E Roberta è entrata a l’Avana …

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hillaryNell’aprile 2012, la Segretaria Assistente di Stato degli USA per gli Affari dell’Emisfero Occidentale, Roberta Jacobson, accompagnò il suo capo di allora, Hillary Clinton, al Vertice delle Americhe a Cartagena delle Indie, e lì constatò le espressioni e pressioni di praticamente tutti i paesi dell’America Latina e dei Caraibi contro il blocco che Washington applica a Cuba e a favore dell’includere l’isola in questi forum senza condizioni.

Forse come risultato incosciente di tante allusioni e reclami relativi a Cuba che hanno sentito durante l’evento, Hillary e Roberta decisero di divertirsi, a Cartagena, in una discoteca con il nome della capitale cubana: Avana. Per chiunque, il fatto, che è stato registrato in più foto, è stato un annuncio di ciò che sarebbe venuto, quando il governo USA – seguendo il consiglio dell’Orso Yoghi, “se non puoi battere il tuo nemico, unisciti a lui” – ha deciso di abbracciare le due bandiere a cui si era opposto a Cartagena, gioire dell’invito di Cuba al prossimo Vertice delle Americhe da parte del presidente di Panama e chiedere al Congresso USA di togliere il blocco.

jacobesonDi certo è che Roberta Jacobson è appena stata a L’Avana, quella vera, non quella di Cartagena, a capo della delegazione del suo paese ai colloqui con il governo cubano al fine di promuovere ciò che i presidenti Barack Obama e Raul Castro hanno annunciato lo scorso 17 dicembre, il ripristino delle relazioni tra i due paesi, affrontare la cooperazione su questioni bilaterali quali la lotta contro il traffico di droga, le possibilità di evitare o limitare l’impatto delle fuoriuscite di petrolio, gli sforzi di ricerca e soccorso, casi di incidenti aerei e marittimi, e il monitoraggio dei terremoti, oltre a realizzare le tradizionali conversazioni migratorie che  i due paesi celebrano alternativamente nelle loro capitali ogni sei mesi.

Secondo quanto dichiarato dalle delegazioni di Cuba e degli USA, il principale risultato dei colloqui che per due giorni hanno tenuto in suspense i corrispondenti di mezzo mondo, e non solo, è che si continuerà a parlare. Sembra niente, ma è moltissimo quando si conosce quanto distanti sono le posizioni di entrambi i governi su molti temi e che i risultati che sono stati annunciati il 17 dicembre sono stati il frutto di lunghe e segrete  trattative durate oltre un anno.

Ha prevalso il tono rispettoso nelle dichiarazioni fatte dai funzionari di entrambe le parti alla stampa al termine di ogni round di colloqui, con l’eccezione di una “fatto pressione” che la delegazione USA ha incluso in uno dei suoi comunicati ed a cui è stato risposto, in modo elegante ma deciso, dal capo della delegazione cubana alle trattative, la direttrice del Nord America del MINREX Josefina Vidal, riferendosi al modo con cui Cuba rivoluzionaria ha sempre condotto le sue relazioni internazionali: senza accettare pressioni.

Parlando di pressioni, la delegazione della Signora Jacobson sembrava pressata dall’inviare segnali ai nemici del riavvicinamento con Cuba, annunciando che si era affrontato la questione dei Diritti Umani prima che effettivamente ciò si verificasse. Secondo Vidal, in quel momento – a mezzogiorno di giovedì 22 gennaio – il fatto che tanto preoccupa gli amministratori del carcere senza legge di  Guantanamo non era ancora stato trattato e lo si fece solo nel pomeriggio, occasione in cui Cuba ha sollevato la sua “profonda preoccupazione “circa lo stato di questo tema negli USA.i

Rimane strada da percorrere, anche in ciò che sembrerebbe più vicino, che è il ripristino delle relazioni diplomatiche. Come osservato da Josefina Vidal, è difficile parlare di ciò quando gli USA hanno messo Cuba in una lista di sponsor del terrorismo e la Sezione d’interessi di Cuba a Washington manca di una banca che effettui le sue transazioni finanziarie fatto tanto assurdo come  lo è anche l’accoglienza automatica, come rifugiato politico, di qualunque cubano che pesti suolo USA, una politica che la delegazione USA ha detto manterrà. La modifica di queste posizioni dell’amministrazione Obama – come accaduto sul blocco, i viaggi di cittadini statunitensi a Cuba, lo scambio umanitario del “contractor” detenuto a L’Avana per i tre antiterroristi cubani che rimanevano prigionieri negli USA e le relazioni diplomatiche tra i due paesi – è qualcosa per cui Cuba non ha bisogno di far pressione sugli USA, lo fa per lei il suo buon senso e la realtà internazionale.

Infine, ricordando il titolo di un libro che divenne famoso annunciando importanti sfide per il socialismo cubano al momento della visita di Papa Giovanni Paolo II a Cuba, Roberta entrò all’Avana … ed è andata; con molti compiti in sospeso, mentre la Rivoluzione cubana, che l’ha ricevuto con rispetto ma anche con fermezza, sembra continuare a rimanere in piedi.

Y Roberta entró en La Habana…

En abril de 2012 la Secretaria Asistente de Estado de Estados Unidos para los Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, acompañó a su entonces jefa, Hillary Clinton, a la Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias y allí constató las expresiones y presiones de prácticamente todos los países de Latinoamérica y el Caribe contra el bloqueo que Washington aplica a Cuba y a favor incluir a la Isla en esos foros de manera incondicional.

Tal vez, como resultado inconsciente de tantas alusiones y reclamos relacionados con Cuba que escucharon durante el evento, Hillary y Roberta decidieron divertirse en Cartagena en una discoteca con el nombre de la capital cubana: Havana. Para nadie, el hecho, que quedó registrado en varias fotos, fue un anuncio de lo que vendría, cuando el gobierno de EE.UU. -siguiendo el consejo del Oso Yogui, “si no puedes con tu enemigo, únete a él”- decidió abrazar las dos banderas a las que se opuso en Cartagena, alegrarse de la invitación de Cuba a la próxima Cumbre de las Américas por el presidente de Panamá y pedir al Congreso de su país que levante el bloqueo.

Lo cierto es que Roberta Jacobson acaba de estar en La Habana, la de verdad, no la de Cartagena, para encabezar la delegación de su país a las conversaciones con el gobierno cubano con el objetivo de avanzar en lo que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaron el pasado 17 de diciembre, el restablecimiento de relaciones entre las dos naciones, abordar la colaboración en temas de interés bilateral como la lucha contra el tráfico de drogas, las posibilidades de evitar o limitar el impacto de derrames de petróleo, gestiones de búsqueda y salvamento, casos de accidentes aéreos y marítimos, y el monitoreo de movimientos sísmicos, además de realizar las tradicionales rondas sobre asuntos migratorios que ambos países celebran alternativamente en sus capitales cada seis meses.

Según lo declarado por las delegaciones de Cuba y Estados Unidos, el resultado principal de las conversaciones que durante dos días mantuvieron en vilo a corresponsales de medio mundo, y más allá, es que se seguirá conversando. Pareciera nada pero es muchísimo cuando se conoce lo distantes que son las posiciones de ambos gobiernos sobre muchos temas y que los resultados que se anunciaron el 17 de diciembre fueron el fruto de largas y secretas negociaciones durante más de un año.

Primó el tono respetuoso en las declaraciones realizadas por los funcionarios de ambas partes a la prensa al término de cada ronda de conversaciones, con la excepción de un “presionó” que la delegación de EE.UU. incluyó en uno de sus comunicados y que fue respondido de manera elegante pero firme por la jefa de la parte cubana en las negociaciones, la directora de América del Norte del MINREX Josefina Vidal, aludiendo a la manera en que Cuba revolucionaria se ha conducido siempre en sus relaciones internacionales: sin aceptar presiones.

Hablando de presiones, la delegación Señora Jacobson parecía presionada por enviar señales a los enemigos del acercamiento con Cuba, anunciando que se había abordado el tema de los Derechos Humanos antes de que eso realmente ocurriera. Según Vidal, en ese momento -al mediodía del juves 22 de febrero- el asunto que tanto preocupa a los administradores del penal sin ley en Guantánamo aún no se había tratado y sólo se hizo en la tarde, ocasión en la que Cuba planteó sus “profundas preocupaciones” sobre el estado de ese tema en EE.UU.

Queda camino por recorrer, incluso en lo que pareciera más cercano, que es el restablecimiento de relaciones diplomáticas. Como planteó Josefina Vidal, se dificulta hablar de ello cuando Estados Unidos tiene a Cuba en una lista de patrocinadores del terrorismo y la Sección de Intereses de Cuba en Washington carece de un banco con el que realizar sus operaciones financieras, hechos tan absurdos como lo es también la acogida automática, en calidad de refugiado político, de cualquier cubano que pise suelo estadounidense, política que la delegación estadounidense dijo mantendrá. La modificación de esas posturas del gobierno de Obama -como ocurrió sobre el bloqueo, los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba, el intercambio humanitario del “contratista” preso en La Habana por los tres antiterroristas cubanos que quedaban prisioneros en EE.UU. y las relaciones diplomáticas entre ambos países- es algo en lo que Cuba no tiene que presionar a EE.UU., lo hace por ella el sentido común y la realidad internacional.

En fin, recordando el título de un libro que se hizo célebre anunciando grandes desafíos para el socialismo cubano cuando la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, Roberta entró en La Habana… y volvió a salir, con muchas tareas pendientes, mientras la Revolución cubana, que la recibió con respeto pero también con firmeza, parece seguir en pie.

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