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Affettuoso incontro tra Fidel e Chávez

 

10 novembre 2010 - www.granma.cu

 

Nel pomeriggio di ieri il compagno Fidel ha visitato il Presidente della Repubblica Bolivariana del Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, con il quale ha avuto un fraterno incontro che si è prolungato durante quattro ore.

 

Nella conversazione hanno ricordato l’inizio degli scambi che condussero alla firma dell’ Accordo Integrale di Cooperazione Cuba Venezuela che, trascorsi dieci anni, ha permesso di consolidare le relazioni politiche, economiche e sociali tra i due popoli.

 

Fidel si è complimentato per le sue calde ed emozionate parole pronunciate durante l’incontro nel Palazzo delle Convenzioni, nel quale è stata annunciata la data della realizzazione del VI Congresso del Partito, quando si compiranno  il 50º anniversario della proclamazione del carattere socialista della Rivoluzione, e la  Vittoria di Playa Girón.

 

Chávez si è congratulato per questo nuovo incontro con Fidel e gli ha riferito il lavoro dei ministri dei due paesi, che hanno permesso di rilanciare, lunedì 8,  l’accordo integrale di cooperazione bilaterale per il periodo 2010 - 2020 e la sua soddisfazione per il toccante evento.

 

Fidel e Chávez hanno scambiato criteri sulla complessa situazione internazionale ed hanno espresso la loro convinzione che le relazioni tra Cuba  e la Repubblica bolivariana del Venezuela costituiscono un esempio di relazioni fraterne tra  due popoli rivoluzionari che lottano per un miglior destino per tutta l’umanità.

 

Il decennio dell’Accordo  bilaterale

Cuba–Venezuela
 

Un paradigma di cooperazione tra le nazioni

 

9 novembre 2010 - M.M. Guerrero  www.granma.cu

 

I presidenti di Cuba e Venezuela, il Generale d’Esercito Raul Castro Ruz e Hugo Rafael Chávez Frías, rispettivamente, hanno presenziato l’atto a L’avana per il X Anniversario dell’Accordo Integrale di Cooperazione tra le due nazioni.

 

Nel Palazzo delle Convenzioni de L’Avana si è svolta la  celebrazione, per ricordare la firma del Comandante in Capo Fidel Castro Ruz e dello stesso Chávez, dei primi accordi bilaterali per la collaborazione in diversi campi,  fatto avvenuto il 30 ottobre del 2000 nel Palazzo di Miraflores, a Caracas, ha informato la AIN.

 

Domenica 7, in una trasmissione televisiva da L’Avana, Chávez ha affermato che l’accordo è diventato un paradigma di cooperazione tra le nazioni dell’America Latina, oltre ad aver contribuito allo sviluppo economico sociale ed alla crescita del livello di vita del suo popolo, ed in particolare dei più poveri.

 

Chávez ha ricordato che Cuba ha dato aiuti nei settori come la salute, l’educazione, l’industria, il turismo, l’agricoltura e l’alimentazione ed inoltre ha ricevuto 23000 pazienti venezuelani con i loro familiari, e  che il Venezuela, in cambio, ha consegnato all’Isola 53000 barili di petrolio ogni giorno.

 

“Ci siamo aiutati mutuamente ed ogni giorni continueremo ad aiutarci come paesi, ed ogni volta sarà meglio, per ottenere stabilità sociale e politica” ha affermato ancora il presidente bolivariano.

 

Quiero rendirle tributo a Fidel y a su largo

andar por nuestros pueblos, despertándonos

 

Discurso pronunciado por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, compañero Hugo Rafael Chávez Frías, en el Acto Conmemorativo del Décimo Aniversario del Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela

 

Palacio de las Convenciones, el 8 de noviembre de 2010, "Año 52 de la Revolución"

 

Foto: AINQuerido compañero Raúl; queridos compañeros; cancilleres; ministros; embajadores; líderes sociales y de la Revolución Cubana; líderes de las comunidades también están ahí, ¿verdad?, que han venido de toda Cuba; señores de la prensa; compañeros de las Fuerzas Armadas; hermanas y hermanos:

Primero agradezco esta deferencia: Proyecto de Lineamiento de la Política Económica y Social, y comienza aquí con una frase de Fidel.

Desde aquí un saludo al pueblo cubano, a los pueblos de Venezuela, de América Latina, a Fidel, un abrazo a Fidel allá donde nos está viendo.

Y, precisamente, aquí hay unas líneas de Fidel, voy a leerlas, pronunciadas, según aquí está señalado, el 1ro. de mayo del año 2000. Leo:

"Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes, dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo.

"Fidel Castro, 1ro. de mayo de 2000".

Y, además, yo pudiera agregar que ser revolucionario es ser como Fidel y como debemos ser todos, consecuentes con la palabra. Fidel es un ejemplo para todos nosotros: consecuencia revolucionaria. Cuba es un ejemplo de consecuencia revolucionaria. Toda nuestra admiración a la Revolución Cubana, a su líder Fidel, a su presidente Raúl, y a todos ustedes.

¡Ah!, aquí hay una frase tuya también, sí, mira.

"La batalla económica..." (Raúl le dice que la dijo en el discurso). Bueno, pero no está de más que uno la subraye, fíjate, voy a subrayarlo aquí con mi lapicito rojo.

"La batalla económica constituye hoy más que nunca, la tarea principal y el centro del trabajo ideológico de los cuadros, porque de ella depende la sostenibilidad y preservación de nuestro sistema social."

"Raúl Castro Ruz".

Hemos estado todos estos meses siguiendo desde Caracas, desde Venezuela, la batalla económica, bueno, la batalla integral que siempre viene dando la Revolución Cubana, y de manera especial el énfasis que tú, Raúl, compañero presidente, le has dado en estos últimos meses, en estos últimos años a la batalla económica, te acompañamos y subrayamos esto: La batalla económica que, por supuesto, es parte medular de la batalla política, ¿cómo separarla de la batalla ideológica de los cuadros, del pueblo, del Partido, de los partidos, nuestro Partido Socialista, del gobierno, de la Revolución?

Hablando de economía, el petróleo sigue repuntando, el petróleo sigue repuntando, vamos a mostrar aquí, para los señores de la prensa que no han visto. No, sí han visto ya, esos están bien enterados, el petróleo sigue recuperándose.

El petróleo tiene que ubicarse, Rafael... En la última reunión de la OPEP, se estima que debe llegar a 100 dólares, sería el precio justo para el petróleo, ¿eh?, que cada día va a escasear más.

Sabemos que Cuba tiene mucho petróleo, y pronto estaremos haciendo nuestro primer pozo, ¿no? Pronto, pronto. Consigue la plataforma, hay que conseguir la plataforma, Rafael, rápido, porque, claro...

Raúl Castro.- Hace falta que no tenga tecnología norteamericana, o menos de un 10% para que puedan...

Hugo Chávez.- Y los brasileños —ahí está Lula, y ahora ganó Dilma Rousseff, tenemos nueva presidenta en Brasil —, tecnología brasileña.

Nosotros estamos comenzando a incursionar off-short (costa afuera), pero sobre todo en gas; pero sabemos que Cuba tiene mucho petróleo. Ahí tenemos los estudios de las dos D y ahora tres D, tres dimensiones. Claro, si los yankis están sacando petróleo ahí mismo, al lado. Y también México, ¿no? Es la misma área geológica, es imposible que no haya...

Fidel tiene incluso los cálculos, Fidel tiene sus propios cálculos, y no tenemos duda de que está cerca de la verdad. ¿Cuánto fue que dijo Fidel que tenía Cuba de petróleo hoy? Como unos 10000 millones, según la cuenta de Fidel, y yo creo que está cerca de la verdad, Raúl, solo que hay que perforar, hay que perforar.

Pero, bueno, mientras tanto, el petróleo hoy subió y está en 88, casi en 90 dólares el barril, el precio de referencia, el Brent; en la canasta venezolana está cerca de 80 dólares, economía.

Venezuela fue durante casi todo el siglo XX el primer exportador mundial de crudo. Bueno, ni Fidel había nacido todavía, tú mucho menos, cuando ya en Venezuela estaban produciendo petróleo. Cuando José Martí cabalgaba por estas tierras abriendo los caminos de la independencia, ya Venezuela estaba produciendo, de manera artesanal, pero ya se producía petróleo. Comenzaba el siglo XX y empezaron a llegar empresas norteamericanas, inglesas, y así Venezuela, ya en la década de los años 20, se ubicó en el primer lugar en las exportaciones de petróleo hasta los años setenta — es decir, cerca de 60 años, pues —, y el resto fuimos el segundo, tercero, y hoy seguimos siendo de los primeros productores y exportadores del mundo.

Rómulo Gallegos cuando salió exilado se vino a La Habana y aquí dio un discurso y dijo: "Me derrocaron los yankis, me derrocó el petróleo."

Ahora, cuando en unos días como estos de finales de octubre, y llegando ya a noviembre de hace 10 años, Fidel estaba visitándonos en Venezuela —es decir, el año 2000, el último año del siglo XX, terminaba el siglo—, Venezuela tenía una pobreza que sobrepasaba al 50% de la población, después de todo ese siglo de tanta generación de riqueza para otros y para una minoría, la burguesía y la alta burguesía venezolana, que nunca fue, lamentablemente, la burguesía nacional aquella a la que se refería Lenín, no, siempre fue una burguesía transnacional, con la mente en otro lado, sin patria. Y ese es uno de los más graves problemas que Venezuela hoy sigue teniendo, y cargaremos con ese problema durante cierto tiempo, sectores elitescos sin patria, que actúan contra su propio país, contra su propia patria como siempre lo hicieron y hoy siguen haciéndolo, y seguirán haciéndolo hasta que se les acabe el fuelle por razones biológicas, naturales y de impulso de la Revolución Bolivariana que no se detendrá, como no se detendrá la Revolución Cubana.

Fidel nos visitaba hace diez años, y hoy estamos aquí —gracias, Raúl, por la invitación— en esta reunión de evaluación del convenio de cooperación, que cumplió diez años, y ahora hemos acordado relanzarlo, y hemos estado trabajando ayer y hoy bastante, nuestros ministros. Hemos relanzado el plan o convenio integral de cooperación 2010-2020, que será una década — esta, la que está comenzando — estoy seguro, de grandes avances en la construcción del socialismo en Cuba, en Venezuela y más allá, y en la independencia de la América Latina, del Caribe, en la unidad, la integración, aun con nuestras diferencias, como hace poco lo ratificábamos y lo subrayábamos con mucha franqueza y mucha sinceridad delante del Presidente de Colombia que nos visitaba, después de los conflictos y tensiones muy graves que hubo entre Venezuela y Colombia en los meses finales del anterior gobierno.

Más allá de la ideología o más allá de los procesos de cada país, está la necesidad geopolítica de la unión de los países, de los pueblos, de América Latina y el Caribe. Ahora, si entre países, o entre algunos países esa unión puede ser perfecta, es entre países que reunimos las características, el bagaje, el legado, el reto, el desafío y la experiencia en los procesos revolucionarios y el grado de independencia con que contamos, cada uno con sus particularidades —ya se ha dicho—, Cuba-Venezuela.

Fidel nos visitaba el año 2000 y era su sexta visita a Venezuela —yo no había nacido cuando ya Fidel andaba por allá, era el mes de abril de 1948. Hoy yo vi una carta, tenía un libro por ahí, ¿quién lo tiene? En ese buen libro conseguimos una carta, en este buen libro de Todo el tiempo de los cedros, de Katiuska Blanco.

Les confieso que un día estábamos conversando Fidel, Raúl y yo y otro grupo pequeño de amigos allí, y Fidel mandó a buscar este libro, yo no lo conocía, me lo obsequió; pero él buscó por aquí, buscó, buscó hasta que nos leyó —él lee sin lentes, ¿no? ¿Viste? Después se los pone porque dice: "Ahora veo mejor", pero él lee sin lentes.

Entonces se pone a leer y aquí está escrito, no sé en qué página estará, por aquí está, aquel episodio de cuando don Ángel fue a la escuela donde estaban los tres niños: Ramón, Fidel y Raúl y a los tres creo que los expulsaron, ¿no?

Raúl Castro.- Sí.

Hugo Chávez.- Fueron expulsados los tres y van a buscarlos y entonces el cura le dice a don Ángel: "Bueno, don Ángel, hicimos todo lo posible; pero estos tres muchachos son los más grandes demonios que han pasado por esta escuela". No estoy exagerando.

Raúl Castro.- Fue lo que dijo el cura.

Hugo Chávez.- No, estoy diciendo lo que dijo el cura. Y entonces Fidel está leyendo aquí, riéndonos todos, y de repente Raúl, que está sentado ahí, dice: "Bueno, Chávez, saca tú la cuenta, nos expulsaron a los tres."

"Ramón, ese era un pan dulce que no se metía con nadie. Yo era el chiquitico. ¿Quién queda? ¿Quién queda?" ¿Quién queda? Bueno, ese quién queda andaba por América Latina y aquí está una carta que él le manda a Don Ángel desde Bogotá, el 3 de abril de 1948.

Quiero con esto rendir tributo a ese largo andar de Fidel, despertándonos por estos pueblos, ese largo andar interminable, de un siglo y pasó para el otro, ¿no te das cuenta, pues?, de un siglo pasó para el otro y tú también, y ustedes (Señala).

"Bogotá, 3 de abril de 1948

"Querido Papá:

"Ya en Bogotá donde pienso permanecer algunos días, puedo sentarme tranquilamente a escribirles. En Caracas nos pasamos cuatro días. La ciudad está a unos cuarenta kilómetros del aeropuerto, la carretera que conduce del aeropuerto a Caracas es verdaderamente fabulosa pues tiene que atravesar una cordillera de montañas de más de mil metros de altura. Venezuela es un país muy rico, gracias principalmente a su gran producción de petróleo." ¿Qué edad tenía Fidel aquí? ¿En 1948 veinte y qué? (Raúl dice que nació en 1926.) ¿Veintidós? Veintidós años, fíjate, veintidós años; aún ni siquiera se había graduado de abogado, andaba en la universidad de la vida.

Sigo leyendo: "Allí se hacen grandes negocios pero la vida es bastante cara. En cuanto a lo político actualmente el país" —Venezuela— "marcha admirablemente bien. Rómulo Betancourt dejó la Presidencia con deudas personales y la administración pública es muy honrada. El pueblo está muy satisfecho de su actual gobierno que está realizando una serie de medidas que tienden a beneficiar el país." Está hablando del gobierno de Rómulo Gallegos, que fue derrocado pocos meses después por los yankis; Rómulo Gallegos, por cierto, al exilio se vino a La Habana y aquí dio un discurso y dijo: "Me derrocaron los yankis, me derrocó el petróleo." Por ahí anda ese discurso. Todos los presidentes que en Venezuela en 100 años quisimos manejar de manera soberana el petróleo fuimos derrocados, y ustedes saben que me incluyo, que yo fui derrocado, solo que se llevaron una sorpresa los yankis y sus aliados y se toparon con un pueblo y unos militares que dijeron: ¡No!

"De Venezuela nos trasladamos a Panamá", sigue Fidel. "El aeropuerto está en la zona del canal, el cual pudimos apreciar desde el avión a poca altura. La ciudad de Panamá está bastante cerca del canal y permiten visitarlo lo que no pude hacer debido a nuestra breve estancia en ese país, pues teníamos necesidad de estar en Bogotá el día 31 del pasado. Ese día temprano salimos de Panamá y volando sobre la costa del Pacífico nos dirigimos a Colombia. Hicimos escala en la ciudad de Medellín que es una de las más ricas industriales de Colombia que está en el departamento de Antioquia. Después continuamos el viaje hacia Colombia o mejor dicho hacia la Capital. Para llegar a Bogotá el clípper de cuatro motores" —¡ah!, el avión— "en que viajamos se remonta a una enorme altura. Los ríos como el Magdalena y el Cauca, muy caudalosos, lucen como rayas blancas en la superficie de la tierra." Hubiera sido buen periodista Fidel, qué descripción, ¿ve? "La ciudad de Bogotá está a 2 500 metros sobre la superficie del mar que a esa altura semeja un Valle rodeado de pequeñas colinas. El panorama de la naturaleza muy hermoso y la vegetación completamente distinta a la de Cuba. A pesar de estar tan cerca a la línea del Ecuador debido a su altura la temperatura es muy fría, apenas sube 15 grados y frecuentemente baja de 10, por lo que hay que estar constantemente abrigado."

"La ciudad de Bogotá es muy moderna y casi tan grande como La Habana. Hay mucha actividad y constantemente hay un enjambre de personas en la calle como nunca he visto en ningún lado. Una ciudad muy culta y civilizada. Un gran porcentaje de los colombianos tiene sangre india y se caracterizan por la calma."

"La riqueza principal de Colombia es el café, pero no sucede como en Cuba cuya única riqueza importante es el azúcar, haciendo depender el bienestar del país en un producto expuesto a desastrosas bajas en el mercado mundial" — andaba estudiando economía, ¡economía! —, "sino que también tienen una gran riqueza en las minas de plata y también oro. Las esmeraldas se producen en grandes cantidades y son las mejores del mundo. También tienen mucho ganado y producen además, en cuanto a alimentos, todo lo que consumen. La vida es barata. El compañero mío y yo vivimos en el Hotel Claridge que es bastante bueno, cobran $9,50 diario por cada uno (pesos colombianos" — más bien pesos, no dólares —, "en dólares, equivalente a $4,00 aproximadamente) y la comida es magnífica."

"Bueno papá, no te voy a seguir contando si no nada tendré que decirte en otras cartas. En Bogotá no sé seguro que tiempo habré de estar. En este viaje que realizo estoy organizando un Congreso Latinoamericano de Estudiantes que deberá celebrarse aquí en Bogotá, contamos con la adhesión de casi todos los estudiantes de América. Tuve éxito completo entre los estudiantes de Venezuela y Panamá, la prensa nos está respaldando" — la prensa respaldaba, oigan allá, señores, ‘la prensa nos está respaldando’, señores de la prensa — "y en Panamá hablé durante media hora en una de las estaciones más oídas del país. En Bogotá llevo ya casi tres días, pero apenas he desplegado actividad alguna pues me estoy orientando.

"La ciudad está llena de banderas por la Conferencia."

Aquí habla de nuevo de Venezuela:

"Yo llevaba cartas para varios altos funcionarios venezolanos, los que no pude ver porque era semana santa y para esa fecha hay una inactividad absoluta en estos países y estaban todos por el interior. A Rómulo Betancourt que también tenía yo una carta para él, de un buen amigo suyo, lo pienso ver acá en Bogotá. Estuvimos en la casa del Presidente actual de Venezuela y la familia nos trató muy amablemente." Hay unas fotos por ahí de Fidel con un pantalón de aquellos de pana, pegadito bota ancha, en la casa de Rómulo Gallegos, eso fue en La Guaira, una vieja residencia presidencial que había allí, que ahora es una escuela. "La hermana del presidente se comunicó con él que estaba de veraneo en el interior para comunicarle nuestro interés en verlo y le contestó que el lunes estaría de regreso en Caracas y nos podría recibir, pero era viernes y nosotros teníamos que salir al día siguiente para Panamá. ¡Qué distinta democracia a la cubana, donde las puertas de las casas de los gobernantes están vedadas al ciudadano!"

Bueno, y termina despidiéndose, ¿no?, con una foto y unas postales de Cartagena.

A los pocos días matan a Gaitán (Raúl dice que estando él allí). Claro, mira, esto es el 3 de abril, y a Gaitán lo matan el 9 de abril, una semana, seis días después.

Fidel estuvo allí, como sabemos, en el Bogotazo, y nunca olvida él el viaje a Caracas y la carretera esta que era muy tortuosa por las montañas, la carretera vieja, no estaba la autopista todavía, los túneles.

Luego Fidel volvió a Venezuela, volvió a Venezuela en 1959, el 23 de enero, cuando se celebraba el primer aniversario de la caída de la dictadura, veinte días después del triunfo de la Revolución Cubana, como sabemos, como recordamos. Ya yo tenía cinco años, pero era un veguerito por allá de los montes de las sabanas de Venezuela.

Luego pasaron varias décadas, sabemos toda la historia de cómo la Revolución Cubana enfrentó la agresión, la invasión, el bloqueo, y cómo Estados Unidos logró colocar a casi todos los gobiernos de América Latina en contra de Cuba.

Fue, por cierto, el gobierno de Betancourt el que llevó a la OEA la propuesta de Resolución de condena y expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos, de aquel —¿cómo fue que dijo el Canciller cubano?— ministerio de colonias, lo cual era absolutamente cierto.

Luego, Fidel volvió a Caracas en 1989, y esa vez lo vi, tomaba posesión Carlos Andrés Pérez. Venezuela estaba ya en una situación sumamente crítica en lo moral, lo económico, lo político y lo social, y recordamos que ya el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 existía en el ejército y en otras ramas de las Fuerzas Armadas Venezolanas. Yo era mayor, trabajaba allí en el Palacio Blanco, en Miraflores, y recuerdo haber visto a Fidel ahí, muy cerca, andaba con Daniel; Daniel Ortega era presidente aún de Nicaragua, y a los pocos días estalló la tierra. Esto fue 2 o 3 de febrero que estuvo Fidel allá, y el 27 de febrero estalló Venezuela. Por cierto que allá a nosotros los militares nos decían que El Caracazo, toda aquella tragedia de aquella masacre contra el pueblo venezolano, que lo que estaba era muriéndose de hambre y aguantando las recetas del Fondo Monetario Internacional, el Consenso de Washington, además, que llegó Carlos Andrés Pérez a imponerle al país; nos decían en algunas conferencias que no, que la culpa de El Caracazo había sido la visita de Fidel, porque Fidel había dejado 200 instigadores, que se fueron por los barrios —hasta esa locura llegaron a decir allá— y que, bueno, originaron la explosión, la rebelión popular, conocida en la historia con el nombre de El Caracazo. Esa fue la tercera ocasión de Fidel en Caracas.

Luego volvería a una cumbre en Margarita, cuando le estaban haciendo un atentado, era el doctor Caldera el presidente. Ya había ocurrido la rebelión del 4 de febrero de 1992, ya habíamos estado nosotros en prisión durante dos años y un poco más. Ya habíamos salido de prisión, fue en 1994, en Margarita, una Cumbre Iberoamericana.

A los pocos meses me llega la invitación para visitar Cuba, y fue cuando nos conseguimos aquel diciembre de 1994. Coincidió, por cierto, aquella, mi primera visita y nuestro primer encuentro en la Universidad de La Habana, y, bueno, múltiples encuentros en la casa "Simón Rodríguez", en el Casco Histórico de La Habana, y en la Plaza "Bolívar", coincidió con la Primera Cumbre de las Américas —lo recuerdo clarito—, convocada por Clinton en Miami. A esa cumbre fueron todos los presidentes de América Latina y el Caribe, por supuesto, menos Fidel, y recuerdo lo que dijo Clinton allá; en esa ocasión dijo Clinton: "Ahora sí nos estamos aproximando, estamos consiguiendo hacer realidad el sueño de Bolívar." ¿El sueño de Bolívar? Bolívar dijo un día, en 1825, con una claridad impresionante, más que claridad, clarividencia, como una profecía, dijo: "Los Estados Unidos de Norteamérica parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad." Esa sí es la visión de Bolívar, la verdadera visión antimperialista de Bolívar.

Que nadie crea que el imperio yanki le ha perdido interés a la América Latina

Yo no quiero abusar del tiempo, uno se va entusiasmando, entusiasmando y va cabalgando. Yo soy de los que para terminar el discurso me lanzo del caballo, y es una maña vieja. Mi papá tenía una bicicleta vieja de cuando era maestro allá en el campo, y aprendí a andar en bicicleta ahí, pero era muy alta la bicicleta para mi tamaño, y entonces yo me enfilaba contra el topochal de mi abuela, e iba a gran velocidad: rrrrr, pero yo frenaba agarrándome del topochal y la bicicleta se desmadraba ahí. Topochal es como... Es que no saben lo que es un topochal. El embajador Rogelio sí lo puede decir, que es como un platanal, pues. Topocho es una especie de plátano. ¿Aquí no hay topocho? Podemos exportar topocho para acá, Raúl, en la unión económica que estamos construyendo. Bueno, plátano macho le llaman aquí, topocho.

Fidel volvió en 1994 y luego en 1999 a nuestra toma de posesión, volvió por quinta vez, y en el 2000 fue su sexta visita a tierra venezolana desde 1948. Vean ustedes, su sexta y última visita del siglo XX, y en esa visita nos fuimos por el Llano, fuimos a mi tierra natal, a Barinas, fuimos por Sabaneta. Recuerdo que yo venía manejando por una carretera y mucha gente a los lados, y nos paramos como cien veces. Yo era el chofer, Fidel estaba ahí de copiloto, y el jefe de la Seguridad de Fidel, José, casi me fractura la clavícula derecha; porque José iba atrás sentado con el ministro Giordani, pero yo iba manejando y saludando, y Fidel también, y, además, recibiendo muchos papeles del pueblo, de la gente de los pueblos del campo, se acercaban al carro en la carretera, uno iba tocando corneta, y José me daba por aquí a cada rato (Señala): "¡Mire para alante, mire para alante!" "No, tranquilo, que yo estoy mirando", hasta que Fidel le dijo: "José, pero le vas a fracturar el brazo a Chávez, déjalo quieto, que está manejando. Vamos bien, vamos bien."

Después llegamos a Guanare, capital de Portuguesa. Nunca se me olvida la impresión de Fidel. A mí, por supuesto, me impresionó mucho, pero ya yo estaba acostumbrado a aquel dolor del pueblo, Raúl, sobre todo las mujeres, porque cómo las mujeres —un saludo muy especial a las mujeres cubanas — llevan la cruz, mucho más que nosotros los hombres. Cristo pudo haber sido Crista. Y entonces, las mujeres, sus niños, la miseria más espantosa había en Venezuela. Y no era nuevo, aquello fue lo que nos llevó a nosotros a la rebelión militar, Raúl; nos llevó a la rebelión militar, cansados, además, de ser utilizados nosotros, los soldados venezolanos, contra el pueblo, contra los trabajadores, contra los estudiantes, contra los campesinos, defendiendo aquella burguesía y aquel imperio. Dijimos: "¡Ya!" Recordamos a Bolívar y tomamos su bandera. Bolívar lo dijo un día: "Maldito sea el soldado que vuelva las armas contra su propio pueblo." Y, muriendo allá en Santa Marta, echado de su patria, solitario casi, llorando Bolívar lo dijo en su última proclama hablándole a los pueblos de la Gran Colombia y hablándole a los soldados: "Los militares deberán empuñar su espada para defender las garantías del pueblo, las garantías sociales, no para defender la oligarquía." Eso fue lo que nos llevó a no-sotros, aquella miseria espantosa, a hacer lo que hicimos, y jamás nos arrepentiremos de ello. De ahí nació esta Revolución, pues; nació de los estertores de una patria que moría, de un pueblo que no conseguía salida. Una democracia, una llamada democracia, ¡qué democracia ni qué ocho cuartos!, dictadura de las burguesías, dictadura de las clases pudientes, dictadura política, dictadura económica, dictadura cultural, dictadura militar, dictadura de todo tipo, disfrazada muy hábilmente de la demagogia, el populismo y la falsa democracia. Ustedes lo saben, ya ustedes han estudiado cuánto la historia de este continente, solo permítanme esta lluvia de recuerdos, este día de hoy, en que estamos conmemorando los 10 años de aquel convenio, que miraba ya hacia el futuro, terminando el siglo XX, miraba hacia el XXI. Ese convenio de Caracas fue como la piedra fundante, como la piedra fundacional, pero que luego fue convirtiéndose en una columna de todo lo que hemos venido logrando en estos 10 años, y de lo que vamos a seguir logrando en los 10 que vienen y en los 100 que vienen.

Pues así llegamos a Guanare. Recuerdo que hubo una asamblea con la gobernadora en Guanare, una compañera afrodescendiente, revolucionaria y amiga, Antonia Muñoz, estaba recién electa gobernadora, y fuimos como a un gimnasio cubierto y el pueblo allí, los campesinos, agricultores, es un estado muy agrícola, Portuguesa, y de repente estamos nosotros allí y vino una mujer, una madre venezolana con su niño. Corriendo... Ya yo estaba acostumbrado, que yo pe-leaba con mi seguridad: "¡Déjenla, no la aparten, no la agarren!", se lanzaban al vehículo, varias veces se le lanzaban al carro presidencial. Miraflores, bueno, le daban vueltas, así como una gran serpiente humana. Diría Víctor Hugo, los miserables, la miseria, el dolor. Yo en aquellos primeros días o meses, Raúl, no dormía en verdad, menos mal que era bastante joven.

Raúl Castro.- Todavía eres joven.

Hugo Chávez.- No dormíamos atendiendo¼ Mandábamos a hacer comida en la madrugada, y dormían ahí, y quién los iba a sacar de ahí. Llegó Chávez, ¡llegó Chávez aquí!, y Chávez no va a mandar a la policía para acá, y mucho menos el ejército, si lo manda, como lo mandé, es a ayudarlos, a darles la mano a los excluidos de toda la vida, que eran la mitad de la población, y en pobreza extrema casi un cuarto de la población venezolana. De más de 20 millones que éramos, hoy estamos ya llegando a 30; 28 o 29 millones.

El desempleo. Hace poco, bueno, cuando fue el presidente Santos, él ha dicho antier que yo soy su nuevo mejor amigo, digo lo mismo: el presidente Santos es mi nuevo mejor amigo, ¿eh?, mi nuevo mejor amigo. Y es que estamos obligados a entendernos, con las diferencias que tenemos, con respeto mutuo, respetando la soberanía de cada quién, esa es la base fundamental, y así lo hemos asumido, y como él mismo lo dijo, allá en su discurso, en la firma de documentos y ante la prensa y ante el país y nuestros países: "No nos van a descarrilar", que no nos descarrilen, porque las operaciones de descarrilamiento ya comenzaron. El imperio y sus lacayos no descansarán para tratar de ponernos a pelear, no solo a Venezuela y Colombia, Centroamérica, Suramérica. El imperio yanki que nadie crea que le ha perdido interés a la América Latina, no, es lo que ellos llaman su área de influencia, y más aún ahora, cuando se reagrupan viejas potencias y nuevas potencias, y el imperio tiene que retroceder en el Oriente Medio, derrotados en Iraq, igual en Afganistán, y la crisis económica. Estamos obligados nosotros a consolidar esta unidad y a seguir avanzando: América Latina, UNASUR, el Caribe, el ALBA, la Alianza Bolivariana, que es punta de lanza de la unidad verdadera, plena y perfecta, entre nuestros pueblos.

Bueno, se me ocurrió acompañar al presidente Santos al Panteón Nacional —allá están los restos de nuestro padre Bolívar, hace poco los exhumamos—, conversamos un rato y luego nos fuimos, también yo manejando. El único que no ha permitido que yo le maneje, lo confieso, en este planeta, se llama Raúl Castro.

Raúl Castro.- En Santiago de Cuba, y te vieron saludando y manejando en un yipi descapotado.

Hugo Chávez.- Es verdad.

Raúl Castro.- Y desde esa experiencia no acepto más que manejes conmigo.

Hugo Chávez.- De esa experiencia no acepta más que maneje con él. No, pero eso fue en yipi militar, ¿eh?

Bueno, nos fuimos con Santos y los dos cancilleres, la canciller Holguín y el canciller Maduro, por Caracas, el centro de Caracas, y nos bajamos frente al Parlamento y recorrimos, y la Canciller me dice: "Pero qué cambiada, qué bonita está Caracas", porque ella estuvo hace varios años de embajadora. Las calles de Caracas eran intransitables, aquí ustedes deben recordarlo, algunos que han ido por Venezuela hace 8 años o 10 años. Los buhoneros, la economía informal, no se podía caminar por las aceras de las calles del centro de Caracas, y ella se dio cuenta, porque eso era expresión de la tragedia que vivía un pueblo, la desnutrición, la mortalidad infantil, la mortalidad materno-infantil, no había servicios médicos; hasta el sistema de salud llamado público estaba privatizado. Es decir, si tú ibas a un hospital te cobraban para hacerte una radiografía o un examen de cualquier cosa.

La educación estaba privatizada, y si tú ibas a inscribir a un niño a una escuela pública tenías que pagar por adelantado, si no no permitían que el niño entrara a clase, así estaba Venezuela; y una deuda externa que se tragaba casi la mitad del presupuesto y estábamos regalando el petróleo, a siete. Cuando yo llegué a Miraflores, el petróleo estaba en siete dólares, casi el costo de producción, y Venezuela era punta de lanza de la quinta columna de la OPEP, para quebrar la unidad de la OPEP, producir petróleo en exceso y bajar los precios hasta ese nivel de regalar el petróleo.

Fue así cuando llegó Fidel Castro, Fidel, en esa visita. Aquella mujer se lanzó, Raúl, se lanzó, ella se cayó, ella se cayó, venía corriendo y se cayó, y cayó delante de Fidel, con su niño en brazos. Ella cae, pero al niño no lo deja caer, enfermo el niño, Fidel va y la recoge, y la abraza, y él quedó no solo conmovido, conmocionado, más bien, pudiera yo decir, de ver aquella situación. Y después yo le explicaba.

De ahí volamos en helicóptero a Barquisimeto, recuerdo, y esa noche fue la noche del strike, la noche del tercer strike. Eso todavía... Menos mal que eso hemos decidido sacarlo de las discusiones para no perturbar las relaciones entre Cuba y Venezuela; pero Fidel quedó ponchado, quedó ponchado, aun cuando el árbitro venezolano dijo que era bola; pero el narrador cubano dijo: "Ponchao", eso está grabado.

Bueno, fuimos a Barquisimeto, fuimos a la universidad. Yo no sé cómo hicimos tantas cosas en tan pocos días, fueron apenas tres o cuatro días, recorrimos media Venezuela: fuimos a universidades, asambleas populares, asambleas campesinas, jugamos pelota, fuimos al campo de Carabobo a un Aló Presidente. Ahí cantó Fidel, cantó; el último verso de la canción Venezuela, lo cantó. Le explicamos el campo de batalla. Un joven teniente estaba explicando, y él le preguntaba de todo, lo masacró a preguntas: "Por allá venía Páez..." "¿Y qué velocidad traerían los caballos, teniente?" "Y por allá..." "¿Y cuántos caballos venían, cuántos venían? ¿De dónde eran esos caballos, eran venezolanos o eran importados, eran extranjeros, y dónde fue que murió el negro Primero?" Porque él se sabe todo y va preguntando. El teniente se defendió, muy bueno, se defendió muy bien; y luego recorrimos el campo de Carabobo y el Aló Presidente el domingo, y el lunes fuimos a la Asamblea Nacional. Ese fue el día que Fidel le dijo allí al país: "Chávez no puede ser el alcalde de toda Venezuela", entre muchas otras cosas.

Habló de la economía, de la situación de América Latina, hizo un análisis profundo de la realidad que vivíamos, con mucho respeto, por supuesto, a la soberanía venezolana, pero dijo respetuosas verdades, que no gustaron, por supuesto, a la burguesía, mucho menos al imperio, pero él no las dijo para que le gustara a la burguesía, y firmamos el convenio en Caracas.

En ese marco ocurrió aquello, y luego el desencadenamiento de la historia.

En el 2001 volvió Fidel por Venezuela, aquel diciembre. Recuerdo que llegó muy feliz, era de noche, llegó a media noche a Margarita, a una cumbre del Caribe. Llegó muy feliz, y yo andaba en guerra allá, porque ese día comenzó una huelga de FEDECAMARA, de los empresarios, era el golpe que comenzaba, 10 de diciembre de 2001. Ese día nos fuimos a la sabana de Barinas, allá donde Ezequiel Zamora derrotó a la burguesía, el 10 de diciembre de 1860, en la guerra federal, y allá en el campo de batalla firmamos, promulgamos la nueva ley de tierras, una de las leyes de más profundo contenido revolucionario, reivindicativo de todo este tiempo nuestro.

De ahí volamos a Margarita a esperar a los primeros ministros y presidentes de los Estados del Caribe. Llegó Fidel a media noche y llegó con una sonrisa de oreja a oreja. Y yo le pregunto: "¿Y de qué tú te ríes tanto?" Me dice: "Estoy feliz, te envidio." "¿Por qué me envidias?" "Bueno, una huelga patronal. Te envidio, eso lo envidia cualquier revolucionario. ¿Quién no va a envidiar una huelga patronal?" Y esa madrugada hablando y hablando, analizando, prácticamente Fidel me dijo: "Chávez, creo que viene un golpe aquí, creo que deberías prepararte; creo que viene un proceso de desestabilización profunda."

La nueva historia que amanecía

Además, recordemos, estaba llegando Bush a la presidencia, y Venezuela se opuso al ALCA en la cumbre precisamente del 2001. En la cumbre del 2001 allá en Canadá, Cuba, excluida, como sabemos, el único gobierno que se opuso a la propuesta que fue acordada, y quedó la salvedad por allá en unas letras chiquiticas, más chiquiticas que una hormiga, colocaron allá abajo: "El gobierno de Venezuela hizo objeción." Más nadie en todo este continente se atrevía, ni se atrevió a levantar la mano o a opinar, al menos, sobre aquella propuesta colonialista de que el primero de enero del año 2005 debería estar, además, ya funcionando, el área de Libre Comercio Para las Américas. La propuesta colonialista más perfecta, creo yo, que ha habido en la historia de los siglos.

Recuerdo que de Canadá yo vine por aquí, pasé una noche por aquí y me dijo Fidel: "Bueno, Chávez", yo he contado esto porque es absolutamente cierto. Esa noche a mí me llegó una idea que a ti te había llegado 50 años antes en la Sierra Maestra. ¿Tú cuentas eso, cuando Fidel te dijo: "Raúl, ¿cuántos fusiles hemos salvado?"

Raúl Castro.- Cinco...

Hugo Chávez.- Y entonces Fidel te dijo: "¡Ahora sí ganamos esta guerra!" Y Raúl pensó: "Se volvió loco". Yo pensé lo mismo 50 años después, una madrugada, viniendo de la Cumbre de las Américas. Yo le cuento a Fidel, él había visto por televisión lo que trasmitieron, pero muchas otras cosas, y de repente me pone la mano aquí y me dice: "Bueno, Chávez, ahora lo que nos toca es derrotar al ALCA." Yo dije: "Se volvió loco Fidel, se volvió loco otra vez".

Bueno, eso fue en el 2001. Cuatro años después estábamos enterrando el ALCA en Mar del Plata allá, en la patria argentina.

Quiero rendir merecido tributo a Néstor Kirchner que se nos fue antes de tiempo. Y saben qué me dijo la presidenta Cristina después que lo sepultamos, que lo sembramos allá en la Patagonia, y ella quiso —muy fuerte esa mujer, impresionante, se volvió una gigante allí con la familia— y me dijo: "Voy a acompañar a Chávez hasta el aeropuerto." "Cristina" —le digo yo—, "anda, descansa, mujer." Pasó 20 horas de pie y más ahí.

Allá llegó el vicepresidente Lazo; pero yo no te pude ver, te vi después que yo estaba en el hotel, que estaban trasmitiendo, te vi que llegaste. Ya Lula se había ido, yo salía, era media noche. Claro, de aquí a allá, ¿cuántas horas echaste, como 12 horas?"

Esteban Lazo.- Once horas.

Hugo Chávez.- Y luego nos fuimos a sepultarlo allá donde él nació, cerquita de la Tierra del Fuego estuvimos, cerquita de la Tierra del Fuego, en Río Gallegos, abajo, abajo, frente a Malvinas, en el mismo paralelo de las Malvinas.

¡Qué grande es esta tierra nuestra, esta América nuestra! ¡Qué grande, inmensa, desde todos los puntos de vista! Esta patria americana nuestra; nuestra América, cantó José Martí. Esta, nuestra América, donde está naciendo y va a nacer... Sin duda, ya nació, yo digo más bien que ya nació, solo que es un bebé, el mundo nuevo ya nació, solo que es un bebé. El plan imperial fracasó; pero la amenaza imperial sigue allí. El imperio tenemos que terminar de derrotarlo definitivamente, y esa es una tarea que bastante nos compete a Cuba y a Venezuela dentro de esta América nuestra.

Y el imperio, cuando Raúl habla de la economía, la economía, la economía; "la economía, estúpido". ¿Quién fue el que dijo esa frase: "La economía, estúpido, la economía, la economía." Alarcón, tú que sabes tanto.

Ricardo Alarcón.- Fue Clinton.

Hugo Chávez.- Fue Clinton, pero yo creo que él citaba a alguien, y colocó en su escritorio "la economía estúpido", algo así. No estoy muy seguro; pero si lo dice Alarcón, así es. Debemos a Mister Clinton pues la frase de "la economía, estúpido". La economía, la economía; pero, bueno, ¿y Carlos Marx? La economía, compadre, la economía. Como decía Lenín, socialismo es igual a todo el poder para los soviets más electricidad: la industrialización.

Entonces, por eso, nada mejor en este momento que discutir el tema económico, es la médula. Por eso yo decía que al imperialismo no solo tenemos que derrotarlo en el discurso, ya lo derrotamos en el discurso, está derrotado; no es que tenemos que derrotarlo en lo moral, está derrotado en lo moral, no tiene moral, pero nada, para enfrentar la moral socialista o la moral de los pueblos. En lo político, en lo geopolítico lo estamos derrotando, no creo que podamos decir que está derrotado, pero lo estamos derrotando, como me dijo Fidel una madrugada, que yo le dije, despidiéndonos: "Chávez..." Le digo: "Bueno, Fidel, no sé qué, venceremos." Me dice: "No, venceremos no, Chávez, estamos venciendo." Bueno, pero no hemos vencido, estamos venciendo en lo político, en lo geopolítico. Ah, en lo económico también tenemos que derrotar al imperialismo. Si no lo derrotáramos en lo económico, al final la capacidad del imperio, del capital y del capitalismo es tal que se regenera. Es como dice Ivan Mesaro —yo traje este libro para guiarme en mi discurso—, yo recomiendo a los camaradas delegados del VI Congreso que se lean este libro, este resumen , Más allá del capital. Ustedes conocen a Meszáros, por cierto que está en Caracas por estos días, ojalá que yo llegue a tiempo para verlo, con sus ochenta y tantos años sigue escribiendo sobre la transición.

Tú has hablado, pero a mí me impresionó la frase que tú has usado, y yo la he tomado, con tu permiso, cuando Raúl dijo, hace poco, aquí en Cuba: "Estamos actualizando el socialismo." Yo creo que merece un reconocimiento el coraje de Raúl y de ustedes para actualizar el socialismo, coraje ideológico, coraje político, económico, moral.

Pero Meszáros aquí hace un análisis no solo del capitalismo, sino El Capital; de El capital no solo del libro de Carlos Marx, sino de lo que él llama el modo de control metabólico social del capital.

En la Unión Soviética derrocaron al capitalismo, pero no al capital, y él se volvió como una gran bacteria, una gran amiba que se regenera, porque es un modo de control cultural metabólico, social. Es una tarea titánica esta, ¡titánica!, la de transitar del capitalismo al socialismo, pero ustedes lo han logrado; nosotros estamos no solo intentando, estamos avanzando en medio de grandes dificultades, creando las condiciones. Y vaya que estos 10 años de convenio y de cooperación generosa de Cuba hacia Venezuela ha cooperado, ha ayudado, ha facilitado la creación de las mínimas condiciones, porque un pueblo hambriento, ¿qué tú vas a poder transitar hacia dónde, hacia la muerte?

Es como, compañeros de armas, comenzando por ti, General de Ejército. Napoleón lo dijo: "Los ejércitos caminan sobre los estómagos", pues. "Un pueblo hambriento, un pueblo analfabeto, un pueblo ignorante —decía Bolívar— "es instrumento ciego de su propia destrucción." Y así tenían al pueblo venezolano. Por eso es tan importante este acto, a pesar de lo breve, ¿no? —empezamos a las 6:00 en punto y son las 7:30, creo que me quedan dos minutos, llevo cinco minutos —, no solo conmemorarlo, sino relanzar el convenio 10 años más. Como ya Raúl ha definido ahí, los principios que han guiado, que fundamentan y fundamentarán aún más en estos próximos 10 años la unión económica y la cooperación entre Cuba y Venezuela: la complementariedad, la mutua cooperación, el beneficio en función de los intereses de nuestros pueblos, la racionalidad, la eficiencia.

Ese llamado de Raúl hay que subrayarlo: la eficiencia. El Che lo dijo a su manera: "Una revolución no puede estar reñida" —dijo el Che— "con la eficiencia." Una revolución socialista, más aún socialista, tiene que ser científica o no es.

Pero quería terminar de decirles lo que la Presidenta de Argentina me comentó yendo hacia el aeropuerto —hablando de Néstor, yo oyéndola—, me dijo: "Ay, Hugo" —ella me dice Hugo—, "¡cuánto, cuánto Néstor quería ir a Cuba! ¡No pudo ir a Cuba!" Le dije: "Bueno, pero tú fuiste." Ella vino aquí, y, además, Fidel habla de ella y se refiere a la auténtica, es auténtica.

Pero quería rendirle tributo a Néstor, quien dirigió magistralmente aquella batalla en Mar del Plata. Fueron ocho horas de batalla, porque ahí estaba Bush con toda la fuerza del imperio y toda la presión sobre muchos otros gobiernos. Ah, pero ya no era Chávez solo como en Canadá, ya estaba Lula, que sale, sin duda, por la puerta grande de la presidencia de Brasil. Desde aquí también saludamos a Lula y seguiremos contando con él para esta batalla por la independencia y la unidad de nuestros pueblos; Lula; Tabaré Vázquez; Nicanor Duarte, el presidente de Paraguay; era el MERCOSUR más Venezuela, pues. Pero Néstor hizo una defensa impecable, y luego un contraataque. Bush terminó por irse sudando, sudando.

Entre otras cosas, Néstor me llamó y me dijo: "Ven acá, Hugo, tú que hablas tanto, vamos a ganarle a esta gente por cansancio", me dijo. Y me dijo: "Cuando yo necesite que alguien hable mucho y ganar tiempo, te doy la palabra de repente, así que está pendiente." Y así lo hizo . En una de esas ocasiones yo andaba para el baño y oigo que me llaman: "Mira, mira, Chávez, Chávez", y vino corriendo alguien: "Que te dieron la palabra." Digo: "¿A mí? Yo no pedí la palabra. ¡Ah!, verdad." Pero, además, el hecho de que yo tomara la palabra nos daba una ventaja adicional, además del cansancio del adversario, es que míster Bush estaba psicológicamente impedido de oírme, y entonces cada vez que yo tomaba la palabra él se paraba y se iba al baño, y dejaba a mi amiga Condoleezza que se quedaba ahí tomando notas, hasta que se cansaron y se fueron.

Ahora, hay un momento en el cual ya Lula se para, y dice: "Bueno, ya Brasil ha dicho todo lo que tiene que decir", y se retiró; Tabaré también, pero nos quedamos ahí, y yo dije: "No, yo no me voy hasta que no termine esto." Lula, claro, dejó a su canciller con la misma posición, lo mismo hizo Tabaré; pero ellos tenían que volver a compromisos. Yo dije: "No, yo me quedo aquí hasta que esto termine, y entonces: "Tiene la palabra el Presidente de Venezuela", y rá, se iba este. Y cuando se sentaba otra vez: "Tiene la palabra otra vez el Presidente...", hasta que aquel hombre no aguantó, sudaba y se fue. Después nos quedamos y brindamos — mire, con ese buen vino argentino — esa noche Cristina, Néstor y un grupito, y Cristina dijo: "Esto merece una buena botella de vino argentino." ¡Ah!, derrotamos al ALCA. Yo llamé a Fidel de allá, él estaba aquí pendiente, estaba brincando allá también, se sumó al brindis.

Bueno, pero es la nueva historia que amanecía.

Yo no voy, en verdad, a extenderme más de lo que debo, Raúl, y ustedes, demás compañeros; pero vean ustedes, quiero rendir tributo a la Revolución Cubana y al pueblo cubano, a Kirchner, a todos ellos. Ahora, de manera especial, a ustedes, a la Revolución Cubana. Ustedes saben cuánto Bolívar quiso ayudar a libertar a Cuba, así que nuestras raíces son viejas, son originarias.

Dice Bolívar en la carta de Jamaica, 1815, leo:

"Las islas de Cuba y Puerto Rico, que entre ambas puedan formar una población de 700 a 800 000 almas" —dice Bolívar— "son las que más tranquilamente poseen los españoles, porque están fuera del contacto de los independientes, mas, ¿no son americanos estos insulares, no son vejados, no desean acaso su bienestar también?", se pregunta Bolívar.

Más adelante Ricardo Martínez en su obra De Bolívar a Dulles: el Panamericanismo, doctrina y práctica imperialista, hace referencia a algo absolutamente cierto, y están las cartas, 1825, estaba Bolívar en Potosí, después de haber recorrido, bueno, casi llegó a Buenos Aires.

Mira, Raúl, Bolívar no llegó a Buenos Aires porque se lo impidió el Congreso de Bogotá, que ya estaba dominado por el traidor que fue Francisco de Paula Santander, como traidor fue también José Antonio Páez. No, Santander mandó a matar a Bolívar, y Páez lo expulsó de Venezuela, y por eso termina él diciendo: "Bueno, no tengo patria, no tengo patria, he arado en el mar; Jesucristo, Don Quijote y yo, los tres grandes majaderos de esta historia", ¿eh?, pero estaba Bolívar en Potosí, y allí al Potosí...

Cristina, por cierto, Cristina me escribió, por Chávez Candanga. Oye, ¿tú no tienes twitter?, tú no tienes twitter, Chávez Candanga; Raúl Candanga, Castro Candanga, Castro Candanga, yo tengo el Chávez Candanga, y por ahí me escribe Cristina, ella también tiene su twitter ahí, y me escribió desde Nueva York, por cierto, hace como dos meses, y me decía: "Chávez, Hugo. Hugo léete un libro que estoy leyendo aquí, el Loco Dorrego", yo no tenía ni idea de quién era Dorrego, "es imperdible, el primer bolivariano de estas tierras". A los pocos días yo fui, tuve que ir a Buenos Aires cuando el golpe contra Correa. Oye, tú no te equivocaste, Raúl es un "pitoniso". No es mala palabra esa aquí, ¿no?

Raúl Castro.- Adivino.

Hugo Chávez.- No, lo que es un analista. Así como Fidel me dijo a mí allá en Margarita: "Chávez, prepárate porque viene un golpe." Bueno, prepárate no; me dijo, "preparémonos; preparémonos, porque aquí viene un golpe, Chávez, todo está escrito, todo lo dice." Pero, igual, Raúl analista, ¿eh?, estudioso, revolucionario, recuerdo que lo dijo en Managua cuando derrocaron al compadre Zelaya, lo dijiste: "El próximo puede ser Correa", me acordé de ti esa noche. Me acordé mucho de ti ese día, cuando vi a Rafael secuestrado en el hospital de la policía y dispuesto a morir.

Que, por cierto, yo tuve que volar a Buenos Aires, pero yo no quería arrancar. Digo: "Dios mío, pero la situación está allí muy muy tensa", y yo había hablado con Correa como dos o tres veces por un celular que tenía una asistente de él, que logró entrar al hospital, y logré hablar con un capitán de la marina ecuatoriana, era el único edecán, hablé con él unos minutos, preguntándole, "¿cuál es la situación? Mire, ¿cómo van a hacer?"

Entonces, nos convoca Cristina a Buenos Aires, y yo digo: "Bueno, me voy; pero Dios mío, la situación está ahí tan tensa." Menos mal que el avión nuestro, esto suena muy... Bueno, Fidel me lo dijo. Fidel me dijo un día que yo lo llamé desde el avión, me dijo: "Solo tú y Bush tienen ese privilegio" , veníamos de África, por allá de una cumbre en Sudáfrica, y yo lo llamé por el teléfono, estábamos estrenando un avión que tiene teléfono, y yo lo llamo: "No, te estoy llamando desde el avión." "Ah, solo tú y Bush tienen ese privilegio", . Le dije: "Bueno, no me ofendas, vaya, tampoco..." , ¿no? "No me ofendas", le dije. "Bueno, te espero aquí."

Ahora, resulta que desde el avión yo logré conectarme con Correa; porque yo incluso llamé a Evo y le dije: "Mira, Evo, yo voy arrancando, pero vamos a tratar de comunicarnos desde el aire", Evo me estaba esperando en La Paz, teníamos un plan alterno, y "depende de cómo se desarrollen los acontecimientos, yo sigo a Buenos Aires; pero, mira, Buenos Aires está muy lejos al sur"; pero teníamos que ir a la convocatoria, por supuesto. Fui el primero en decir que sí, sin ninguna duda, pero solo pendiente de los acontecimientos, y yo recuerdo que hablé con Correa dos o tres veces desde el avión, ya habíamos pasado Bolivia; Evo al final, arrancó, no podía esperarme más, el viaje es largo, y Correa me dice: "Bueno, Hugo, no, ya nos comunicamos con un comando del ejército y van a lanzar la operación de rescate"; porque él me había dicho varias veces antes, que él no había dado la autorización porque iba a haber una masacre, estaba preservando no solo su vida, no, eso estaba rodeado de gente, del pueblo, policías, militares, francotiradores, una situación demasiado riesgosa para todos, y un hospital, además, enfermos allí que estaban, los sacaban de los pisos. Entonces me dice: "No, no, yo no he ordenado, ya hay un comando del ejército que está ubicado, pero está a orden mía." Después me dice, la última vez que hablé con él por teléfono desde el avión, me dijo: "No, ya van a lanzar la operación en pocos minutos." Entonces, yo, bueno, rezando, qué más podía hacer, a 30 000 pies de altura, de Bolivia a allá, sobre territorio argentino estábamos ya, cruzando la frontera entre Bolivia y Argentina. Y entonces le dije: "Mira, Rafael, te voy a decir algo que una noche parecida a esta que yo viví, me dijo alguien por teléfono también" —le dije—, "te voy a repetir lo que Fidel me dijo por teléfono la noche del 11 de abril, en situación parecida, me dijo: ‘Chávez, tú harás lo que tú quieras, pero tú no mueres hoy, Chávez’, así le dije: Rafael, haz lo que tú quieras; pero te voy a repetir la misma frase: tú no mueres hoy, Correa, porque esta historia está comenzando apenas." Desde aquí un saludo a Correa y al pueblo ecuatoriano, a los pueblos que luchan contra el imperio y sus lacayos .

El ALBA y la Cumbre de Copenhague

Bueno, esa noche, ahí no estabas tú, Lazo, ¿verdad? No, no estabas ahí, porque aún Cuba no era de la UNASUR, era la UNASUR la que estaba allá, ¿eh?

¿Ustedes no saben el cuento de Lazo, que íbamos a tomar el estrado en la Cumbre de Copenhague? Ah, eso es absolutamente cierto, Evo Morales, Esteban Lazo y yo, como no nos querían dejar hablar cuando llegó Obama, no nos querían dejar hablar... Tú estabas allá también, Bruno, ¿verdad, te acuerdas?, y Nicolás Maduro, que no está aquí, porque anda por allá por Damasco y Kiev; pero no nos querían dejar hablar, y, bueno, ¿cómo es esto? Después que ha-bíamos esperado cuántas horas, Bruno, como 10 horas, que ellos estaban por allá reunidos, Obama y un grupito.

Entonces después que llegan ellos, y nosotros disciplinadamente ahí esperando, bueno, el fin de la cumbre. Ah, no, tenía que hablar solo un grupo, y nosotros pidiendo la palabra y no. Entonces, la idea fue de Lazo . No, la idea en verdad fue mía con Evo ahí, y llamamos a Lazo, para apoyo político y apoyo de fuerza , apoyo político cubano y apoyo físico, había unos policías muy fornidos ahí, pero cuando vieron a Lazo que se les paró al lado, desistieron . Querían parar a los presidentes, la orden era de que no subiéramos, porque ya ellos habían detectado nuestras intenciones; pero, en verdad, cuando vieron a Lazo que se paró ahí y dijo: "How are you?" Le dijo: "I am Lazo", no quedó ningún policía . Había mucho frío, Lazo, ¿te acuerdas?, mucha nieve había, era diciembre, por ahí, ¡diciembre!, en esos mundos de allá, menos 10 grados no sé qué, allá afuera, por supuesto.

Resulta que después convocamos rueda de prensa, el ALBA: Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, una rueda de prensa. Entonces llega alguien y nos dice que teníamos cinco minutos y si no... Yo le dije: "Bueno, ¿pero cinco minutos por qué, si aquí somos gobiernos igualitos que aquellos?" "No, no, no, cinco minutos y si no les apagamos la luz" . Yo le hago una seña a Lazo: "Lazo, habla con el señor" . Lazo se para: "¿What do you say?"  Y nos dijeron: "No, no, no, media hora, tienen media hora" . Nos dieron media hora . No deje de mandar a Lazo para la cumbre, Raúl, por favor .

Ahorita viene una en Cancún, que es la continuación de la cumbre desastrosa, que fue un desastre la Cumbre de Copenhague, ¿no? Menos mal que a un grupo de gobiernos, los nuestros, nos tocó salir al frente a impedir, bueno, la imposición de una dictadura.

Bolívar casi llegó a Buenos Aires. En el libro que Cristina me recomienda El loco Dorrego, ahí lo tengo, estoy terminando de leerlo, es apasionante. Manuel Dorrego, coronel, argentino, revolucionario. El libro se llama así.

¡Ah!, porque esa mañana yo me quedé un rato en Buenos Aires descansando para salir, después que hablé con Correa descansamos un rato. Cuando llego al aeropuerto, mi embajador allá me dice: "Mire, aquí está el libro", porque yo había comentando del libro. El autor fue al aeropuerto, yo no pude verlo, pero me dejó el libro, ahí lo cargo. Es un joven escritor argentino.

El loco Dorrego era un coronel revolucionario, el último revolucionario y el primer bolivariano. Vino a buscar a Bolívar al Potosí, a invitarlo con un acta firmada por un grupo de revolucionarios que ya estaban enfrentados a la burguesía naciente en las Provincias Unidas, a invitar a Bolívar para que llevara la revolución hasta Buenos Aires. Bolívar aceptó, y lo iban a declarar protector de las Provincias Unidas, porque el imperio de Brasil había invadido la banda oriental y había invadido también territorio de Bolivia.

Bolívar era terrible, hay una carta que Bolívar le manda al jefe militar brasileño que estaba en Bolivia, habían invadido a Bolivia, y le dice: "A usted le doy tanto plazo para desalojar el suelo sagrado de Bolivia. Si no lo hiciera, yo mismo iré al frente de mi ejército y sembraré la muerte, el fuego y las llamas hasta el corazón del Brasil." Ese era Bolívar.

Cuando una vez Bolívar detuvo unos barcos yankis en el Orinoco, que iban a llevarles armas a los españoles, hay un libro maravilloso, y además se lee..., no es como este que hay que dedicarle tiempo, ¿no?; aquel se lee más rápido, el de Francisco Pividal, ese gran cubano, que estuvo en Venezuela varios años, fue embajador allá. Hay un libro que escribió Pividal: Bolívar, pensamiento precursor del antimperialismo. Ahí está narrado, y, además, con citas documentales, las cartas que Bolívar se cruzaba con un enviado del gobierno de Washington, de apellido Irving, que fue a reclamar los barcos. Bolívar los capturó en el Orinoco, les quitó las armas, puso presa a la tripulación y les quitó los barcos, incautados en guerra; estaban entrando a territorio venezolano a llevarles armas a los españoles, tenía razón Bolívar de hacer aquello. Entonces, Estados Unidos empieza a presionar, y primero llega muy diplomático el señor Irving, pero luego va amenazando. Bolívar cuando ya este comienza a amenazarlo le responde y le dice: "Yo no voy a caer en ese tono, señor Irving, pero quiero que sepa que la mitad de los venezolanos han muerto defendiendo, buscando la libertad de nuestra patria, y aquí estamos nosotros, la otra mitad, ansiosos de seguir su ejemplo, si tuviéramos que enfrentarnos al mundo entero." Ese era Bolívar, una resolución inquebrantable de lucha, de batalla .

Bueno, ese Bolívar, casi desde Buenos Aires le escribe a José Antonio Páez, y aquí lo refiere Ricardo Martínez, le escribe a Páez y le instruye, incluso designa el batallón Junín y luego dice —hace un cálculo— que a lo largo del año 1825 enviarían 6 000 hombres e iría él mismo luego a libertar a Cuba y a Puerto Rico, y le dice, entre otras cosas: "Aseguro a usted que cada día estoy más determinado a ejecutar esta operación, de que resultará un inmenso bien para Colombia" —1825.

Luego, el mariscal Sucre, presidente para entonces ya de Bolivia, también está empeñado, porque Sucre, además, era hijo de cubano, por la familia Alcalá. ¿No está por ahí nuestro amigo el historiador, Eusebio? Eusebio se las sabe toditas. Eusebio Leal, saludo, recuerdo, compañero.

Antonio José de Sucre, siendo presidente de Bolivia —claro, estaba junto con Bolívar, cada uno está haciendo lo suyo—, el 8 de marzo del mismo año 1825 le escribe a Páez, que era quien había recibido la misión de preparar un ejército y una caballería de agua para venir en barco a libertar a Cuba, con toda la logística. Le escribe Sucre esta carta —aquí está un fragmento— a Páez. Páez era el vicepresidente de Venezuela; Bolívar, presidente, pero en guerra al sur; Sucre, presidente de Bolivia. Le escribe desde La Paz, le dice: "No sé si estaría en los intereses de Colombia alguna empresa sobre La Habana, pero me atrevo a indicarla, si es que se puede disponer de alguna marina con qué protegerla."

Y luego le escribe otra carta al año siguiente de nuevo a Páez, el 26 de abril, otra vez le dice: "No he recibido contestación de usted." Esta es una carta como con más preocupación, porque Páez no quería, Santander tampoco, y al final terminaron entregándose a las respectivas burguesías y a los intereses de los viejos imperios y del nuevo imperio, y echaron a Bolívar, mataron a Sucre y mataron a Dorrego; fusilaron a Dorrego casi al mismo tiempo que mataban a Sucre, allá en Buenos Aires lo fusilaron. Y no fueron los españoles, como no fueron los españoles los que asesinaron a Sucre, sino las burguesías que emer-gían. Por eso es que esta revolución es la misma.

Yo siempre he dicho: "No, no se trata de una segunda independencia, es la misma, solo que no ha terminado, la hemos retomado ahora, y ahora sí en Venezuela definitivamente para triunfar", como ustedes la retomaron aquí después de tantos años.

Le escribe él a Páez, le dice: "No he recibido contestación de usted y no sé si sea porque no llegó mi carta, o porque se haya extraviado la suya en la vuelta" —ya está en tono—, "o porque no se haya dado." Después le dice: "Recientemente de Ayacucho" —ya había pasado año y medio de Ayacucho— "nuestro ejército ofreció al gobierno ocuparse de la libertad de La Habana; pero sea que no se tienen los medios pecuniarios o sea que no convenga a los intereses de Colombia entrar en una cuestión que solo pudiera dar embarazos, nuestros gobierno ha contestado solo dando las gracias." Y termina con esta frase, que hoy hay que repetirla por todos lados: "Nuestro ejército sería capaz de cualquiera empresa digna de sus armas", insistiendo.

Luego todo aquel gran esfuerzo se perdió. Pero no se perdió, en verdad quedó sembrado. Llegaron los años, terminó el siglo XIX y aparecieron después aquí Maceo, Martí, los últimos de a caballo.

Un día como hoy —permítame recordarlo de mi corazón—, un bisabuelo mío que fue rebelde y guerrero, lo llamaron El último hombre a caballo, moría un día como hoy allá en una cárcel venezolana, después de muchos años de haberse ido a las guerras de guerrillas, de a caballería todavía, cuando Venezuela fue entregada al imperio yanki por Juan Vicente Gómez, que derrocó en 1908 a su compadre Cipriano Castro —creo que era pariente de ustedes, Cipriano Castro, tiene que haber sido pariente de los Castro de aquí. (Raúl dice que ninguno de los Castro es derrotado). ¿Ninguno?  Cipriano Castro comenzó una revolución restauradora, era un gran bolivariano, lo echaron los yankis, lo echó el petróleo, lo echó la burguesía venezolana. Juan Vicente Gómez, que era compadrito de él y habían estado juntos en no sé cuántas guerras, pero fue comprado por la burguesía, comprado por los yankis, derrocó a Castro enfermo. Cipriano tuvo que ir a Europa a operarse de un riñón, y en su ausencia su compadre toma Miraflores sin disparar un tiro —era el Jefe del Ejército—, le manda un telegrama: "Compadre, no vuelva", y el compadre no pudo volver. Murió. En Puerto Rico murió, por cierto. Se vino al Caribe tratando de invadir Venezuela, pero ya enfermo. Murió a los pocos años Cipriano Castro, y Gómez entregó el país a los yankis.

A los pocos días del golpe, que fue en diciembre de 1908 llegaron los barcos yankis a la Guaira a apoyar al gobierno de transición. Y Juan Vicente Gómez recibió con honores de jefe de Estado a un oscuro teniente coronel de los marines que llegó a Caracas con una tropa, y le regaló un carro, y a los dos meses estaba firmando las concesiones petroleras por 50 años. Fue así como Estados Unidos se adueñó de Venezuela, 1908... ¿Ya Fidel había nacido por ahí?

Raúl Castro.- No, en 1926.

Hugo Chávez.- Bueno, estaba casi naciendo ya.

Si Fidel hubiera nacido un poquito antes, hubiera sido de los últimos hombres de a caballo, como fue mi abuelo, como fue Maceo, como fue Martí, como fue Prestes, como fue Sandino. Pero Fidel trajo otra época: los primeros rebeldes de las montañas abriendo los caminos, ustedes pues.

Pasaron 90 años en Venezuela, hasta 1998; 1998, 1999, 2000, y este Convenio y estos 10 años, y este siglo nuevo, y esta pasión, esta patria de Bolívar y esta patria de Martí.

¡Viva Fidel, carajo!

 

 

Hugo Chávez:  “L’attualizzazione del socialismo,

prospettiva comune dei nostri Popoli”
 

Partecipazione speciale del Presidente venezuelano alla Televisione Cubana in occasione del decimo anniversario dell’Accordo  Integrale di Cooperazione tra la Repubblica Bolivariana del Venezuela e la Repubblica di Cuba
 

 

8 novembre 2010 - Juan Diego Nusa Peñalver  - Pedro de la Hoz  www.granma.cu

 

L’esperienza di mezzo secolo di radicali trasformazioni in Cuba e il decennio  trascorso dall’ascesa elettorale del  movimento bolivariano in Venezuela, sono indirizzate verso un’attualizzazione delle idee socialiste come unica ed indispensabile risposta alle  aspettative dei popoli dei due paesi  e dei restanti di Nuestra América.

 

Hugo Chávez:  “L’attualizzazione del socialismo, prospettiva comune dei nostri Popoli”Con questa affermazione il Presidente della Repubblica Bolivariana del Venezuela, Hugo Chávez, ha chiuso la sua partecipazione speciale davanti alla Televisione Cubana, a proposito del compimento di dieci anni dalla firma del Accordo Integrale di Cooperazione tra i due Stati.

 

Il 30 ottobre del 2000, Fidel e Chávez firmarono a Caracas questo trascendentale accordo, che ha marcato un paradigma di cooperazione tra le nazioni dell’America Latina.

 

"Dieci anni dopo, solo in materia di salute, Cuba ci ha aiutato ad installare 6712 consultori medici popolari, quando prima nel paese l’assistenza medica era un lusso”, ha segnalato Chávez.

 

Il capo dello Stato  venezuelano, con una copia di  quell’accordo fondatore bilaterale in mano, ha ricordato il contesto in cui si firmò, in momenti nei quali la nuova Repubblica Bolivariana non aveva nemmeno un anno di vita. “Era una bebè, ed eravamo nel 2000”, ha detto.

 

Inoltre, ha puntualizzato che questo avvenne il 30 ottobre.

 

“Fu  in quei giorni che io feci un punto a Fidel, anche se l’arbitro cantò una palla alta, ma su questo non ci metteremo mai d’accordo”, ha scherzato.

 

Chávez ha dichiarato che ci furono giorni indimenticabili durante la visita, la quinta, di Fidel in terra venezuelana.

 

Ricordando i viaggi del leader cubano nella patria del Libertador, ha riferito che il primo fu nel  1948, quando lui non era ancora nato.

 

“Nel mio paese c’era un governo nazionalista, quello di Rómulo Gallegos, che fu eliminato pochi mesi dopo; lo cacciarono e lui venne sicuro a Cuba”.  Ed ha aggiunto che la prima cosa che disse il grande scrittore di  Doña Bárbara, Canta claro, Pobre negro, Sobre la misma tierra, etc., quando giunse a L’Avana fu: “Gli yankee mi hanno cacciato per il petrolio”.

 

Poi vennero la  Sierra Maestra, la Rivoluzione cubana e Fidel che giunse a  Caracas il 23 gennaio del  1959 e fece un discorso memorabile in quella piazza e tra i presenti – mi dicono che lo ascoltò tutto in piedi - c’era Pablo Neruda.

 

“La terza visita di Fidel avvenne 30  anni dopo, nel febbraio del 1989. In quei tempi io lavoravo nel Palazzo Bianco di Miraflores.

 

Io vidi con questi occhi Fidel Castro che passò per il lungo corridoio diretto all’ufficio presidenziale, dove c’era Carlos Andrés Pérez; stava con Daniel Ortega, e li salutai militarmente.

 

Poi ci fu il Caracazo e cominciò la Rivoluzione  Bolivariana.

 

La quarta visita fu nel 1999, il giorno in cui questo umile soldato ebbe la presidenza della Repubblica come parte di questo processo rivoluzionario e che la quinta visita di Fidel fu nel 2000, dopo  l’approvazione dell’Assemblea Costituente, quando si approvo una nuova Costituzione.

 

 

SOLO CUBA DIFENDEVA IL SOCIALISMO

 

 

In quell’ambito ha spiegato Chávez: “Solo Cuba difendeva il Socialismo, mentre in Venezuela si era accesa una fiamma che ancora non era chiara, noi non avevamo assunto il socialismo come bandiera, nè la Rivoluzione aveva preso questo cammino.

 

Quando Fidel arrivò a Caracas, quell’ottobre del 2000, firmammo l’Accordo di Cooperazione che è qui, molto generoso. Il Venezuela s’impegnò solamente ad inviare a Cuba forniture di greggio e derivati, sino ad un totale di 53000 barili, con una piccola percentuale di finanziamenti.  Il Venezuela fece questo con molti paesi dell’America Centrale e dei Carabi. In quei giorni i prezzi del petrolio erano, mi pare di 20 – 25 dollari a barile. Noi dicemmo che se il barile era  più caro o uguale a 15 dollari,  la percentuale finanziata era del 5%  sul valore della fattura e così saliva in scala. Se il barile superava i 30 dollari, allora il finanziamento era del 25%. Non era uno sconto qualsiasi, era un finanziamento che ogni paese come Cuba e molti altri accettavano come un debito,  firmando documenti per cancellarlo a medio o lungo tempo, e così cominciò l’accordo”.

 

Il giornalista  Randy Alonso  ha ricordato che Chávez aveva proposto una cifra maggiore, generosa con la Rivoluzione cubana, per la situazione di Cuba in quei giorni e Fidel gli chiese di ridurre la cifra, perchè il Venezuela doveva affrontare prima le sue circostanze.

 

Il Presidente venezuelano ha ricordato che lui era venuto a Cuba nel 1994 e che camminò per le strade della capitale nelle quali appena si vedevano veicoli, per l’acuta situazione economica che i cubani hanno chiamato periodo speciale.

 

“Qui le luci erano accese due o tre ore al giorno. Il blocco si chiudeva e questo gigante che abbiamo, e che è Fidel, e questo popolo gigante, resistendo al blocco”, ha puntualizzato Chávez, riferendo il contesto di quei giorni con la caduta dell’Unione Sovietica, mentre l’America Latina si arrendeva al consenso di  Washington.

 

“La mia prima visita a L’Avana fu nel 1994,  e noi ci sentimmo rivoluzionari con una responsabilità e non solo con Cuba. Questi accordi li abbiamo offerti a tutta l’America centrale ed ai Carabi, solo che c’era molta paura di avvicinarsi  a noi e c’erano molte pressioni da parte degli Stati Uniti.

 

“Ricordo, ha detto, che proposi a Fidel d’inviare a Cuba circa 100.000 barili al giorno e Fidel disse che non lo accettava”.

 

"Chávez, non posso accettarlo nonostante la necessità immensa che ha Cuba, perchè voi state cominciando”, ed era vero.

 

“Noi abbiamo questo debito sociale, perchè io sono arrivato a Miraflores e non c’era denaro per pagare gli stipendi,  si pagavano due o tre mesi dopo; la povertà in Venezuela era la 60%,  la miseria toccava il 25%,  mentre la disoccupazione colpiva il 20% delle persone”.

 

“Il petrolio, ha indicato, lo stavamo regalando, perchè il Venezuela, attuando come subordinata agli  interessi dell’impero, contro l’Organizzazione dei Paesi Esportatori di Petrolio (OPEC), produceva molto più petrolio di quello che realmente si necessitava e  generava prezzi molto bassi”.

 

C’era una situazione terribile nella Venezuela del Patto di Punto Fijo, con la sanità quasi  totalmente nelle mani di privati, negli ospedali pubblici si doveva pagare, l’educazione era dei privati e c’era un alto tasso di mortalità infantile, oltre as una denutrizione galoppante”.

 

 

PRIMO COMPITO: CONSOLIDARE

LA RIVOLUZIONE

 

 

“Il Venezuela era inginocchio e Fidel, cosciente, mi disse: "Chávez, la prima cosa che dovete fare è consolidarvi e Cuba non può accettare questo. Parlammo tutta la notte e alla fine giungemmo a questo accordo di 53.000 barili, che Cuba pagava dato che c’era solo una percentuale, e insisto, che era finanziata”.

 

Il presidente Chávez ha fatto riferimento all’articolo 4 dell’accordo e all’impegno di Cuba d’offrire i servizi medici, gli specialisti ed  i tecnici della salute e ricordo che Fidel scrisse personalmente in un paragrafo questa frase che dice: nei luoghi dove non si dispone di personale. 

 

Poi ha segnalato che l’Isola ha cominciato ad appoggiarlo in materia industriale, oltre che nel sociale, nell’educazione, la salute, l’industria – soprattutto quella dello zucchero - le medicine, la consulenza e l’addestramento nel turismo, agricoltura e alimentazione.

 

“Il documento inoltre stabiliva, ha aggiunto  il presidente venezuelano, progetti tecnici e corsi  superiori a Cuba, produzione di metodi biologici per contenere le plaghe, e tutto questo si è verificato”.

 

“Il primo accordo che si realizzò, e io direi che è stato il più bello, è quello  riferito all’ impegno di Cuba di portare a L’Avana migliaia di venezuelani  malati di differenti malattie, a L’Avana, e questo si mantiene totalizzando circa 23000 pazienti con i familiari  e più di 300 voli della Cubana de Aviación.

 

“Così che vita, salute, educazione e progresso! Che grande apporto hanno dato il popolo e la Rivoluzione cubane alla Rivoluzione bolivariana!  Grazie Cuba! Parafrasando  José Martí: Ci dica Cuba in cosa possiamo servirla e troverà in noi dei veri figli e  figlie”, ha esclamato.

 

“Di fronte agli allarme di Fidel sui pericoli di una guerra nucleare da parte dell’imperialismo”, ha detto che la vittoria della destra e l’estrema destra nelle elezioni  a mezzo termine negli Stati Uniti,  ricominciano  le minacce contro Cuba e il Venezuela.

 

Le minacce continuano, ma io ho molta fede in questo mondo nuovo che già esiste e neutralizzerà le minacce imperiali. Non tolgo importanza agli avvisi di Fidel. Ieri notte abbiamo parlato con Fidel anche di questo e io gli ho detto, come aveva scritto lui in una  Riflessione ‘spero proprio di sbagliarmi’ ”.

 

“Io vengo dalla zona del Medio Oriente e lì ci sono preparativi di guerra. L’impero è installato ed il popolo dell’Iran è spiegato in difesa della sua sovranità e molti altri paesi stanno all’erta.

 

Speriamo che non scoppi una guerra più grande che ci potrebbe portare  ad un conflitto nucleare, come dice Fidel, che ha studiato questo tema ed è divenuto un maestro in materia. Una guerra che provocherebbe un inverno nucleare, che distruggerebbe la vita in questo pianeta. Fidel, con il suo allarme, ha aiutato moltissimo a prendere coscienza di questo problema nei popoli e nei governi del mondo”.

 

A proposito delle prospettive delle relazioni bilaterali, ha riferito che il prossimo anno si compiranno: “Ne parlavo oggi con Raúl, i 50 anni della dichiarazione del carattere socialista della Rivoluzione cubana, per cui si deve guardare avanti verso il presente ed il futuro con occhio scientifico. Noi, in Venezuela abbiamo compiuto un primo tratto di 10 anni e adesso stiamo guardando verso il  2010-2020 e il 2020-2030".

 

Abbiamo  intrapreso un’offensiva, economica, internazionale, sociale, politica, d’approfondimento , di revisione, di rettifica, di re-impulso, etica, morale, culturale, che va a marcare tutta questo secondo decennio della Rivoluzione Bolivariana, dal 2010 al 2020.

 

Questo è il secondo decennio del Rivoluzione bolivariana ed il sesto decennio della Rivoluzione cubana, ed io sono sicuro che i due popoli  e le due Rivoluzioni continueremo ad appoggiarci mutuamente e continueremo a rafforzarci”, ha affermato ancora Chávez.

 

 

Texto del Convenio Integral de

Cooperación Venezuela - Cuba (2000)

 

La República de Cuba y la República Bolivariana de Venezuela, en adelante denominadas “Las Partes”.

Animados por el deseo de fortalecer los tradicionales lazos de amistad entre los dos países.

Conscientes de su interés común por promover y fomentar el progreso de sus respectivas economías y las ventajas recíprocas que resultan de una cooperación que tenga resultados efectivos en el avance económico y social de los respectivos países y la integración de América Latina y el Caribe.

Acuerdan:

Articulo I
Las Partes se comprometen a elaborar de común acuerdo, programas y proyectos de cooperación en la aplicación del presente Convenio.

Para la ejecución de estos programas y proyectos de cooperación, se considerará la participación de organismos y entidades de los sectores públicos y privados de ambos países y, cuando sea necesario, de las universidades, organismos de investigación y de organizaciones no gubernamentales. Deberán tomar en consideración así mismo, la importancia de la ejecución de proyectos nacionales de desarrollo así como también de proyectos regionales integrales, que respondan a las prioridades contenidas en sus respectivos planes de desarrollo.

Artículo II
En aplicación del presente Convenio, la República de Cuba prestará los servicios y suministrará las tecnologías y productos que estén a su alcance para apoyar el amplio programa de desarrollo económico y social de la República Bolivariana de Venezuela, de los cuales esta no disponga y previa solicitud de acuerdo con el listado contenido en el Anexo I, que se entenderá como parte integrante de este convenio. Tales bienes y servicios serán definidos cada año, según el acuerdo de ambas partes, precisando el monto monetario, las especificaciones, regulaciones y modalidades en que serán entregados. Estos bienes y servicios serán pagados por la República Bolivariana de Venezuela, en el valor equivalente a precio de mercado mundial, en petróleo y sus derivados.

Artículo III
La República Bolivariana de Venezuela se compromete a proveer a la República de Cuba a solicitud de ésta y como parte de este Convenio Integral de Cooperación, bienes y servicios que comprenden asistencia y asesorías técnicas provenientes de entes públicos y privados, así como el suministro de crudos y derivados de petróleo, hasta por un total de cincuenta y tres mil (53.000) barriles diarios. Estos volúmenes serán presentados en un programa de nominaciones, de carácter trimestral y anualizado por las empresas CUPET y CUBAMETALES a PDVSA en las cantidades y condiciones que se establecerán anualmente entre Las Partes, tomando como referencia las bases del Acuerdo Energético de Cooperación de Caracas.

Las ventas ser realizarán bajo los contratos tipo de PDVSA en condiciones CIF para cada uno de estos tipos de crudo y derivados.

Los precios serán determinados por el mercado en base a las fórmulas aplicables.

Las ventas serán sobre las bases de un esquema de financiamiento mixto de corto y largo plazo, utilizándose las escalas aplicables al Acuerdo Energético de Caracas, que es la siguiente:

Precio promedio de realización/venta por barril de crudo en dólares estadounidenses

Ajuste %

> =15

5

> = 20

10

> =22

15

> = 24

20

> = 30

25

La anterior fórmula será aplicada al resto de los combustibles y lubricantes.

Todo lo relativo al financiamiento de corto y largo plazo, se regirá de conformidad con los dispuesto en el Anexo II que se entenderá como parte integrante de este Convenio.

Artículo IV
Disposición Especial
La República de Cuba ofrece gratuitamente a la República Bolivariana de Venezuela los servicios médicos, especialistas y técnicos de la salud para prestar servicios en lugares donde no se disponga de ese personal. Los médicos especialistas y técnicos cubanos en la prestación de sus servicios en la República Bolivariana de Venezuela ofrecerán gratuitamente entrenamiento al personal venezolano de diversos niveles que las autoridades soliciten.

La parte venezolana cubrirá los gastos de alojamiento, alimentación, transportación interna.

El gobierno de Cuba garantizará a todos los galenos y demás técnicos sus salarios y la atención adecuada a los respectivos familiares en la Isla.

Articulo V
Con el fin de contar con un mecanismo para el cumplimiento y seguimiento de las acciones de cooperación previstas en el presente Convenio, Las Partes establecerán una Comisión Mixta integrada por representantes de ambos gobiernos, que se reunirá alternativamente cada año en Caracas y La Habana.

Esta Comisión será presidida por el Ministerio de Producción y Comercio por parte de la República Bolivariana de Venezuela y por el Ministerio para la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica (MINVEC) por parte de la República de Cuba.

La Comisión Mixta establecerá grupos ejecutivos de trabajo bajo la responsabilidad de los Ministros respectivos de cada país para viabilizar las relaciones de cooperación en los diferentes sectores definidos en el presente Convenio.

Sin perjuicio de los previsto anteriormente, cada una de Las Partes podrá proponer a la otra, en cualquier momento, nuevos sectores y proyectos específicos de cooperación para su estudio y aprobación. Así mismo, Las Partes podrán convocar de común acuerdo y cuando lo consideren necesario, reuniones extraordinarias de la Comisión Mixta.

Artículo VI
A los fines de facilitar las labores de los funcionarios, especialistas y misiones de trabajo vinculadas al presente Convenio, se firmará un Acuerdo Migratorio en el plazo de treinta (30) días, contados a partir de la firma del mismo.

Este Convenio entrará en vigor el día de su firma y tendrá validez por un período de cinco (5) años, prorrogable tácitamente por un período similar, a menos que una de Las Partes lo denuncie. Dicha denuncia deberá notificarse treinta (30) días antes del vencimiento del Convenio y será efectiva seis (6) meses después de dicha notificación. La referida denuncia no debe afectar programas y proyectos de ejecución, a menos que Las Partes expresamente acordaren lo contrario.

En cualquier caso de término de la vigencia del presente Convenio los programas y proyectos en ejecución no se verán afectados y continuarán hasta su conclusión, salvo disposición en contrario convenida por escrito y de común acuerdo entre Las Partes.

Dado en Caracas, a los 30 días del mes de octubre del año 2.000