DISCURSO DE RAÚL CASTRO RUZ, EN LA

SESIÓN EXTRAORDINARIA DE LA ASAMBLEA

NACIONAL DE ANGOLA, EN HONOR A LA

VISITA DE LA DELEGACIÓN CUBANA

 

LUANDA, ANGOLA, 5 DE FEBRERO DE 2009,

AÑO DEL 50 ANIVERSARIO  DEL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN.

 

Estimado Fernando da Piedade dos Santos, más conocido por nosotros por “Nando” , Presidente de la Asamblea Nacional de la República de Angola;

 

Distinguidas Diputadas, Diputados e invitados:

 

Constituye un alto honor y un privilegio trasmitirles el saludo y el abrazo de hermandad del pueblo cubano y del Jefe de la Revolución, compañero Fidel Castro Ruz. Emociona pisar otra vez la patria de un pueblo noble y solidario, de hombres y mujeres, niños y ancianos, que ha ofrendado lo mejor de sí, su propia existencia, en aras de la justicia, el bienestar y la unidad nacional.

Por esos ideales lucharon unidos angolanos y cubanos durante largos años, por preservar la independencia, la soberanía y la integridad territorial de  Angola.

Desde el comienzo de la lucha independentista, el 4 de febrero de 1961, los cubanos expresamos nuestra solidaridad con tan justa causa. Recuerdo los primeros intercambios de varios compañeros con el camarada Neto, entre ellos el Che Guevara y el hoy general de brigada Moracén, conocido en Cuba y también en Angola con el justo calificativo de “Quita fusil”. Y cuando el 11 de noviembre de 1975 se proclamó  la independencia,  sentimos como propia la victoria y durante 15 años aportamos nuestro modesto esfuerzo para preservarla.

En una solemne ceremonia, a la misma hora en todo el país, el 7 de diciembre de 1989, con la presencia en Cuba del Presidente José Eduardo dos Santos, dimos sepultura a los 2 077 compatriotas que dieron su vida en tan noble empeño y que durante largos años reposaron en la hermana tierra angolana, hasta que al final de la contienda, y así se lo habíamos ofrecido a sus familiares: juntos vinieron y juntos regresaron al sagrado suelo de la Patria. De los 169 municipios que tiene nuestro país, menos en dos, en el resto, 167, se guardan los restos de los heroicos combatientes cubanos caídos en esta tierra. Más de 350 mil combatientes internacionalistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba y cerca de 50 mil colaboradores civiles cubanos llegaron a esta tierra de forma absolutamente voluntaria, desde el más modesto soldado hasta el general de mayor graduación, convencidos de que simplemente pagaban una deuda histórica con África.

Por las venas del pueblo cubano corre sangre de los hijos de este continente. En nuestras mentes están los ideales de libertad y resistencia legados por nuestros antepasados, buena parte de ellos esclavos procedentes del África negra, sobre todo la parte occidental del continente, y sus descendientes, que se sumaron masivamente a la lucha por alcanzar la independencia de Cuba.

Cuando se  planificaba esta operación, decidimos ponerle el nombre de Carlota, que no era más que el nombre de una esclava, al parecer de origen angolano, que dirigió una sublevación de esclavos en la provincia de Matanzas, al este de la capital cubana, en el siglo XIX. Como todas esas continuas sublevaciones, fracasaron, pero cada una de ellas era a su vez un triunfo sobre el más bochornoso pecado de la historia de la humanidad.

En esa ocasión Carlota pudo escapar y más adelante, volviendo del bosque, que aquí llamamos “mata”, organizó otra sublevación de la dotación de esclavos de otra pequeña fábrica de azúcar, en esta ocasión fracasó también y ella fue capturada. La sanción inmediata de los colonialistas europeos no se hizo esperar, delante de los supervivientes y de otras dotaciones vecinas, sus miembros fueron atados a cuatro caballos y ferozmente descuartizada.

Como sabíamos que esto era lo que pretendían los colonialistas y otros no colonialistas de otras tierras, era lo que pretendían hacer con Angola. Creo que fue justo ponerle este glorioso nombre de una hija de este país. (APLAUSOS).  

 En septiembre del 2007, el Presidente Dos Santos, en una histórica visita a Cuba, nos expresó el deseo de comenzar una etapa superior en el desarrollo de las relaciones entre los dos países.

Sé que expreso el sentir de nuestro pueblo, al ratificar ante ustedes, diputados elegidos por el pueblo, el compromiso que asumimos con el entrañable camarada Presidente Agostinho Neto: estar junto a nuestros hermanos angolanos en los tiempos malos y buenos, apoyándonos mutuamente (APLAUSOS).

Como siempre, la cooperación cubana estará al servicio de los nobles anhelos de paz y prosperidad de los hijos de esta tierra.

Hoy Angola disfruta de estabilidad y paz y es un ejemplo para otros muchos países, de cómo supieron resolver sabiamente sus grandes diferencias (APLAUSOS). Es un merecido derecho conquistado por su pueblo. Hoy el gran desafío es la reconstrucción nacional, el desarrollo y la elevación del bienestar de los ciudadanos. En esta gigantesca tarea, que implica reconstruir miles de kilómetros de carreteras, numerosos puentes, viviendas e industrias, concentra la nación todos los esfuerzos en medio de la crisis económica internacional y de la incertidumbre que esta genera.

Ese extraordinario empeño es guiado por la responsabilidad y la entrega con que ustedes, señoras y señores Diputados, cumplen el mandato recibido. Conocemos de su especial desempeño en respaldo al esfuerzo del Estado para dar cumplimiento a su elevado compromiso con el pueblo.

En la nueva y trascendental batalla por el desarrollo, la paz y el bienestar, los cubanos estaremos una vez más junto a nuestros hermanos angolanos.

Recuerdo especialmente ahora al Presidente Agostinho Neto, cuando proclamaba el derecho de Angola, de Cabinda a Cunene, con sus casi millón y cuarto de kilómetros cuadrados, que sea un solo pueblo y una sola nación (APLAUSOS) y con el sacrificio de todos ustedes, de todos los angolanos, esa gran cantidad de sangre derramada, entre la que con honor y con honra se encuentra un poquito de nuestra sangre, disfrutamos hoy al contemplar a los representantes de este noble pueblo reunidos en su Parlamento y trabajando para el futuro y para el bienestar de todos.

Muchas gracias

 

DISCURSO RAÚL CASTRO RUZ, EN EL INICIO

DE LAS CONVERSACIONES OFICIALES CON

EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA DE

ANGOLA, JOSE EDUARDO DOS SANTOS

 

LUANDA, ANGOLA, 5 DE FEBRERO DE 2009,

AÑO DEL 50 ANIVERSARIO  DEL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN.


 

Querido Presidente José Eduardo Dos Santos:

Estimados compañeros angolanos y cubanos:

Es para mí un honor y un momento de especial significación encontrarme una vez más en este querido país, que simboliza mucho para todos nuestros compatriotas. En especial, porque a lo largo de duros tiempos fuimos capaces de forjar una hermandad indestructible, resultante del sacrificio y el legado de miles de vidas de angolanos y cubanos, ante los innumerables desafíos que juntos asumimos en la salvaguarda de la independencia, la soberanía y la integridad territorial de este país hermano.

Es una feliz coincidencia iniciar nuestra visita, cuando se cumplen exactamente 48 años del inicio de la lucha armada de este heroico pueblo contra el colonialismo portugués, encabezada por el MPLA, bajo la dirección del entrañable compañero y amigo Agostinho Neto.

Dos meses y medio posteriores a esa acción revolucionaria del MPLA, en Cuba se libraban igualmente grandes batallas en defensa, en este caso, de su independencia y su soberanía. Precisamente los días 17, 18 y 19 de abril próximos, también se celebrara el 48 aniversario de la gran victoria de Playa Girón, frente a la agresión imperialista mercenaria de aquellos días.

La hermandad histórica entre Cuba y Angola es indestructible. Fue forjada en la lucha común contra el colonialismo y el apartheid, bajo la guía de dos hombres excepcionales: Agostinho Neto y Fidel Castro.

En 1988 cambió radicalmente el curso de los acontecimientos en el África Austral. La victoria alcanzada en Cuito Cuanavale y fundamentalmente la ofensiva en el frente sudoccidental, preservó la independencia de Angola, permitió que Namibia la obtuviera y asestó al apartheid un golpe mortal, preámbulo imprescindible para el nacimiento de una nueva Sudáfrica.

Hoy los tiempos son otros. Cuba y Angola avanzan en el camino del desarrollo y el bienestar de sus pueblos, y se insertan con éxito en un mundo cada vez más complejo.

La cooperación bilateral por el desarrollo económico y social que hoy nos enorgullecemos de incrementar de manera constante, tuvo un impulso decisivo con su presencia en Cuba, compañero José Eduardo, en septiembre del año 2007. En esa oportunidad usted expresó:

“Angola y Cuba son pueblos hermanos. Tuvieron amistad en los momentos más difíciles de la lucha por la independencia y sus lazos han sido forjados con sangre y sacrificio".

Nos satisface constatar la realidad de paz y el compromiso del MPLA, el Gobierno y el pueblo angolanos con la reconstrucción económica y la profundización de la unidad nacional, de Cabinda a Cunene, como sentenciara el inolvidable Doctor Agostinho Neto. En alcanzar ese máximo objetivo ha sido decisivo su papel personal, compañero José Eduardo.

Aprovecho esta oportunidad para reafirmar ante usted y los cuadros políticos y del Gobierno, el compromiso de contribuir modestamente a la reconstrucción económica, con el aporte de nuestros especialistas y trabajadores internacionalistas.

Cuba enfrenta retos importantes y la permanente agresión de un férreo y vengativo bloqueo. En el 2008, tres poderosos huracanes dañaron seriamente la economía y la infraestructura de nuestro país.

Expresamos una vez más nuestro agradecimiento al Gobierno y pueblo angolanos por su generosa ayuda en ese difícil momento, gesto que nunca olvidaremos.

Estamos seguros de que esta visita redundará en beneficios palpables para nuestros pueblos, que bien lo merecen por haber enfrentado con decisión, valor y constancia grandes desafíos para alcanzar la independencia, preservar la paz y fomentar el desarrollo.

Reitero el agradecimiento del pueblo cubano, de la Dirección de nuestro país y el mío propio, por la solidaridad que nos brinda Angola, y usted en especial, estimado Presidente.

Reciba usted, y en su persona todo el pueblo angolano, el saludo fraterno de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y sus mejores votos para que toda la buena obra ya hecha y la que está por venir en esta tierra hermana, se consolide y crezca.

Muchas gracias