Chávez, sempre presente

Alí Rodríguez Araque http://www.cubadebate.cu/

La vittoria elettorale del passo 15 del corrente mese, pone in risalto l’identificazione della grande maggioranza del pueblo venezuelano con l’insieme di trasformazioni che ha inaugurato il C.te Hugo Chávez, in Venezuela, continuate da Nicolás Maduro. Il popolo venezuelano, largamente ignorato dalle bande corrotte e burocratizzate della cosiddetta Quarta Repubblica, contro le quali non era riuscito a sbarazzarsi, si è trovato davanti a sé, un 4 febbraio, con l’insorgenza di un giovane ufficiale della forza armata che, in contrasto con la simulazione caratteristica delle vecchie direzioni politiche, assumeva la piena responsabilità per l’insorgenza di quell’azione. Il 4 febbraio ha rappresentano la rottura del clima di conciliazione e farsa della Quarta Repubblica.

Da allora, la politica venezuelana ha assunto un altro carattere, di fronte al pueblo, materializzando la democrazia di cui tanto si era parlato e che tante volte gli fu elusa.

Risaltano tra i caratteri di tali cambi, la politica economica che rivendica la piena sovranità sulle nostre risorse petrolifere, la distribuzione popolare dell’introito generato per l’attività in questo settore che si traduce nella educazione di massa, eliminando l’analfabetismo, e nel generale miglioramento delle condizioni di vita del popolo.

La partecipazione attiva del pueblo alle decisioni politiche e la stretta relazione delle nuove organizzazioni popolari -consigli comunali, comuni- si è trasformato in un processo con una nuova visione politica e dell’organizzazione dello Stato.

La morte del leader storico, fondatore della nostra Quinta Repubblica, ha significato un colpo spirituale e politico di tali proporzioni che suscitò le speranze della reazione, dentro e fuori del Venezuela. Accarezzano la possibilità di ripristinare la Quarta Repubblica. Ma prima della sua dolorosa scomparsa, Hugo Chávez ha avuto la lungimiranza di proporre la designazione di Nicolás Maduro affinché, in caso di un risultato non desiderato, assumesse la leadership politica del paese. Il popolo si è fidato, ancora una volta, della sua parola. E aveva ragione.

Nel mezzo della tragedia, le forze rivoluzionarie e popolari si sono unite intorno alla guida di un giovane proveniente da uno dei quartieri popolari. Era uno di loro e si era formato, da molto giovane, alla scuola di Chavez.

Così, Nicolás Maduro assume la direzione del paese in un momento di difficoltà economiche e di tentativi delle forze reazionarie di rovesciarlo nella convinzione che il vuoto lasciato da Chavez e al momento della comparsa di un grave problema per la caduta dei prezzi del petrolio, sarebbe un ostacolo insormontabile per Nicolas Maduro. Si sono sbagliati.

Con un partito e un popolo unito dalla forza storica del chavismo, favorito anche dai cambi che si sono verificati in diversi paesi di Nostra America, Nicolás Maduro ha potuto rispondere positivamente alla delicata responsabilità che Chavez ha lasciato nelle sue mani. Il 15 ottobre rappresenta una ratifica della fiducia che il popolo venezuelano ha depositato in quello che generalmente chiamiamo chavismo ed in particolare nella gestione di Nicolás Maduro.

Un fatto rilevante nelle elezioni del 15 c.m., è incarnato dall’apparizione di nuovi giovani dirigenti insieme a quadri temprati in anni di lotta. Sono la garanzia che i cambi che stanno operandosi, in Venezuela, continuano a proiettarsi verso il futuro.

Ora il chavismo ha davanti a sé il compito di approfondire i cambi avvenuti negli ultimi tre lustri. Ciò comporta continuare a rispondere positivamente alle richieste dei più umili, per continuare a sconfiggere i tentativi delle oligarchie del Venezuela e del continente così come delle forze imperiali che continuano a realizzare sforzi per spodestare la rivoluzione venezuelana con i suoi corrispondenti effetti in Nostra America.

La coscienza del popolo venezuelano, la sua unità e una giusta condizione politica, come è avvenuto finora, sono la garanzia che la rivoluzione bolivariana avanza costantemente nella realizzazione dei sogni di Simón Bolívar e Hugo Chávez. Ciò è dimostrato dalla schiacciante vittoria nelle elezioni della scorsa domenica 15 ottobre, in diciotto dei ventitré governatori del paese. Vittoria che si proiettata nella grande sfida che rappresentano le elezioni presidenziali che si terranno l’anno prossimo. Non sono poche le difficoltà interne ed esterne che devono ancora essere superate. Ma di fronte ad esse, si alza un popolo e una dirigenza che è riuscita a superarle ed avanza nella direzione tracciata da Bolivar, Zamora e Hugo Chavez.

Chávez, siempre presente

Por: Alí Rodríguez Araque

La victoria electoral del pasado 15 de los corrientes, pone de relieve la identificación de la gran mayoría del pueblo venezolano con el conjunto de transformaciones que inauguró el Comandante Hugo Chávez en Venezuela continuadas por Nicolás Maduro. El pueblo venezolano, largamente ignorado por las camarillas corruptas y burocratizadas de la llamada Cuarta República, contra las cuales no había logrado deslastrarse, se encontró ante sí un 4 de febrero, con la insurgencia de un joven oficial de la fuerza armada que, en contraste con la simulación característica de las viejas direcciones políticas, asumía la plena responsabilidad por la insurgencia de aquella acción. El 4 de febrero representó la ruptura del clima de conciliación y farsa de la Cuarta República.

Desde entonces, la política venezolana asumió otro carácter, de cara al pueblo, materializando la democracia de la que tanto se había hablado y que tantas veces le fue escamoteada.

Resaltan entre los rasgos de esos cambios, la política económica que reivindica la plena soberanía sobre nuestros recursos petroleros, la distribución popular del ingreso generado por la actividad en este sector que se tradujo en la educación masiva, desterrando el analfabetismo, y en la mejoría general de las condiciones de vida del pueblo.

La participación activa del pueblo en las decisiones políticas y la relación estrecha de las nuevas organizaciones populares ―consejos comunales, comunas— se ha transformado en un proceso con una nueva visión política y de la organización del Estado.

La muerte del líder histórico, fundador de nuestra Quinta República, significó un golpe anímico y político de tales proporciones que despertó esperanzas de la reacción, dentro y fuera de Venezuela. Acariciaban la posibilidad de restaurar la Cuarta República. Pero, antes de su dolorosa desaparición, Hugo Chávez tuvo la previsión de plantear la designación de Nicolás Maduro para que, en caso de un desenlace no deseado, asumiera el mando político del país. El pueblo confió, una vez más, en su palabra. Y acertó.

En medio de la tragedia, las fuerzas revolucionarias y populares se unieron en torno al liderazgo de un joven proveniente de uno de los barrios populares. Era uno de ellos mismos y se había formado desde muy joven en la escuela de Chávez.

Así, Nicolás Maduro asume la dirección del país en una época de dificultades económicas y de los intentos de las fuerzas reaccionarias de derrocarlo en la creencia de que el vacío que dejaba Chávez y a punto de aparecer un severo problema por la caída de los precios del petróleo, sería obstáculo insalvable para Nicolás Maduro. Se equivocaron.

Con un partido y un pueblo unidos por la fuerza histórica del chavismo, favorecido igualmente por los cambios que han venido ocurriendo en varios países de Nuestra América, Nicolás Maduro ha podido responder positivamente a la delicada responsabilidad que dejara Chávez en sus manos. El 15 de octubre representa una ratificación de la confianza que el pueblo venezolano ha depositado en lo que genéricamente llamamos el chavismo y particularmente en la gestión de Nicolás Maduro.

Un hecho notable en las elecciones del 15 de los corrientes, está encarnado en la aparición de nuevos liderazgos jóvenes junto a cuadros curtidos a lo largo de años de lucha. Ellos son la garantía de que los cambios que vienen operándose en Venezuela continúen proyectándose hacia el futuro.

Ahora el chavismo tiene frente a sí la tarea de profundizar los cambios ocurridos a lo largo de los últimos tres lustros. Ello pasa por continuar respondiendo positivamente a las demandas de los más humildes, a seguir derrotando las tentativas de las oligarquías de Venezuela y el continente, así como de las fuerzas imperiales que continuarán realizando esfuerzos para desbarrancar la revolución venezolana con sus efectos correspondientes en Nuestra América.

La conciencia del pueblo venezolano, su unidad y una acertada condición política, como ha venido ocurriendo hasta el presente, son la garantía de que la revolución bolivariana avanza sostenidamente en la realización de los sueños de Simón Bolívar y Hugo Chávez. Así lo demuestra la contundente victoria en las elecciones del pasado domingo 15 de octubre en dieciocho de las veintitrés gobernaciones del país. Victoria que se proyecta en el gran reto que representan las elecciones presidenciales a realizarse el año próximo. No son pocas las dificultades internas y externas que aún deben superarse. Pero frente a ellas, se levanta un pueblo y un liderazgo que ha sabido superarlas y avanza en la dirección trazada por Bolívar, Zamora y Hugo Chávez.

Share Button

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.