el Socialismo, sino que fue de los primeros en llegar al frente y de los últimos en marcharse, porque el Bon 339 tuvo la misión de "peinar" la zona en la búsqueda de mercenarios que pudieran escapar. Por algo esta fuerza fue la que marchó a la vanguardia del desfile en la Plaza de la Revolución ese Primero de Mayo.

 

 

Mujeres en la retaguardia

Texto y Foto: VENTURA DE JESÚS

 

MATANZAS.—"Al iniciarse el bombardeo, pensábamos que era una tormenta o algo parecido. Aquello fue horroroso para las familias de aquí, del pueblo, y de los cenagueros", recuerda Elsa Cabrera.

 

Elsa y Rolando, un matrimonio que contribuyó a la Victoria de Girón. 

 

"Aunque nos preparábamos desde hacía meses, la gente se resistía a creer que se trataba de una agresión imperialista. Enseguida se conoció lo que sucedía, y en la casa nos pusimos en pie de lucha.

 

"El ruido de las armas se sentía aquí en Jagüey Grande como si estuviéramos bajo el fuego. El cielo se estremecía y era como si la tierra estallara bajo nuestros pies.

 

"Hoy resulta fácil recordarlo, pero en aquellos primeros instantes hubo desconcierto, lo cual no impidió que mucha gente, sin descartar a las mujeres, hiciera lo que estaba previsto."

 

Por suerte, Elsa había pasado un curso de brigadista sanitaria y contaba, además, con el apoyo de su esposo. Un rato después, ya se garantizaba la retaguardia de los primeros combatientes que hicieron frente al agresor.

 

Elsa es lo que se dice una mujer bien plantada, y admite haber tenido la suerte de compartir la vida con Rolando Ojeda, un hombre humilde y generoso con quien lleva de casada 55 años.

 

En abril de 1961 apenas tenía 20 años de edad y enalteció en su condición de brigadista sanitaria la labor de salvar vidas. Con dinamismo y abnegación, ella y otras muchas mujeres del territorio auxiliaron a infinidad de personas.

 

"Habilitaron un hospitalito de unas 80 camas en lo que había sido el Casino Español, para ofrecer los primeros auxilios. Yo me encargaba, más bien, de coordinar todo lo relacionado con la llegada de los heridos y del avituallamiento. Hubo un momento en que todas las camas estuvieron ocupadas.

 

"Y una de las cosas de más impacto fue la reacción del pueblo. Todo el mundo quería contribuir con la causa. La gente se presentó para donar sangre y cooperar en lo que fuera necesario."

 

Aquella agresión fue la primera derrota del imperialismo yanki en América, a pesar de que los mercenarios venían bien armados, organizados y contaban con apoyo del gobierno de EE.UU. Pero chocaron, agrega, con el coraje del pueblo, sus milicianos y sus heroicos soldados rebeldes.

 

 

Recuerdos de un miliciano

ALEXIS SCHLACHTER

 

Juan Gabriel Yanes Casales tiene hoy 71 años de edad. En la vida cotidiana puede que en algún momento olvide situaciones o hechos. Pero su juventud, exactamente cuando tenía 26 años, la marcha indetenible hasta llegar a las arenas de Girón y ya allí, en la distancia, ver al Comandante en Jefe dirigiendo las operaciones... Esos recuerdos han quedado sin espacio para el olvido.

 

Foto: ALDO MEDEROSJuan Gabriel Yanes no olvida Girón.

 

"Después de la limpia del Escambray, en la que participé como miliciano de filas, fui trasladado junto a mis compañeros del Batallón 117 a un aeropuerto en construcción, cerca de Santa Clara, al cual debíamos defender en caso de agresión.

 

"El 16 de abril de 1961 siempre lo tendré presente. Escuché por la radio noticias sobre los ataques a los aeropuertos de La Habana y Santiago de Cuba, anuncio de que la amenaza imperialista se había hecho realidad de metralla y muerte.

 

"Después Fidel habló al pueblo y proclamó el carácter socialista de nuestra Revolución.

 

"Cuando nuestro Bon recibió la orden de combate, todos los milicianos sabíamos qué íbamos a defender y supimos cumplir con honor el compromiso. Ninguno de nosotros falló. En los tres días de lucha sin cuartel hubo compañeros heridos, muertos..., pero nadie dudó en hacer válido nuestro compromiso con la Patria, con el Comandante en Jefe...

 

"Yo tenía a mi hijo recién nacido y distante en el hogar. Así fui al combate; peleé por defender su futuro, el de mi familia, el de todo el pueblo.

"A pesar de mis años, sigo dispuesto a defender la dignidad, ahora de mis nietos. Siempre con Girón en la memoria."