Mi scuso per eventuali involontari errori nella traduzione che

sono da attribuirsi esclusivamente alla mia inesperienza

 

Dichiarazione del Ministero degli Esteri di Cuba

 

La parola d'ordine a Cuba e': Coraggio!

 

Conferenza stampa concessa da Felipe Pérez Roque,

Ministro degli Esteri di Cuba, alla stampa nazionale e straniera,

effettuata nel MINREX, il 24  ottobre 2007, “Anno 49 della Rivoluzione”

 

 

Declaración oficial del Gobierno de Cuba al discurso de Bush

La palabra de orden en Cuba es: ¡Coraje!

Conferencia de prensa concedida por Felipe Pérez Roque, Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, a la prensa nacional y extranjera, efectuada en el MINREX, el 24 de octubre del 2007, "Año 49 de la Revolución."

 

 

Karina Soto (Moderadora).—Muy buenas tardes a todos.

Tenemos aquí la presencia de todos los medios de la prensa nacional y de 61 corresponsales de 45 medios de prensa de 17 países. Sin más...

Felipe Pérez.—Buenas tardes.

Les agradecemos a todos los corresponsales de la prensa nacional y de la prensa extranjera, acreditada aquí en La Habana, su presencia.

Los hemos convocado para dar respuesta, a nombre del gobierno y del pueblo de Cuba, a las declaraciones realizadas por el presidente Bush, hace apenas un par de horas.

Nosotros apreciamos que las palabras del Presidente de Estados Unidos anuncian una escalada sin precedente en la política del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, de más bloqueo, más subversión, más intento de aislamiento de Cuba, y nuevos y renovados esfuerzos para intentar rendir por hambre y enfermedades al pueblo cubano.

Apreciamos las palabras del Presidente como una confirmación de que la política en vigor, en el régimen de Bush, es el cambio de régimen en Cuba, incluso por la fuerza. Sus palabras de hoy vienen a confirmarlo.

Lo que el Presidente de Estados Unidos ha llamado "acelerar el periodo de transición", en el que según él está Cuba, equivale —y quiero recordar aquí las palabras de Fidel de hace apenas dos días— a la reconquista de Cuba por la fuerza. Ese es el plan que ha quedado hoy mejor delineado y al desnudo ante la opinión pública.

Quiero subrayar una frase del discurso del Presidente de Estados Unidos, dijo: "La palabra de orden en nuestros tratos futuros con Cuba no es estabilidad, la palabra de orden es libertad."

Cuba entiende estas palabras como un acto irresponsable, que da una idea del nivel de frustración, de desesperación y de odio personal del presidente Bush contra Cuba; una invocación a la violencia, un llamado, incluso, al uso de la fuerza para derrocar a la Revolución Cubana e imponer sus designios en Cuba.

Cuba rechaza categóricamente la estimulación de la violencia, la evocación, incluso, del uso de la fuerza, que da razón todavía mayor a la alerta de Fidel a la comunidad internacional, a la opinión pública, que refuerza nuestra razón y la veracidad de nuestras palabras, cuando nos preparamos continuamente reforzando nuestra defensa, la preparación de nuestro pueblo para enfrentar los planes más aviesos y peligrosos de este régimen.

El Presidente, además de, en lenguaje amenazante y altanero, delinear incluso la opción del uso de la fuerza, el escenario incluso de la ruptura de la estabilidad en Cuba para dar paso a lo que llamó la "libertad", que es el cambio de régimen, que es el derrocamiento de la Revolución y la reconquista de Cuba por la fuerza; al hacerlo, el Presidente de Estados Unidos dejó abierta las opciones de si eso sería el resultado de un hipotético y fantasioso levantamiento interno en Cuba, que Estados Unidos apoyaría, lo cual cualquier persona medianamente bien informada y con dos dedos de frente sabe que no es políticamente posible, que la Revolución Cubana tiene un apoyo abrumador y mayoritario del pueblo; pero dejó también abierta la idea de que esa estabilidad pueda ser vulnerada desde fuera, con una nueva guerra de conquista y anexión, como la que lanzó contra Iraq, y como la que amenazó con lanzar contra 60 o más oscuros rincones del planeta, entre los cuales, por supuesto, estaba Cuba.

Debemos advertir que un escenario como ese no solo significaría la ruptura de la estabilidad de Cuba, sino también de la estabilidad de Estados Unidos, y pondría en peligro también al pueblo norteamericano, cuyos hijos serían enviados a matar y a morir en una guerra en Cuba que duraría 100 años, y que no terminaría sino con la victoria de nuestro pueblo, a un costo tremendo, es lógico, en vidas de sus hijos, destrucción material; pero cuyo único resultado posible es la preservación de la independencia y la soberanía de Cuba. Y debo decir que aquí la reacción es de serenidad y firmeza.

La palabra de orden en Cuba no es ni la estabilidad, ni nada de eso, la palabra de orden en Cuba es: ¡Coraje! Y es nuestra respuesta; serenidad absoluta y confianza en nuestra fuerza y en la solidaridad que el mundo dispensa hoy a Cuba, y en la admiración que la resistencia de Cuba levanta en el mundo.

Así que si el objetivo de las palabras del Presidente de Estados Unidos es intimidar al pueblo, asustar a su Dirección, debo decirle desde ahora que es un completo fracaso el resultado de sus amenazas contra Cuba; pero hay, y tomamos nota de ello, una evolución de la agresividad del tono de su lenguaje hacia Cuba.

En enero del 2004, el presidente Bush había dicho que había que "trabajar por una transición rápida y pacífica en Cuba", eso fue en enero del 2004. En febrero del 2004 repitió otra vez que el objetivo de su política era "la transición rápida y pacífica a una democracia". En mayo del 2004 habló de que había que "acelerar", ya no era esperar o trabajar, sino "acelerar el día en que Cuba sea un país libre", dijo. Ya para octubre del 2004 decía que "el pueblo cubano debería ser liberado", cosa que nadie aquí le pidió, ni le pide, ni le va a pedir, pero ya evolucionó la idea, no de esperar o de desear, sino a decir que ese pueblo "debería ser liberado".

En agosto del 2006, prometiendo la futura "liberación" de Cuba, aseguraba que cuando eso suceda "los cubano-americanos, decía, podrán lidiar con el tema de la confiscación de propiedades", es decir, "podrán entonces, una vez que nosotros liberemos a Cuba, ocuparse de recuperar allí sus antiguas propiedades", los batistianos, los torturadores, los asesinos, los terratenientes ligados a la dictadura de Batista, que retornarían aquí a recuperar las propiedades, que es casi siempre el leitmotiv de toda esta política.

Sin embargo, ya para junio del 2007, decía: "Continuaremos presionando por la libertad de Cuba". En junio del 2007, a una pregunta improvisada en un encuentro con militares norteamericanos, dijo: "Algunos dirán que el problema es la estabilidad en Cuba. Yo considero que tenemos que presionar duro por la democracia." Fue una frase donde ya enseñó la idea de que la estabilidad no era lo más importante.

Bueno, ha continuado su catarata de amenazas y frases contra Cuba, que ha desembocado hoy en este nuevo paso, que ya no es esperar, desear, sino asegurar que la palabra de orden, en este momento, no es estabilidad, que la palabra de orden es libertad.

Nosotros estamos claros de qué significa la "libertad" que el presidente Bush promete a los cubanos, y nos tomamos en serio la evocación de nuevos y renovados esfuerzos del gobierno de Estados Unidos para cumplir su política de cambio de régimen en Cuba, que es, por demás, ilegal; es una política violatoria del derecho internacional. El Presidente de Estados Unidos no tiene autoridad moral, ni potestad legal para proponerse cambiar el ordenamiento jurídico, político, que los demás pueblos de la Tierra, soberanamente, han decidido darse. Es una violación de nuestros derechos como pueblo independiente, como nación soberana. Es una conculcación de nuestro derecho a ejercer la libre determinación.

Nosotros sabemos qué vendría detrás de la "libertad" traída en los bombarderos y las armas del ejército de Estados Unidos: los grupos terroristas, sedientos de sangre, que todavía hoy se entrenan en Florida con total impunidad, permitidos y tolerados por el gobierno de Estados Unidos, con los cuales, hace unos días, se reunió el presidente Bush en Miami, para prometerles y conversar con ellos sobre esta presentación, y para recordar que él les prometió que "él resolvería el tema de Cuba", él sabía —dijo— cómo resolverlo; esos grupos, uno de cuyos voceros dijo que lo único que reclamarían al Presidente en ese momento serían tres días de licencia para matar en Cuba. Pero, bueno, hay que saber que no van a encontrar aquí a un pueblo poniendo otra mejilla; hay que saber que encontrarán a millones de combatientes, armados y entrenados, y a un pueblo preparado y fogueado, después de casi medio siglo de Revolución victoriosa, en defender sus conquistas y su derecho a la libertad y a la independencia.

Entonces, en adición a este anuncio, a este preludio de una escalada de más bloqueo, a estas amenazas, en adición a esto, el Presidente hizo una descripción mentirosa y ridícula de la situación en Cuba. Nunca vi a un político destilar más odio y más frustración. Fue una cosa patológica. Hizo una descripción de Cuba que únicamente la ceguera, debido al odio y la impotencia, puede llevar a caer en esos extremos.

No voy, por supuesto, a emplear tiempo en rebatir las mentiras; pero solo, como botón de muestra, voy a comentar algunas.

Dijo que en Cuba era ilegal reunirse más de tres personas sin autorización, nosotros que hemos visto a más de un millón reunirse en la Plaza, por su propia voluntad, para reclamar el enjuiciamiento o la extradición a Venezuela del terrorista Luis Posada Carriles, o la liberación de nuestros Cinco Héroes, o el cese del bloqueo contra Cuba. Dijo que era ilegal cambiar de trabajo en Cuba, que era ilegal mudarse de casa.

No sé, quiénes le han preparado estos discursos, estos párrafos, me imagino que son de los viejos dinosaurios de Miami que nunca más han tenido contacto con la realidad cubana.

Dijo que Estados Unidos es el mayor proveedor de ayuda humanitaria a Cuba y que el año pasado fueron 270 millones de dólares; que es el país que más ayuda, dijo, a Cuba.

Estos extremos de hipocresía, de falta de elemental respeto a la verdad, realmente han sido escasos. Esto es un nuevo récord, vamos a decir, de la impudicia.

Averigüé, por curiosidad, sobre los 270 millones... El año pasado a Cuba entraron desde Estados Unidos 5 millones de dólares en materiales, donativos, computadoras de uso, ómnibus de uso, lo que han traído los Pastores por la Paz, los grupos religiosos de Estados Unidos, las organizaciones no gubernamentales, en abierto desafío a las prohibiciones y a la persecución del régimen de Bush. Es lo que muchos de los mejores hijos del pueblo norteamericano, a riesgo de enfrentar penas de prisión, multas, la persecución de su propio gobierno, han hecho llegar a Cuba por vías disímiles; 5 millones, que nosotros apreciamos como símbolo y expresión de los mejores valores del pueblo norteamericano.

El Presidente de Estados Unidos dice que, el año pasado, ellos son el gobierno que más ha ayudado a Cuba; en el año, precisamente, cuando más bloqueo, más persecución ha habido, cuando han multado a los grupos religiosos que venían a Cuba, a las instituciones religiosas, cuando han llevado su persecución al punto de la esquizofrenia.

Esas han sido algunas de sus palabras para describir la realidad cubana, como ya dije, en un discurso que provoca realmente aversión de solo escuchar estas frases.

Ha hecho, por otro lado, un llamado desesperado a otros países para sumarse al bloqueo y a la subversión contra Cuba, para sumarse a esta política fallida que nadie en el mundo comparte.

Cuba considera que las palabras de hoy reconocen explícitamente que el gobierno de Estados Unidos se encuentra solo en su política hacia Cuba. Ha habido una apelación reiterada y desesperada para que otros gobiernos se sumen; incluso, les ha dictado el decálogo de las cosas que, a su juicio, deberían hacer esos gobiernos, sus embajadas en La Habana. Prueba de que no tienen apoyo ni reconocimiento en el mundo, porque debo recordar aquí, que se puede ser el más poderoso, pero no el más respetado; se puede tener la capacidad de destruir a un país con un ataque nuclear, pero no de levantar simpatía; se puede ser temido, incluso, pero eso no quiere decir que se sea querido o apoyado. Y lo que ocurre es que el Presidente de Estados Unidos choca con el hecho de que la comunidad internacional no sigue su política, de que hay un rechazo casi universal al bloqueo genocida que impone contra el pueblo de Cuba, que crece la admiración y el reconocimiento a Cuba.

Aquí tengo una noticia de hoy, solo una. Mientras el Presidente de Estados Unidos leía la diatriba anticubana que allí le prepararon, Cuba resultaba elegida en París miembro del Consejo Ejecutivo de la UNESCO, por 157 votos, de los 175 posibles; el país con más votación de todo el Tercer Mundo para integrar el Consejo Ejecutivo de la UNESCO; el país que más votos obtuvo en el Hemisferio Occidental, incluso, más votos que Estados Unidos; como expresión del reconocimiento a Cuba, que se eligió miembro del Consejo de Derechos Humanos con más de dos tercios de los votos, en la misma elección a la que el gobierno de Estados Unidos no concurrió por temor a no ser elegido; el país que preside el Movimiento de Países No Alineados, y cuya batalla el año pasado fue apoyada en Naciones Unidas nada más y nada menos que por 183 de los 192 miembros de las Naciones Unidas.

Está solo el Presidente de Estados Unidos. Está furioso, además; está desesperado. Es comprensible, prometió resolver la situación de un plumazo a aquellas mafias cubanas en Miami, que lo llevaron a la presidencia de modo fraudulento, que aplicaron las mismas tácticas que aplicaban aquí antes del triunfo de la Revolución, y que permitieron que, después de una controversial y polémica elección que tuvo durante un mes al mundo viendo aquel espectáculo deprimente, finalmente fuera proclamado por la diferencia de un voto en la Corte Suprema.

¿Con qué autoridad usted se erige en juez de los derechos humanos y la democracia en los otros países? Usted no tiene autoridad moral, señor Presidente; usted no tiene credibilidad. Dos tercios de los norteamericanos sienten vergüenza de usted. Usted tiene menos de 25% de apoyo de la opinión pública de su país. Usted está —como se dijo en estos días por el compañero Alarcón— empacando para irse. No lo subestimamos, por supuesto, usted es peligroso, usted tiene poder; pero usted no tiene apoyo, usted no tiene credibilidad, usted no tiene autoridad; nuestro pueblo lo sabe; ha lidiado, además, antes de usted, con otros nueve presidentes de Estados Unidos, y está aquí y va a seguir aquí.

Entonces hay, además, una clara frustración en las palabras del Presidente de Estados Unidos. El hecho de que Cuba ha derrotado todos sus intentos, sus planes anunciados en estos años, todas sus iniciativas, que la Revolución sigue aquí, enhiesta y firme, lo obsesiona. Estamos ante un Presidente con una obsesión: la bandera que flamea aquí victoriosa y que ellos no han podido arriar ni van a poder.

La economía cubana se fortalece, los esfuerzos de nuestro pueblo van fructificando. La Revolución es ahora más fuerte, ha resistido nuestro pueblo con ejemplar madurez política y unidad los duros años de periodo especial que ha tenido que vivir.

El bloqueo está aislado, es más claro que nunca para nosotros que es insostenible esa política y que es una cuestión de tiempo; es una política, además, que no levanta simpatía dentro de Estados Unidos, cuyos ciudadanos son víctimas también de toda esa política de persecución y agresiones contra Cuba.

Crece la unidad de nuestro pueblo; pero, además, acabamos de tener una prueba: unas elecciones ejemplares en su transparencia, en su organización, en la masividad de la asistencia popular, sin que el voto fuera obligatorio. Más del 95% de asistencia, con más de 8 100 000 cubanos participando en esas elecciones, en una muestra ejemplar de civismo, de cultura política, donde no se dio un escándalo, nada parecido a lo que ocurrió en Miami cuando a usted lo eligieron Presidente fraudulentamente. Unas elecciones que cualquier observador honesto tiene que reconocer que han transcurrido en un ambiente de normalidad y de participación popular; en medio de un debate popular ejemplar, en Cuba, sobre nuestras dificultades, sobre nuestros problemas, estimulado por la Dirección de nuestro Partido, a partir de la discusión del discurso de Raúl el pasado 26 de julio.

Nosotros entendemos esta reacción de hoy, como otro acto fruto de esa desesperación. El Presidente ve que se le acaba el tiempo, que no puede cumplir su promesa, y eso no lo hace menos peligroso, por supuesto. Pero, además, hay, en su discurso hoy, un intento vano y ridículo de reclutar, para seguir su política contra Cuba, a los militares cubanos, a los integrantes de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias, del Ministerio del Interior. Les promete perdonarles la vida después que tome el control de Cuba, si ahora, a tiempo, se arrepienten de servir a su pueblo, de defender la Revolución.

Oiga, un mensaje tengo para el Presidente de Estados Unidos: Usted delira, está delirando. Usted le está hablando a un ejército libertador. Usted olvida que en Cuba el ejército es el pueblo uniformado. Usted olvida que más de 350 000 cubanos vistieron voluntariamente ese uniforme para ir a enfrentar al régimen del apartheid que Estados Unidos y otros países occidentales apoyaban, y que hicieron posible con su victoria la liberación de Namibia, la preservación de la integridad territorial de Angola, la liberación de Mandela, la legalización del ANC, el surgimiento de una Sudáfrica sin apartheid. Usted olvida eso.

Usted les promete a los combatientes de la seguridad cubana, si no reprimen el alzamiento que dice usted que va a haber en Cuba, perdón para el futuro. Usted olvida que esos hombres y mujeres llevan medio siglo derrotando los más de 600 planes que ustedes organizaron para tratar de asesinar a Fidel, que derrotaron la guerra sucia y las bandas armadas que ustedes organizaron y suministraron en las montañas de Cuba, que han derrotado los planes de terrorismo contra Cuba. Usted olvida que los hombres y mujeres que llevan ese uniforme son el pueblo en el poder, porque aquí hay una Revolución victoriosa que ustedes no han podido derrotar. Usted se equivoca.

Les propone, les promete a los funcionarios del gobierno que si traicionan a su pueblo y se pasan de bando y se presentan allí ante usted, usted les perdonará en el futuro la vida. Usted se equivoca, usted no conoce a este pueblo. Usted cree que este pueblo son gente de la categoría de los mercenarios que ustedes pagan aquí.

Por cierto, que los mercenarios, pagados aquí por los servicios especiales y el gobierno de Estados Unidos, a quienes el año pasado les dedicaron 9 millones, pero en este año les van a dedicar 45 millones de dólares, esos estaban allí, en la Sección de Intereses norteamericana en La Habana, viendo en vivo, junto a los diplomáticos norteamericanos, el discurso del presidente Bush, y aplaudiendo —puedo imaginar— las amenazas proferidas contra su pueblo. Por eso reivindicamos hoy aquí el derecho de la Revolución a defenderse y a emplear todos los recursos a su disposición, dentro del respeto a nuestras leyes, a nuestra ética, para defender a nuestra Patria.

Por otro lado, ha habido el intento en ese discurso de justificar su política hacia Cuba en una supuesta defensa de la democracia, de los derechos humanos, y nosotros respondemos que el presidente Bush no tiene autoridad moral para dictarles a los cubanos lo que deben hacer. Usted no es un libertador, señor Bush; usted es un brutal represor. Su régimen ha invadido, ha masacrado, ha torturado en nombre de la libertad. Usted avergüenza a sus compatriotas.

Usted autorizó la existencia de cárceles secretas, de vuelos clandestinos. Usted legalizó el uso de la tortura, del vejamen a los prisioneros. Usted mantiene el centro de torturas en la Base Naval de Guantánamo, que ha sido mundialmente repudiado. Usted autorizó la invasión y la ocupación de Iraq que ha costado más de medio millón de vidas de civiles inocentes. ¿Con qué moral usted puede venir a dictarles a los cubanos pautas sobre su futuro, su concepto de respeto a los derechos humanos o su sistema democrático?

El Presidente anunció tres nuevas iniciativas sobre Cuba, prueba ya de que casi no queda nada que ensayar contra Cuba; ya no queda prácticamente nada que emplear. Dijo que estaba dispuesto a considerar el otorgamiento de licencias a organizaciones no gubernamentales y a grupos religiosos para que suministren computadoras a los jóvenes cubanos y al pueblo cubano y acceso a Internet, si el gobierno cubano les permite el acceso a Internet. Un anuncio ridículo, que movería a la risa si no estuviera insertado en este recrudecimiento de la política contra Cuba, en un país que, pese al bloqueo y las prohibiciones y haciendo enormes esfuerzos —porque no se pueden comprar computadoras que tengan componentes norteamericanos o de origen norteamericano en el mercado internacional para Cuba—, tiene ya más de 500 000 computadoras instaladas, que el año que viene instalará otras 150 000 y que a partir del año que viene podrá ya ensamblar y producir aquí en nuestro país 120 000 nuevas computadoras por año; donde funcionan hoy 602 Joven Club con más de 7 000 computadoras que dan acceso gratuito a Internet a más de 2 millones de cubanos por año, que han graduado 1 300 000 jóvenes cubanos en estos años, que imparten 32 tipos distintos de cursos de computación gratuitamente, operando las 24 horas del día, que incluyen programas especiales para proveer acceso a la computación a los ciegos, a las personas con discapacidades, a los ancianos. Y usted le ofrece unas computadoras que serían traídas por unas ONG, que serían organizaciones pantalla del gobierno de Estados Unidos. Es una oferta ridícula que nuestro país rechaza, lógicamente, y no se toma en serio.

Además, anunció invitar a jóvenes cubanos, hijos de sus contrarrevolucionarios en Cuba y de sus mercenarios, a un programa de becas que han implementado para América Latina, por tres años; a un país que tiene 65 universidades, donde se imparten 99 carreras universitarias y donde estudian hoy 730 000 jóvenes cubanos, 69 de cada 100 jóvenes cubanos que están en la edad de ir a la universidad, la más alta tasa entre los países del Tercer Mundo, y que compite favorablemente y, cuidado si no somos, el país donde mayor proporción de jóvenes en la edad de 18 a 24 años pueden ir a la universidad. Un país que tiene en este momento 30 000 jóvenes de 120 países del Tercer Mundo becados gratuitamente en sus universidades, 23 000 de ellos estudiando la carrera de Medicina.

Hablarle de unas becas a un país donde estudian hoy 70 000 jóvenes cubanos totalmente becados en las universidades, no solo estos jóvenes de otros países, sino también más de 40 000 jóvenes cubanos, que reciben la alimentación, el alojamiento, estipendio, libros, atención médica gratuita; un país que ha universalizado el acceso a la educación, que tiene hoy 3 millones de estudiantes, cuyos logros en esta materia son reconocidos mundialmente.

El Presidente se aparece anunciando un programita para formarle cuadros a la contrarrevolución y a los grupos mercenarios que ellos pagan. Incluso, esos mismos familiares de los mercenarios que ustedes pagan en Cuba para que apoyen su política, para que los ayuden a aplicar el bloqueo, no tienen vedado su acceso ni a la educación ni a la salud ni a los servicios que Cuba garantiza a todos los ciudadanos. Nadie les niega el ingreso, incluso, aun siendo gente que no comparta las ideas de la Revolución, los sueños de justicia y libertad de su pueblo.

Anunció la creación de un llamado Fondo Internacional para la libertad de Cuba, que dice que ayudaría a buscar no sé qué créditos para Cuba, para que Cuba pague no sé qué deuda y, sobre todo, con la intención de que otros países pongan dinero, porque él quiere derrocar a la Revolución, pero que otro lo pague, y de paso aprovecha para tratar de "pasar el cepillo", como se dice en Cuba, y lograr que otros pongan dinero, como vimos en su guerra en Iraq y en otras guerras.

Esas son las tres medidas concretas que adelantó, pero anunciando que ha llegado, que está llegando ya el momento en que él va a venir a liberar a los cubanos.

Quisiera, finalmente, explicar lo que nosotros creemos, realmente, que el presidente Bush debería proponerse como agenda para Cuba y que son estos 12 puntos que voy a decir ahora:

Primero: El gobierno de Estados Unidos debe respetar el derecho de los cubanos a su independencia y a su soberanía, el derecho de los cubanos a la libre determinación. Hay que respetar el derecho de los cubanos a tener sus instituciones, su sistema político, sus leyes. No es competencia del gobierno de Estados Unidos, por poderoso que sea.

Segundo: El gobierno de Estados Unidos debe cesar de inmediato su política de agresiones y amenazas contra Cuba, por demás, inútiles. Se estrellan contra nuestro coraje y nuestra determinación de ser un pueblo libre.

Tercero: Debe dejar de intervenir groseramente en los asuntos internos de Cuba. Debe renunciar a la idea fallida de fabricar una oposición interna en Cuba con dinero de Estados Unidos. El gobierno de Estados Unidos debe dejar de financiar a sus grupos mercenarios en Cuba.

Cuarto: El régimen de Bush debe poner fin a las acciones subversivas contra Cuba y a la guerra radial y televisiva contra nuestro país. Debe desmontar las mal llamadas Radio y Televisión "Martí", que son una ofensa al pueblo cubano, que ensucian el nombre del Héroe Nacional de Cuba en trasmisiones de radio y televisión que alientan la violencia, el asesinato político, el sabotaje económico.

Quinto: El Presidente de Estados Unidos debe levantar de inmediato y sin condiciones el bloqueo genocida contra Cuba, para lo cual tiene que derogar varias leyes y tiene que lograr que el Congreso lo haga; porque hay que recordar que, aunque él habló de que podría tomar medidas para levantarle el bloqueo a Cuba el día que haya derrotado a la Revolución, según la ley norteamericana, porque todo el bloqueo está codificado, los Presidentes de Estados Unidos no podrán levantar el bloqueo a Cuba, y el Congreso no los autorizará, hasta que no se devuelvan todas las propiedades, no solo de los que eran norteamericanos, y no tanto de aquellos, como las de los batistianos, los torturadores y los ladrones que se fueron después y se hicieron ciudadanos norteamericanos. Debe derogar la Ley Helms-Burton, debe derogar la Ley Torricelli y todas las demás leyes de ese engendro que es el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.

Sexto: Debe eliminar la prohibición de los viajes a Cuba de los norteamericanos, que es la violación de un derecho plasmado en su Constitución, y debe eliminar la prohibición de las visitas familiares a los cubanos que viven allí, a los cuales, usted, señor Presidente, les impide venir a ver a sus familias a Cuba, violando sus derechos.

Séptimo: El gobierno de Estados Unidos debe dejar de estimular la emigración ilegal desde Cuba. Debe eliminar la criminal Ley de Ajuste Cubano y la política de pies secos-pies mojados, que estimulan el tráfico de personas, la comisión de actos violentos con el fin de emigrar.

Usted, señor Presidente, es el responsable de los que todavía mueren en el mar, incluidos niños, mujeres, tratando de emigrar ilegalmente desde Cuba; usted es el responsable del tráfico de personas. Usted debe cumplir los acuerdos migratorios. Usted debe cumplir el número de visas, para que puedan emigrar legalmente de Cuba las personas, como ustedes se comprometieron y como han incumplido este año. Y ustedes deben cumplir su compromiso de que a los que intercepten en el mar los devuelvan a Cuba, para desestimular estas prácticas.

Octavo: El gobierno de Estados Unidos debe cesar las agresivas campañas de propaganda sucia, de mentiras contra Cuba, que emplean cuantiosos recursos, como no hubo nunca antes dedicados a esta actividad.

Noveno: Ustedes deben liberar a los cinco luchadores antiterroristas cubanos, presos políticos en las cárceles norteamericanas.

Y me detengo aquí, para subrayar que se encuentran hoy aquí especialmente invitados por nosotros en la Cancillería, la compañera Elizabeth Palmeiro Casado, esposa del compañero Ramón Labañino Salazar, Héroe de la República de Cuba, preso político en las cárceles de Estados Unidos, condenado a cadena perpetua y 18 años por haber luchado contra el terrorismo allí en Estados Unidos. Te damos la bienvenida, Elizabeth. Te reiteramos todo nuestro apoyo y simpatía.

Está también la compañera Magali Llort Ruiz, madre del compañero Fernando González Llort, Héroe de la República de Cuba, preso político en las cárceles de Estados Unidos, condenado a 19 años de prisión, cuyo único delito fue luchar contra el terrorismo, prevenir planes que, de haber sucedido, habrían también asesinado a ciudadanos norteamericanos y de otros países.

Está con nosotros también el compañero Cándido René González Castillo, padre del compañero René González Sehwerert, Héroe de la República de Cuba, condenado a 15 años de prisión, preso político en las cárceles de Estados Unidos.

Recordamos aquí en este momento a Olga Salanueva, la esposa de René, impedida de visitarle durante más de nueve años, a la que se le ha negado la posibilidad siquiera de ver a su esposo en todos estos largos años de cautiverio duro y cruel.

Está con nosotros también el compañero Roberto González Sehwerert, hermano de René, y dedicado, como los otros familiares, a hacer conciencia sobre esta batalla por la liberación y el retorno a su patria de nuestros Cinco Héroes.

Y está con nosotros la compañera Isabel Hernández Nordelo, hermana de Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, preso político en las cárceles de Estados Unidos, condenado a dos cadenas perpetuas y 15 años.

Recordamos ahora a la compañera Adriana Pérez O’Connor, esposa de Gerardo, a la que el régimen de Bush impide también ver a su esposo desde 1998, a quienes impide, incluso, concebir un hijo, sueño de su unión.

Recordamos también a Antonio Guerrero Rodríguez, Héroe de la República de Cuba, preso político en cárceles de Estados Unidos, condenado a cadena perpetua y 10 años.

A todos les damos nuestro mensaje de aliento y de solidaridad y nuestra certeza de que finalmente ellos volverán y que todo el odio descargado sobre ellos no doblegará su voluntad ni la nuestra hasta que se haga justicia.

Décimo: El presidente Bush debe extraditar a Venezuela o enjuiciar en Estados Unidos al terrorista Luis Posada Carriles, libre hoy por las maquinaciones de las más altas autoridades norteamericanas; que se pasea libre en las calles de Miami, llevando sobre su conciencia la muerte de decenas de civiles inocentes cubanos y de otros países; autor intelectual de la voladura del avión cubano, junto a otro terrorista, Orlando Bosch, perdonado y dejado libre también en Estados Unidos por el padre del actual Presidente de Estados Unidos, ambos, antiguos agentes de la CIA, terroristas entrenados por la Agencia Central de Inteligencia en los años en que el padre del actual Presidente de Estados Unidos era el Director de la CIA. El gobierno de Estados Unidos protege a estos terroristas porque teme que revelen los secretos que conocen sobre los planes contra Cuba y contra otros países, sobre todo, lo que se hizo en la Operación Cóndor.

El Presidente debe eliminar la impunidad de los grupos terroristas, que todavía hoy aparecen en los canales de televisión de Miami entrenándose con armas pesadas para el día en que vengan a Cuba junto a las tropas norteamericanas, o amenazando con actos terroristas.

Undécimo: El Presidente de Estados Unidos debe cerrar de inmediato el centro de torturas que creó en la Base Naval de Guantánamo y cuya existencia defiende todavía hoy pese a la repulsa mundial. El lugar donde se aplican las prácticas ya prohibidas por convenciones internacionales de tortura contra los prisioneros, como el sometimiento de los presos en los interrogatorios a altas temperaturas o muy bajas temperaturas, la simulación de la asfixia, los castigos, los tratos crueles, inhumanos y degradantes.

¿En nombre de qué derechos humanos usted habla, cuando todo el mundo sabe que usted lleva sobre sus hombros la muerte y la tortura de presos muchas veces inocentes? Usted debe devolverle a Cuba el territorio que ocupan ilegalmente, en contra de nuestra voluntad, en la Base Naval de Guantánamo.

Duodécimo: Usted debe cesar las presiones contra la comunidad internacional para que apoyen la política de su régimen contra Cuba. Usted fracasará, usted no tendrá el apoyo de la comunidad internacional. Usted puede encontrar unos pocos aliados que, por interés o por falta de valor, lo secunden; pero usted no tiene apoyo para esta política y usted va a fracasar, se lo decimos hoy, y usted no va a lograr sus designios de derrotar a la Revolución Cubana y de reconquistar a Cuba. Como dijo Fidel: ¡Ustedes a Cuba no la tendrán!; ustedes tendrían que exterminar a un pueblo entero. Y en Iraq se ha probado, y en Viet Nam se probó, que ningún ejército es invencible cuando pelea contra un pueblo dispuesto a defender su soberanía y que tiene causas y razones fundadas para luchar por su patria.

Sus planes van a estrellarse. Cuba, señor Presidente, no negocia su soberanía; Cuba no será puesta de rodillas. Usted no va a rendirnos a nosotros con su bloqueo y su intento de rendirnos por hambre y enfermedades. Usted se estrella contra nuestro coraje.

Cuba no podrá ser amedrentada ni nuestra unidad podrá ser vulnerada. Nuestro pueblo se une más ante la amenaza y la prepotencia del imperio que no ha podido doblegarlo.

Para el pueblo de Estados Unidos tenemos también un mensaje. Para el pueblo de Estados Unidos tenemos un mensaje de respeto y de amistad. No los culpamos a ustedes, al pueblo norteamericano, del sufrimiento que el régimen que ustedes también padecen causa a nuestro pueblo.

Nosotros estamos seguros de que un día no habrá bloqueo, que un día ustedes podrán tener relaciones normales con un pequeño país vecino, cuyos médicos estuvieron dispuestos a ir allí cuando el huracán Katrina a llevar alivio y cura a los enfermos, a los damnificados, y este régimen que ahora amenaza otra vez a Cuba lo impidió y los condenó, porque eran negros y eran pobres, a morir allí sin asistencia médica. Un día eso no será así.

Nuestro mensaje también de aliento, de condolencias a los ciudadanos de California que están padeciendo en este momento los incendios forestales. Un día, cuando haya desastre natural, en uno u otro país, se impondrá el ambiente de cooperación, como ha actuado siempre el pueblo cubano, que ha ido a cualquier lugar adonde han sido necesarios sus esfuerzos, su ayuda. Pero hoy el régimen que gobierna a Estados Unidos impide que eso ocurra.

Un mensaje tenemos para el pueblo de Estados Unidos, de amistad. No nos confundimos, somos un pueblo con cultura política, somos un pueblo con principios y decoro y sabemos que ustedes son víctimas, como nosotros también, de esta política, y sabemos que un día ustedes también se van a librar de esta tiranía que les ha sido impuesta, que manda a sus hijos, por ser pobres, a luchar en tierras lejanas, a matar y a morir, para robarles a otros pueblos sus recursos naturales, para favorecer los intereses mezquinos de una oligarquía o una cúpula de intereses, tras el petróleo y los recursos naturales.

Nosotros reaccionamos con indignación; pero con serenidad. No amenazamos, nos preparamos. No alardeamos, no nos jactamos, mantenemos nuestro rumbo. No hay —y lo repito aquí hoy— fuerza humana ni natural en el mundo capaz de hacer desistir a los cubanos de sus sueños de justicia, de libertad y de independencia. Somos una Revolución victoriosa, hay que respetarnos, nos hemos ganado el respeto del mundo.

En estos días, en que se cumplen 45 años de la Crisis de Octubre, y cuando estamos a pocos días de la próxima votación que habrá en la Asamblea General de Naciones Unidas sobre el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, quiero subrayar que hay en este momento en el pueblo cubano la misma serenidad, la misma entereza, el mismo sentimiento de unidad nacional y de orgullo patrio que en aquellos días luminosos y tristes, como los llamó el Che, en que el pueblo cubano estuvo dispuesto a enfrentar, incluso, el holocausto nuclear antes que renunciar a sus principios y a su soberanía, y esa es la determinación que hay ahora en Cuba.

La Revolución Cubana no podrá ser derrotada, y se lo decimos aquí al Presidente del imperio que amenaza a Cuba; tenemos el apoyo del pueblo, el apoyo consciente, voluntario y libre de un pueblo que sabe bien lo que se juega en esta hora crucial de su historia y que no podrá ser ni engañado, ni comprado, ni amenazado, ni rendido.

Así que rechazamos, una por una, cada palabra de amenaza y de chantaje contra Cuba, cada frase llena de odio, y le decimos al Presidente de Estados Unidos que lo que está llegando es el día en que el pueblo de Estados Unidos y el mundo se libren de él, y lo que está llegando es el día en que nosotros logremos que se levante el bloqueo, y que sus amenazas no nos sacarán de nuestro curso de construcción de una sociedad más justa, más humana, más libre, de más socialismo y de más Revolución en este país.

Ese es el mensaje que tenemos para el Presidente imperial que amenaza con guerras en las que él no va a participar, que amenaza con invasiones que él ordenará desde la retaguardia de su confortable refugio; pero que nosotros, si llega el momento, enfrentaremos en la primera trinchera junto a nuestro pueblo.

Muchas gracias

 

Karina Soto (Moderatrice).-  Buona sera a tutti. Abbiamo la presenza di tutti i mezzi stampa nazionali e di 61 corrispondenti di 45 mezzi stampa di 17 paesi...

 

Felipe Pérez. - Buona sera.

Ringraziamo per la loro presenza tutti i corrispondenti della stampa nazionale e della stampa straniera accreditata qui a L'Avana.

Vi abbiamo convocati per dare risposta, a nome del governo e del popolo di Cuba, alle dichiarazioni realizzate dal presidente Bush, appena un paio di ore fa.

Noi valutiamo che le parole del Presidente degli Stati Uniti annunciano una scalata senza precedenti nella politica del governo degli Stati Uniti contro Cuba, più blocco, più sovversione, più tentativi di isolamento di Cuba, e nuovi e rinnovati sforzi per cercare di far arrendere per fame e malattie il popolo cubano.

Valutiamo le parole del Presidente come una conferma che la politica in vigore, nel regime di Bush, è il cambiamento di regime a Cuba, perfino con la forza. Le sue parole di oggi vengono a confermarlo.

Quello che il Presidente degli Stati Uniti ha chiamato "accelerare il periodo di transizione", in cui, secondo lui, sta Cuba, equivale — e voglio qui ricordare le parole di Fidel di appena due giorni fa — alla riconquista di Cuba con la forza. Questo è il piano che oggi é meglio delineato e a nudo davanti all'opinione pubblica.

Voglio sottolineare una frase del discorso del Presidente degli Stati Uniti, ha detto: "La parola d'ordine nei nostri rapporti futuri con Cuba non è stabilità, la parola d'ordine è libertà".

Cuba intende queste parole come un atto irresponsabile che dà un'idea del livello di frustrazione, di disperazione e di odio personale del presidente Bush contro Cuba; un'invocazione alla violenza, una chiamata, perfino, all'uso della forza per abbattere la Rivoluzione Cubana ed imporre i suoi disegni a Cuba.

 

Cuba respinge categoricamente l'istigazione alla violenza, l'evocazione, perfino, dell'uso della forza che dà ancora maggior ragione all'allerta di Fidel alla comunità internazionale, all'opinione pubblica; che rafforza la nostra ragione e la veridicità delle nostre parole, quando ci prepariamo, continuamente, rinforzando la nostra difesa, la preparazione del nostro popolo per affrontare i piani più maligni e pericolosi di questo regime.

Il Presidente, in linguaggio minaccioso ed arrogante, oltre a delineare perfino l'opzione dell'uso della forza, perfino lo scenario della rottura della stabilità a Cuba per dar passo a ciò che chiamò la "libertà", che è il cambiamento di regime, che è il rovesciamento della Rivoluzione e la riconquista di Cuba con la forza; facendolo, il Presidente degli Stati Uniti lasciò aperta l'opzione che se questo fosse il risultato di un ipotetico e fantasioso sollevamento interno a Cuba, gli Stati Uniti l'appoggerebbero, ciò che qualunque persona mediamente ben informata e con due dita di cervello sa che non è politicamente possibile, che la Rivoluzione Cubana ha un appoggio schiacciante e maggioritario del popolo; ma lasciò anche aperta l'idea che questa stabilità possa essere vulnerata da fuori, con una nuova guerra di conquista ed annessione, come quella che lanciò contro l'Iraq, e come quella che minacciò di lanciare contro 60 o più oscuri angoli del pianeta, tra i quali, ovviamente, stava Cuba.

 

Dobbiamo avvertire che uno scenario come questo non solo significherebbe la rottura della stabilità di Cuba ma anche della stabilità degli Stati Uniti e metterebbe anche in pericolo il popolo nordamericano i cui figli sarebbero inviati ad ammazzare ed a morire in una guerra, a Cuba, che durerebbe 100 anni e che non finirebbe se non con la vittoria del nostro popolo, ad un costo tremendo, è logico, in vite dei suoi figli, distruzione materiale; ma il cui unico risultato possibile è la preservazione dell'indipendenza e la sovranità di Cuba. E devo dire che qui la reazione è di serenità e fermezza.

La parola d'ordine a Cuba non è né la stabilità, né niente di ciò, la parola d'ordine a Cuba è: Coraggio! Ed è la nostra risposta; serenità assoluta e fiducia nella nostra forza e nella solidarietà che il mondo dispensa oggi a Cuba e nell'ammirazione che la resistenza di Cuba solleva nel mondo.

Cosicché se l'obiettivo delle parole del Presidente degli Stati Uniti è intimorire il popolo, spaventare la sua Direzione, da subito devo dire che il risultato delle sue minacce contro Cuba è  un completo fallimento; ma è, e prendiamo nota di ciò, un'evoluzione dell'aggressività del tono del suo linguaggio verso Cuba.

Nel gennaio 2004, il presidente Bush aveva detto che bisognava "lavorare per una transizione rapida e pacifica a Cuba", questo nel gennaio 2004. Nel febbraio 2004 ha ripetuto, un'altra volta, che l'obiettivo della sua politica era "la transizione rapida e pacifica ad una democrazia". Nel maggio 2004 parlò che bisognava "accelerare", già non era sperare o lavorare, bensì "accelerare il giorno in cui Cuba sia un paese libero", disse. In ottobre 2004 diceva che "il popolo cubano dovrebbe essere liberato", cosa che qui nessuno gli chiese, né gli chiede, né gli chiederà, ma l'idea si é evoluta, non di sperare o di desiderare, bensì che questo popolo "dovrebbe essere liberato".

 

Nell'agosto 2006, promettendo la futura "liberazione" di Cuba, assicurava che quando questa sarebbe avvenuta "i cubano-americani, diceva, potranno affrontare il tema della confisca delle proprietà", cioè, "potranno allora, una volta che noi liberiamo a Cuba, occuparsi di recuperare le loro antiche proprietà", i batistiani, i torturatori, gli assassini, i proprietari terrieri legati alla dittatura di Batista, ritornerebbero qui per recuperare le proprietà, che è quasi sempre il leitmotiv di tutta questa politica.

Tuttavia, già nel giugno 2007, diceva: "Continueremo a far pressioni per la libertà di Cuba." Nel giugno 2007, ad una domanda estemporanea in un incontro con militari nordamericani, disse: "Alcuni diranno che il problema è la stabilità a Cuba. Io considero che dobbiamo pressare duramente per la democrazia". Era una frase dove già s'indicava l'idea che la stabilità non fosse la cosa più importante.

Bene, ha continuato la sua cascata di minacce e frasi contro Cuba, che ha sboccato oggi in questo nuovo passo, che non è oramai sperare, desiderare, bensì assicurare che la parola d'ordine, in questo momento, non è stabilità, che la parola di ordine è libertà.

Noi siamo coscienti di che cosa significa la "libertà" che il presidente Bush promette ai cubani e prendiamo sul serio l'evocazione di nuovi e rinnovati sforzi del governo degli Stati Uniti per compiere la sua politica di cambiamento di regime a Cuba che è, tra l'altro, illegale; è una politica che viola il diritto internazionale. Il Presidente degli Stati Uniti non ha autorità morale, né potestà legale per proporsi di cambiare l'ordinamento giuridico, politico che gli altri popoli della Terra, sovranamente, hanno deciso di darsi. È una violazione dei nostri diritti come popolo indipendente, come nazione sovrana. È una conculcazione del nostro diritto ad esercitare la libera determinazione.

Noi sappiamo che cosa verrebbe dietro la "libertà" portata dai bombardieri e dalle armi dall'esercito degli Stati Uniti: i gruppi terroristici, assetati di sangue, che ancora oggi si addestrano in Florida con totale impunità, permessi e tollerati dal governo degli Stati Uniti; coi quali, alcuni giorni fa a Miami, si riunì il presidente Bush, per prometter e conversare con loro su questa presentazione e per ricordare che promise che "egli avrebbe risolto il tema di Cuba", egli sapeva - disse - come risolverlo; questi gruppi, uno dei cui portavoci disse che l' unica cosa che reclamerebbero al Presidente in quel momento sarebbero tre giorni di licenza, a Cuba, per ammazzare. Ma, bene, bisogna sapere che non trovano qui un popolo ponente l'altra guancia; bisogna sapere che troveranno milioni di combattenti, armati ed addestrati ed un popolo preparato e pronto, dopo quasi mezzo secolo di Rivoluzione vittoriosa, a difendere le sue conquiste ed il suo diritto alla libertà e l'indipendenza.

Allora, oltre a questo annuncio, a questo preludio di una escalation di più blocco, a queste minacce, oltre a ciò, il Presidente fece una descrizione bugiarda e ridicola della situazione a Cuba. Mai vidi un politico distillare più odio e più frustrazione. Fu una cosa patologica. Fece una descrizione di Cuba che unicamente la cecità, dovuta all'odio e all'impotenza, può far cadere in questi eccessi.

Non vado, ovviamente, a consumare tempo nel ribattere alle bugie; ma solo, come esempio, ne commento alcune.

 

Il Presidente degli Stati Uniti dice che, l'anno scorso, loro sono il governo che più ha aiutato Cuba; precisamente nell'anno in cui si é avuto più blocco, più persecuzione, quando hanno multato i gruppi religiosi che venivano a Cuba, le istituzioni religiose, quando hanno portato la loro persecuzione al punto di schizofrenia.


Queste sono state alcune delle sue parole per descrivere la realtà cubana, come già dissi, in un discorso che provoca realmente avversione al solo ascoltare queste frasi.

 

Ha fatto, d'altra parte, un appello disperato ad altri paesi per sommarsi al blocco e alla sovversione contro Cuba, per sommarsi a questa politica fallita che nessuno nel mondo condivide.

Cuba considera che le parole di oggi riconoscono esplicitamente che il governo degli Stati Uniti si sente solo nella sua politica verso Cuba. C'è stato un appello reiterato e disperato affinché altri governi si aggiungano; perfino gli ha dettato il decalogo delle cose che, a suo giudizio, dovrebbero fare questi governi, le loro ambasciate a L'Avana. Prova che non ha appoggio né riconoscimento nel mondo, perché devo qui ricordare, che si può essere il più potente, ma non il più rispettato; può aversi la capacità di distruggere un paese con un attacco nucleare, ma non di suscitare simpatia; si può essere temuto, perfino, ma questo non vuole dire che si sia amato o appoggiato. E ciò che avviene è che il Presidente degli Stati Uniti sbatte col fatto che la comunità internazionale non segue la sua politica, che c'è un rifiuto, quasi universale, al blocco genocida che impone contro il popolo di Cuba, che cresce l'ammirazione ed il riconoscimento per Cuba.

Qui ho una notizia di oggi, solo una. Mentre il Presidente degli Stati Uniti leggeva la diatriba anticubana che lì gli prepararono, Cuba risultava eletta a Parigi membro del Consiglio Esecutivo dell'UNESCO, per 157 voti, dei 175 possibili; il paese con più voti di tutto il Terzo Mondo per integrare il Consiglio Esecutivo dell'UNESCO; il paese che ha ottenuto più voti nell'Emisfero Occidentale, perfino, più voti che gli Stati Uniti; come espressione del riconoscimento di Cuba la si scelse membro del Consiglio dei Diritti umani con più di due terzi dei voti, nella stessa elezione a cui il governo degli Stati Uniti non concorse per paura di non essere eletto; il paese che presiede il Movimento dei Paese Non Allineati e la cui battaglia nelle Nazioni Unite, l'anno scorso, fu appoggiata nient'altro e niente meno che da 183 dei 192 membri delle Nazioni Unite.

È solo il Presidente degli Stati Uniti. È furioso, inoltre è disperato. È comprensibile, promise a quelle mafie cubane di Miami di risolvere la situazione in un attimo, le stesse che lo portarono alla presidenza in modo fraudolento, che applicarono le stesse tattiche che applicavano qui prima del trionfo della Rivoluzione e che permisero che, dopo una controversa e polemica elezione che fece vedere al mondo, per un mese, quello spettacolo deprimente, fosse finalmente proclamato, per la differenza di un voto nella Corte Suprema.

Con quale autorità si erige a giudice dei diritti umani e della democrazia negli altri paesi? Lei non ha autorità morale, signore Presidente; lei non ha credibilità. Due terzi dei nordamericani sentono vergogna per lei. Lei ha meno del 25% di appoggio dell'opinione pubblica del suo paese. Lei sta — come in questi giorni ha detto il compagno Alarcón — imballando per andarsene. Non lo sottovalutiamo, ovviamente, lei è pericoloso, lei ha potere; ma lei non ha appoggio, lei non ha credibilità, lei non ha autorità; il nostro popolo, lo sa, ha inoltre combattuto, prima di lei, con altri nove presidenti degli Stati Uniti, e sta qui e seguirà a star qui.

Allora c'è, inoltre, una chiara frustrazione nelle parole del Presidente degli Stati Uniti. Il fatto che Cuba ha sconfitto tutti i suoi tentativi, i suoi piani annunciati in questi anni, tutte le sue iniziative; che la Rivoluzione continui a stare qui, dritta e ferma, l'ossessiona. Siamo davanti ad un Presidente con un'ossessione: la bandiera che ondeggia qui vittoriosa e che essi non hanno potuto ammainare né lo potranno.

L'economia cubana si rafforza, gli sforzi del nostro popolo continuano a fruttificare. La Rivoluzione è ora più forte, il nostro popolo ha resistito, con esemplare maturità politica ed unità, ai duri anni del periodo speciale che ha dovuto vivere.

Il blocco è isolato, è più chiaro che mai, per noi, che è insostenibile questa politica e che è una questione di tempo; è una politica, inoltre, che ci sviluppa simpatia dentro gli Stati Uniti, i cui cittadini, anche, sono vittime di tutta questa politica di persecuzione ed aggressioni contro Cuba.

 

Cresce l'unità del nostro popolo;  inoltre ne abbiamo appena avuto una prova: elezioni esemplari nella loro trasparenza, nella loro organizzazione, nella massiccia partecipazione popolare, senza che il voto fosse obbligatorio. Più del 95% di partecipazione, con più di 8100000 cubani che hanno partecipato a queste elezioni, in una dimostrazione esemplare di civismo, di cultura politica, dove non si é avuto uno scandalo, niente di simile a quello che avvenne a Miami quando lei fraudolentemente fu eletto Presidente. Elezioni che qualunque osservatore onesto deve riconoscere che si sono svolte in un ambiente di normalità e di partecipazione popolare; in mezzo ad un dibattito popolare esemplare, a Cuba, sulle nostre difficoltà, sui nostri problemi, stimolato dalla Direzione del nostro Partito, a partire dalla discussione del discorso di Raúl il passato 26 di luglio.

Noi capiamo questa reazione di oggi, come un altro atto frutto di questa disperazione. Il Presidente vede che il tempo sta terminando che non può mantenere la sua promessa, e ciò, ovviamente, non lo rende meno pericoloso. Ma, inoltre, c'è, nel suo discorso di oggi, un tentativo vano e ridicolo di reclutare, per perseguire la sua politica contro Cuba, militari cubani, membri delle nostre Forze Armate Rivoluzionarie, del Ministero dell'Interno. Promette loro di perdonarli dopo che prendano il controllo di Cuba, se ora, per tempo, si pentono di servire il loro popolo, di difendere la Rivoluzione.

 

Senta, ho un messaggio per il Presidente degli Stati Uniti: Lei delira, sta delirando. Lei sta parlando ad un esercito liberatore. Lei dimentica che a Cuba l'esercito è il popolo in uniforme. Lei dimentica che più di 350000 cubani vestirono volontariamente quell'uniforme per andare ad affrontare il regime dell'apartheid, che Stati Uniti ed altri paesi occidentali appoggiavano, e che resero possibile con la loro vittoria, la liberazione della Namibia, la preservazione dell'integrità territoriale dell'Angola, la liberazione di Mandela, la legalizzazione dell'ANC, la nascita di un Sudafrica senza apartheid. Lei dimentica questo.

Lei promette perdono per il futuro ai combattenti della sicurezza cubana, se non reprimono il sollevamento che, lei dice, si avrà a Cuba. Lei dimentica che quegli uomini e donne da mezzo secolo sconfiggono i più di 600 piani che voi organizzaste per tentare di assassinare Fidel, che sconfissero la guerra sporca e le bande armate che voi organizzaste e riforniste nelle montagne di Cuba, che hanno sconfitto i piani del terrorismo contro Cuba. Lei dimentica che gli uomini e donne che portano quell'uniforme sono il popolo al potere, perché qui c'é una Rivoluzione vittoriosa che voi non avete potuto sconfiggere. Lei si sbaglia.


Gli propone, promette ai funzionari del governo che se tradiscono il loro popolo e passano di bandiera si presentano lì davanti a lei, lei perdonerà loro, in futuro, la vita. Lei si sbaglia, lei non conosce questo popolo. Lei crede che questo popolo è gente della categoria dei mercenari che voi pagate qui.

 

Di sicuro i mercenari, pagati qui dai servizi speciali e dal governo degli Stati Uniti, a cui l'anno scorso vennero dedicati 9 milioni, ma che in quest'anno dedicano 45 milioni di dollari, questi stanno lì, nella Sezione di Interessi nordamericana a L'Avana, vedendo dal vivo, con i diplomatici nordamericani, il discorso del presidente Bush, ed applaudendo — posso immaginare — le minacce proferite contro il loro popolo. Per questo motivo oggi qui rivendichiamo il diritto della Rivoluzione a difendersi ed ad usare tutte le risorse a sua disposizione, dentro il rispetto delle nostre leggi, della nostra etica, per difendere la nostra Patria.

D'altra parte, c'è stato il tentativo in quel discorso di giustificare la sua politica verso Cuba in una supposta difesa della democrazia, dei diritti umani e noi rispondiamo che il presidente Bush non ha autorità morale per dettare ai cubani quello che devono fare. Lei non è un liberatore, signore Bush; lei è un brutale repressore. Il suo regime ha invaso, ha massacrato, ha torturato in nome della libertà. Lei svergogna i suoi compatrioti.

 

Lei autorizzò l'esistenza di prigioni segrete, di voli clandestini. Lei legalizzò l'uso della tortura, della vessazione sui prigionieri. Lei mantiene il centro di torture nella Base Navale di Guantánamo che è stato mondialmente ripudiato. Lei autorizzò l'invasione e l'occupazione dell'Iraq che è costato più di mezzo milione di vite di civili innocenti. Con quale morale lei può venire a dettare ai cubani modelli sul loro futuro, il loro concetto di rispetto dei diritti umani o il loro sistema democratico?

Il Presidente annunciò tre nuove iniziative su Cuba, prova che quasi non rimane nulla da provare contro Cuba; non rimane oramai praticamente nulla da usare. Disse che era disposto a considerare il conferimento di licenze a organizzazioni non governative e gruppi religiosi affinché forniscano computer ai giovani cubani ed al popolo cubano ed accesso ad Internet, se il governo cubano permette l'accesso ad Internet. Un annuncio ridicolo, che muoverebbe a risa se non fosse inserito in questa recrudescenza della politica contro Cuba, in un paese che, a dispetto del blocco e le proibizioni e facendo enormi sforzi — perché Cuba non può comprare nel mercato internazionale computer che abbiano componenti nordamericani o di origine nordamericana  —,ha già più di 500000 computer installati, che l'anno prossimo ne installerà altri 150000 e che, a partire dall'anno che viene, potrà assemblare e produrre qui, nel nostro paese, 120000 nuovi computer all'anno; dove oggi funzionano 602 Giovane Club con più di 7000 computer che ogni anno danno accesso gratuito ad Internet ad oltre 2 milioni di cubani, che hanno diplomato 1300000 giovani cubani in questi anni, che impartiscono gratuitamente 32 tipi distinti di corsi di informatica, operando 24 ore al giorno, che includono programmi speciali per fornire accesso informatico ai ciechi, alle persone con discapacità, agli anziani. E lei gli offre alcune computer che sarebbero portate da alcune ONG, che sarebbero organizzazioni di facciata del governo degli Stati Uniti. È un'offerta ridicola che il nostro paese respinge, logicamente, e non prende sul serio.

 

Inoltre, annunciò d'invitare giovani cubani, figli del suoi controrivoluzionari a Cuba e dei suoi mercenari, ad un programma di borse di studio che ha implementato per l'America Latina, per tre anni; ad un paese che ha 65 università, dove si impartiscono 99 facoltà universitarie e dove oggi studiano 730000 giovani cubani, 69 di ogni 100 giovani cubani che sono in età per andare all'università, il più alto tasso tra i paesi del Terzo Mondo, e che compete favorevolmente e, attenzione se non siamo, il paese con maggior proporzione di giovani, tra i 18 a 24 anni, che possono andare all'università. Un paese che ha in questo momento 30000 giovani, di 120 paesi del Terzo Mondo, che usufruiscono gratuitamente di borse di studio nelle sue università, 23000 di essi studiano nella facoltà di medicina.

Parlarle di alcune borse di studio ad un paese dove studiano oggi 70000 giovani cubani, completamente borsisti nelle università, non solo questi giovani di altri paesi, ma anche più di 40000 giovani cubani che ricevono l'alimentazione, l'alloggio, stipendio, libri, attenzione medica gratuita; un paese che ha universalizzato l'accesso all'educazione, che ha oggi 3 milioni di studenti, i cui risultati in questa materia sono riconosciuti mondialmente.
Il Presidente appare annunciando un programmino per formare quadri alla controrivoluzione ed ai gruppi mercenari che loro pagano. Perfino, quegli stessi familiari dei mercenari che voi pagate a Cuba affinché appoggino la vostra politica, affinché vi aiutino ad applicare il blocco, non hanno proibito il loro accesso né all'educazione né la salute né i servizi che Cuba garantisce a tutti i cittadini. Nessuno nega loro l'entrata pur essendo gente che non condivide le idee della Rivoluzione, i sogni di giustizia e libertà del loro popolo.

Annunciò la creazione di una chiamato Fondo Internazionale per la libertà di Cuba, che dice che aiuterebbe a cercare non so che crediti per Cuba, affinché Cuba paghi non so che debito e, soprattutto, con l'intenzione che altri paesi mettano il denaro, perché lei vuole abbattere la Rivoluzione, ma che un altro paghi e sfrutta per tentare di "passare la spazzola", come si dice in Cuba, e ottenere che altri mettano il denaro, come abbiamo visto nella sua guerra in Iraq ed in altre guerre.

Queste sono le tre misure concrete che anticipò, ma annunciando che è arrivato, che sta già arrivando il momento in cui lei viene a liberare i cubani.

Vorrei, finalmente, spiegare ciò che noi crediamo, realmente, che il presidente Bush dovrebbe proporsi come agenda per Cuba e che sono questi 12 punti che dico ora:
 

Primo: Il governo degli Stati Uniti deve rispettare il diritto dei cubani alla loro indipendenza e alla loro sovranità, il diritto dei cubani alla libera determinazione. Bisogna rispettare il diritto dei cubani ad avere le loro istituzioni, il loro sistema politico, le loro leggi. Non è competenza del governo degli Stati Uniti, per poderoso che sia.

Secondo: Il governo degli Stati Uniti deve cessare immediatamente la sua politica di aggressioni e minacce contro Cuba, per altro, inutili. Si schiantano contro il nostro coraggio e la nostra determinazione di essere un popolo libero.

Terzo: Deve smettere di intervenire grossolanamente nei temi interni di Cuba. Deve rinunciare alla fallita idea di fabbricare un'opposizione interna a Cuba con denaro degli Stati Uniti. Il governo degli Stati Uniti deve smettere di finanziare i suoi gruppi mercenari in Cuba.
 

Quarto: Il regime di Bush deve mettere fine alle azioni sovversive contro Cuba ed alla guerra radiale e televisiva contro il nostro paese. Deve smontare le mal chiamate Radio e Televisione "Martí" che sono un'offesa al popolo cubano, che sporcano il nome dell'Eroe Nazionale di Cuba in trasmissioni radio e televisione che incoraggiano la violenza, l'assassinio politico, il sabotaggio economico.

Quinto: Il Presidente degli Stati Uniti deve immediatamente togliere e senza condizioni il blocco genocida contro Cuba, per cui deve abrogare varie leggi e deve ottenere che il Congresso lo faccia; perché bisogna ricordare che, benché egli disse che potrebbe prendere misure per togliere il blocco a Cuba il giorno che abbia sconfitto la Rivoluzione, secondo la legge nordamericana, poiché tutto il blocco è codificato, i Presidenti degli Stati Uniti non potranno levare il blocco a Cuba, ed il Congresso non li autorizzerà, fino a che non si restituiscano tutte le proprietà, non solo di coloro che erano nordamericani, e non tanto di quelli, come quelle dei batistiani, i torturatori ed i ladri che dopo andarono via e diventarono cittadini nordamericani. Deve abrogare la Legge Helms-Burton, deve abrogare la Legge Torricelli e tutte le altre leggi di questo aborto che è il blocco degli Stati Uniti contro Cuba.
 

Sesto: Deve eliminare la proibizione dei viaggi a Cuba per i nordamericani, che è la violazione di un diritto plasmato nella sua Costituzione, e deve eliminare la proibizione delle visite familiari ai cubani che vivono lì, ai quali, lei, signore Presidente, impedisce loro di venire a vedere le loro famiglie a Cuba, violando i loro diritti.

Settimo: Il governo degli Stati Uniti deve smettere di stimolare l'emigrazione illegale da Cuba. Deve eliminare la criminale Legge di Accomodamento Cubano e la politica dei piedi secchi - piedi bagnati che stimolano il traffico di persone, la commissione di atti violenti col fine di emigrare.

Lei, signore Presidente, è il responsabile di coloro che ancora muoiono in mare, compresi bambini, donne, che tentano di emigrare illegalmente da Cuba; lei è il responsabile del traffico di persone. Lei deve compiere gli accordi migratori. Lei deve compiere il numero di visti, affinché possano emigrare legalmente da Cuba le persone, come voi vi impegnaste e come non si é adempiuto questo anno. E voi dovete adempiere all'impegno che coloro che s'intercettino in mare si restituiscano a Cuba, per scoraggiare queste pratiche.

Ottavo: Il governo degli Stati Uniti deve cessare le aggressive campagne di propaganda sporca, di bugie contro Cuba, con uso di abbondanti risorse, come mai prima si sono dedicate a questa attività.

Nono: Voi devono liberare i cinque lottatori antiterroristi cubani, prigionieri politici nelle prigioni nordamericane.

E qui mi trattengo, per sottolineare che oggi si trova qui, speciale invitata da noi, nella Cancelleria la compagna Elizabeth Palmeiro Casado, sposa del compagno Ramón Labañino Salazar, Eroe della Repubblica di Cuba, prigioniero politico nelle prigioni degli Stati Uniti, condannato all' ergastolo e 18 anni per avere lì lottato contro il terrorismo negli Stati Uniti. Ti diamo il benvenuto, Elizabeth. Ti reiteriamo tutto il nostro appoggio e simpatia.

C'é anche la compagna Magali Llort Ruiz, madre del compagno Fernando González Llort, Eroe della Repubblica di Cuba, prigioniero politico nelle prigioni degli Stati Uniti, condannato a 19 anni di prigione, il cui unico delitto é stato lottare contro il terrorismo, prevenire piani che, se fossero stati realizzati, avrebbero assassinato anche cittadini nordamericani e di altri paesi.

Sta con noi anche il compagno Candido René González Castillo, padre del compagno René González Sehwerert, Eroe della Repubblica di Cuba, condannato a 15 anni di prigione, prigioniero politico nelle prigioni degli Stati Uniti.

Ricordiamo qui, in questo momento, Olga Salanueva, la moglie di René, impedita a visitarlo per più di nove anni, alla quale le è stato negato anche la possibilità di vedere suo marito in tutti questi lunghi anni di cattività dura e crudele.

Sta con noi anche il compagno Roberto González Sehwerert, fratello di René, e dedito, come gli altri parenti, a fare coscienza su questa battaglia per la liberazione ed il ritorno alla sua patria di nostri Cinque Eroi.
E sta con noi la compagna Isabel Hernández Nordelo, sorella di Gerardo Hernández Nordelo, Eroe della Repubblica di Cuba, prigioniero politico nelle prigioni degli Stati Uniti, condannato a due ergastoli e 15 anni.
Ricordiamo ora la compagna Adriana Pérez O'Connor, moglie di Gerardo, alla quale il regime di Bush impedisce perfino di vedere suo marito dal 1998, a cui impedisce perfino concepire un figlio, sogno della loro unione.
Ricordiamo anche Antonio Guerriero Rodríguez, Eroe della Repubblica di Cuba, carcerato politico nelle prigioni degli Stati Uniti, condannato all'ergastolo e 10 anni.

A tutti loro diamo il nostro messaggio di sostegno e di solidarietà e la nostra certezza che finalmente ritorneranno e che tutto l'odio scaricato su di essi non piegherà la loro volontà né la nostra fino a che si faccia giustizia.

 

Decimo:  Il presidente Bush deve estradare in Venezuela o processare negli Stati Uniti il terrorista Luis Posada Carriles, libero oggi per le macchinazioni delle più alte autorità nordamericane; che passeggia libero per le strade di Miami, portando sulla sua coscienza la morte di decine d’innocenti civili cubani  e di altri paesi; autore intellettuale dell'esplosione dell'aeroplano cubano, con un altro terrorista, Orlando Bosch, perdonato e lasciato libero anche negli Stati Uniti dal padre dell'attuale Presidente degli Stati Uniti, ambedue, antichi agenti della CIA, terroristi addestrati dall’Agenzia Centrale di Intelligence negli anni in cui il padre dell'attuale Presidente degli Stati Uniti era il Direttore della CIA. Il governo degli Stati Uniti protegge questi terroristi perché teme che rivelino i segreti che conoscono sui piani contro Cuba e contro altri paesi, soprattutto, quelli che si fecero nell'Operazione Condor. 

 

Il Presidente deve eliminare l'impunità dei gruppi terroristici che ancora oggi appaiono nei canali televisivi di Miami addestrandosi con armi pesanti per il giorno in cui vengano a Cuba al seguito delle truppe nordamericane, o minacciando con atti terroristici. 

 

Undicesimo:  Il Presidente degli Stati Uniti deve chiudere immediatamente il centro di torture che ha creato nella Base Navale di Guantánamo e la cui esistenza difende ancora oggi a dispetto del rifiuto mondiale.  Il posto dove si applicano le pratiche proibite dalle convenzioni internazionali di tortura contro i prigionieri, come la sottomissione dei carcerati ad interrogatori ad alte temperature o a molto basse temperature, la simulazione dell'asfissia, le punizioni, i trattamenti crudeli, inumani e degradanti.  

 

A nome di quali diritti umani lei parla, quando tutto il mondo sa che lei porta sulle sue spalle la morte e la tortura di carcerati molte volte innocenti?  Lei deve restituire a Cuba il territorio che occupa illegalmente, contro la nostra volontà, nella Base Navale di Guantánamo. 

 

Dodicesimo:  Lei deve cessare le pressioni contro la comunità internazionale affinché appoggi la politica del suo regime contro Cuba.  Lei fallirà, lei non avrà l'appoggio della comunità internazionale.  Lei può trovare pochi alleati che, per interesse o per mancanza di valore, l'assecondino; ma lei non ha appoggio per questa politica e lei fallirà, glielo diciamo oggi, e lei non realizzerà i suoi propositi di sconfiggere la Rivoluzione Cubana e di riconquistare Cuba.  Come disse Fidel: Voi Cuba non l'avrete!; voi dovreste sterminare un intero popolo.  Ed in Iraq si è provato, ed in Vietnam si provò che nessun esercito è invincibile quando combatte contro un popolo disposto a difendere la sua sovranità e che ha fondate cause e ragioni per lottare per la sua patria.  

 

I suoi piani falliranno.  Cuba, signor Presidente, non negozia la sua sovranità; Cuba non sarà messa di ginocchia.  Lei non ci fa arrendere col suo blocco ed il suo tentativo di arrenderci per fame e malattie.  Lei si schianta contro il nostro coraggio. 

 

Cuba non potrà essere spaventata né la nostra unità potrà essere vulnerata.  Il nostro popolo si unisce di più di fronte la minaccia e la prepotenza dell'impero che non ha potuto piegarlo. 

 

Anche per il popolo degli Stati Uniti abbiamo un messaggio.  Per il popolo degli Stati Uniti abbiamo un messaggio di rispetto e di amicizia.  Non incolpiamo, il popolo nordamericano, della sofferenza che il regime, che anche voi soffrite, causa al nostro popolo. 

 

Noi siamo sicuri che un giorno non ci sarà blocco, che un giorno voi potrete avere relazioni normali con un piccolo paese vicino, i cui medici erano disposti ad andare lì, a portare sollievo e cura i malati, ai disastrati nei momenti dell'uragano Katrina e questo regime, che ora minaccia un'altra volta Cuba, l'impedì e li condannò, perché erano neri ed erano poveri, a morire lì senza assistenza medica.  Un giorno questo non sarà così. 

 

Anche il nostro messaggio di sostegno, di condoglianze ai cittadini della California che, in questo momento, stanno soffrendo gli incendi forestali.  Un giorno, quando ci sia disastro naturale, in uno o altro paese, si imporrà l'ambiente di cooperazione, come ha sempre agito il popolo cubano che è andato in qualunque luogo dove sono stati necessari i suoi sforzi, il suo aiuto.  Ma oggi il regime che governa agli Stati Uniti impedisce che ciò avvenga. 

 

Un messaggio abbiamo per il popolo degli Stati Uniti, di amicizia.  Non ci confondiamo, siamo un popolo con cultura politica, siamo un popolo con principi e decoro e sappiamo che voi siete vittime, come anche noi, di questa politica, e sappiamo che un giorno anche voi vi libererete di questa tirannia che è stata imposta, che manda i suoi figli, per essere poveri, a lottare in terre lontane, ad ammazzare ed a morire, per rubare ad altri popoli le loro risorse naturali, per favorire i meschini interessi meschini di un'oligarchia o una cupola di interessi, dietro il petrolio e le risorse naturali. 

 

Noi reagiamo con indignazione; ma con serenità.  Non minacciamo, ci prepariamo.  Non ostentiamo, non ci vantiamo, manteniamo la nostra rotta.  Non c'è — e lo ripeto qui oggi —forza umana né naturale nel mondo capace di fare desistere i cubani dai loro sogni di giustizia, di libertà e di indipendenza.  Siamo una Rivoluzione vittoriosa, bisogna rispettarci, ci siamo guadagnati il rispetto del mondo. 

 

In questi giorni, in cui si compiono 45 anni dalla Crisi di Ottobre, e quando siamo a pochi giorni dalla prossima votazione che ci sarà all'Assemblea Generale delle Nazioni Unite sul blocco degli Stati Uniti contro Cuba, voglio sottolineare che c'è, in questo momento, nel popolo cubano la stessa serenità, la stessa interezza, lo stesso sentimento di unità nazionale e di orgoglio patrio che in quei giorni, luminosi e tristi, come li chiamò il Che in cui il popolo cubano è stato disposto ad affrontare, perfino, l'olocausto nucleare piuttosto che rinunciare ai suoi principi e alla sua sovranità, e questa è la determinazione che c'è ora a Cuba.   

 

La Rivoluzione Cubana non potrà essere sconfitta e lo diciamo qui al Presidente dell'impero che minaccia Cuba; abbiamo l'appoggio del popolo, l'appoggio cosciente, volontario e libero di un popolo che sa bene quello che si gioca in questa ora cruciale della sua storia e che non potrà essere né ingannato, né comprato, né minacciato, né arreso.  

 

Cosicché respingiamo, una per una, ogni parola di minaccia e di ricatto contro Cuba, ogni frase piena di odio, e diciamo al Presidente degli Stati Uniti che quello che sta arrivando è il giorno in cui il popolo degli Stati Uniti ed il mondo si liberino di lui, e quello che sta arrivando è il giorno in che noi otterremo che si levi il blocco, e che le sue minacce non ci distrarranno dal nostro corso di costruzione di una società più giusta, più umana, più libera, di più socialismo e di più Rivoluzione in questo paese. 

 

Questo è il messaggio che abbiamo per il Presidente imperiale che minaccia guerre a cui egli non partecipa, che minaccia invasioni che egli ordinerà dalla retroguardia del suo confortevole rifugio; ma che noi, se arriverà il momento, affronteremo nella prima trincea insieme al nostro popolo. 

Molte grazie