Editoriale The Washington Post

Editoriale del Washington Post sulla visita di militari cubani negli USA, dimentica che la sovranità è intoccabile

Edmundo García https://lapupilainsomne.wordpress.com

twpIl quotidiano Washington Post ha pubblicato un altro editoriale mettendo in discussione il processo di normalizzazione delle relazioni tra Cuba e USA; in questo caso, l’editoriale “On U.S.-Cuba military cooperation, proceed with caution” -“Sulla cooperazione militare degli USA-Cuba, procede con cautela” chiama a fare attenzione nello sviluppo delle relazioni dirette tra militari cubani e nordamericani, dicendo che è moralmente inaccettabile e che gli USA stanno facendo con Cuba più di quello che fanno con altri paesi, poiché i militari starebbero usurpando compiti che in altri casi vengono lasciati nelle mani di civili.

Si suggerisce inoltre l’esistenza di corruzione nelle Forze Armate Rivoluzionarie (FAR), che dimostra una grande ignoranza della realtà cubana. I militari cubani sono addestrati in accademie di livello medio e superiore dove acquisiscono valori a partire da un impeccabile processo pedagogico che lo stesso presidente Raul Castro, nella sua qualità di Ministro delle FAR, ha seguito da vicino. Non vi neppur un accenno di corruzione tra i militari cubani; è un corpo che ha dimostrato l’onestà e l’efficienza in tutte le attività che ha intrapreso, ossia vincere in combattimento o rendere redditizia un’area dell’economia.

L’editoriale del Washington Post mostra anche grande ignoranza sul percorso che hanno seguito le relazioni tra Cuba e USA, dove proprio i colloqui in ambito militare sono tra i più stabili e discreti che siano stati realizzati. E’ noto che da tempo militari cubani e nordamericani si visitino, su entrambi i lati del confine tracciato a Guantanamo, dove una base navale USA occupa illegalmente una parte del territorio cubano.

Inoltre esiste una sperimentata cooperazione tra le forze armate di Cuba e USA su temi di reciproco interesse; come è la lotta al traffico di droga, la sorveglianza sull’emigrazione clandestina così come un rigoroso scambio di informazioni nel controllo di voli e piani per affrontare calamità naturali. Nell’area epidemiologica, come dimostrato nel caso di Haiti, anche vi sono stati sforzi coordinati; come facilitazioni di voli attraverso lo spazio territoriale, o l’approccio alle missioni mediche in funzione. In questa materia, entrambe le parti si rispettano e si trattano in modo responsabile.

Il menzionato editoriale calunnia alcuni funzionari cubani che partecipano a cicli di colloqui con militari USA, segnalando che prima spiavano quando lavoravano negli USA. Come disse in “The Real News Network” il Colonnello Lawrence Wilkerson, ex capo dell’ufficio di Colin Powell, “Sì, gli israeliti ci spiano tutto il tempo”; perché lo spionaggio esiste anche tra paesi amici; è la realtà. Anche se, come ho detto, nel caso a cui si riferisce l’editoriale del Washington Post non è corretta tale segnalazione. E a proposito di Colin Powell, è bene ricordare che fu lui che considerò che Cuba non costituiva un pericolo militare per gli USA nei momenti di maggiore bellicosità della destra cubano-americana.

Ciò che soprattutto ha infastidito The Washington Post è stata la visita realizzata, lo scorso 21 aprile, da un gruppo di specialisti e militari cubani alla base aerea di Cayo Hueso, in Florida, che gli USA dispongono per le zone di conflitto in America Latina. Ad alcuni dà fastidio quel livello di rispetto verso gli ufficiali cubani.

E li preoccupa perché The Washington Post non è più il giornale che era prima. Se qualcuno vuole verificare la svolta reazionaria presa da questo media, basta guardare il modo in cui ora lo acclamano antichi detrattori delle sue pagine, come Frank Calzón e Mauricio Claver Carone, pettegoli della politica anticubana e pro blocco a Cuba in Washington DC.

Il rancore in The Washington Post verso Cuba ha a che fare con diversi fattori. Si relaziona ad un cambio generale della politica editoriale a partire da un cambio nei proprietari ed azionisti. Influisce inoltre il suo senso di concorrenza imprenditoriale, con il New York Times, che segue una linea diversa nel trattamento delle relazioni tra Cuba e USA; e la quantità di denaro che ancora circola nella capitale USA per criticare Cuba.

In breve, l’editoriale de The Washington Post, abbastanza ridicolo, sembra voler scegliere i funzionari cubani che devono conversare con i loro pari USA. Gli editori di quello che un tempo fu un giornale prestigioso, dimenticano che la sovranità di Cuba è intoccabile in qualsiasi punto di una relazione.

(www.latardesemueve.com / @edmundogarcia65)

Editorial de The Washington Post sobre visita de militares cubanos a EE.UU., olvida que la soberanía es intocable

Por Edmundo García

El periódico The Washington Post ha sacado otro editorial cuestionando el proceso de normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos; en este caso, el editorial “On U.S.-Cuba military cooperation, proceed with caution” llama a tener cuidado en el desarrollo de relaciones directas entre militares cubanos y norteamericanos, diciendo que es moralmente inaceptable y que Estados Unidos está yendo con Cuba más allá que con otros países, pues los militares estarían usurpando tareas que en otros casos se dejan en manos de civiles.

Se sugiere también la existencia de corrupción en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), lo que demuestra una gran ignorancia de la realidad cubana. Los militares cubanos están formados en academias de nivel medio y superior donde adquieren valores a partir de un proceso pedagógico impecable que el propio presidente Raúl Castro, en su condición de Ministro de las FAR, ha seguido de cerca. No hay ni asomo de corrupción entre los militares cubanos; es un cuerpo que ha demostrado honestidad y eficacia en todas las tareas que ha asumido, ya sea la de vencer en un combate o hacer rentable un área de la economía.

El editorial de The Washington Post muestra además gran desconocimiento en la ruta que han seguido las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, donde precisamente las conversaciones en el ámbito militar son de las más estables y discretas que se han realizado. Se conoce que desde hace tiempo militares cubanos y norteamericanos se visitan a uno y otro lado de la frontera trazada en Guantánamo, donde una base naval norteamericana ocupa ilegalmente una parte del territorio cubano.

Existe también probada cooperación entre los cuerpos armados de Cuba y Estados Unidos en cuestiones de interés mutuo; como es la lucha contra el narcotráfico, la vigilancia sobre la emigración ilegal, así como un riguroso intercambio de información en control de vuelos y planes para enfrentar catástrofes naturales. En el área epidemiológica, como demostró el caso de Haití, también se han dado esfuerzos coordinados; como la facilitación de vuelos a través del espacio territorial, o el acercamiento a las misiones médicas en funciones. En esta materia, ambas partes se respetan y manejan con responsabilidad.

El mencionado editorial calumnia a algunos funcionarios cubanos que participan en las rondas de conversaciones con militares norteamericanos, señalando que antes espiaban cuando trabajaban en Estados Unidos. Como dijo en “The Real News Network” el Coronel Lawrence Wilkerson, ex jefe de despacho de Colin Powell, “Sí, los israelitas nos espían todo el tiempo”; porque el espionaje existe incluso entre países amigos; es la realidad. Aunque como dije, en el caso a que se refiere el editorial del Washington Post no es correcto este señalamiento. Y ya que hablamos de Colin Powell, es bueno recordar que fue este quien consideró que Cuba no constituía un peligro militar para Estados Unidos, en los momentos de mayor belicosidad de la derecha cubanoamericana.

Lo que especialmente le molestó a The Washington Post fue la visita realizada el pasado 21 de abril por un grupo de especialistas y militares cubanos a una base aérea en Cayo Hueso, estado de Florida, que Estados Unidos dispone para zonas de conflictos en América Latina. A algunos les molesta ese nivel de respeto hacia los oficiales cubanos.

Y les preocupa porque The Washington Post ya no es el periódico que era antes. Si alguien quiere comprobar el giro reaccionario dado por ese medio, solo tiene que fijarse en la forma en que ahora lo aclaman antiguos detractores de sus páginas, como Frank Calzón y Mauricio Claver Carone, correveidiles de la política anticubana y pro bloqueo a Cuba en Washington DC.

El rencor en The Washington Post hacia Cuba tiene que ver con varios factores. Se relaciona con un cambio general de política editorial a partir de un cambio en los dueños y accionistas. Influye además su sentido de competencia empresarial con The New York Times, que sigue una línea distinta en el tratamiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos; y a la cantidad de dinero que aún circula en la capital norteamericana para criticar a Cuba.

En resumen, el editorial de The Washington Post, bastante ridículo, parece que quiere elegir a los funcionarios cubanos que deben conversar con sus pares norteamericanos. Los editores del que un día fue prestigioso periódico, olvidan que la soberanía de Cuba es intocable en cualquiera de los puntos de una relación.

(www.latardesemueve.com / @edmundogarcia65)

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