Rechazamos firmemente esta maniobra política que intenta singularizar a #Venezuela y minar su liderazgo bolivariano, encabezado por su Presidente legítimo, Nicolás Maduro Moros.
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— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) October 10, 2025
Díaz-Canel condanna in X la «vergognosa» assegnazione del Nobel per la Pace 2025 a María Corina Machado: «una manovra politica che mira a isolare il Venezuela e minarne la leadership bolivariana»
Viviamo un 2025 in cui abbondano notizie incredibili. Alcune sorprendono più di altre, ma la credibilità di certe notizie, oltre a essere nulla, rappresenta una vera e propria schiaffo in faccia alla comunità internazionale.
Questo venerdì non ha fatto eccezione: l’oppositrice dell’ultradestra e istigatrice della violenza María Corina Machado, la cui principale “virtù” è quella di invocare disordine, instabilità e caos in Venezuela, è stata insignita del Premio Nobel per la Pace 2025.
Sarebbe ingenuo e smemorato non ricordare il suo lungo curriculum di azioni qualificabili come terroristiche, nelle quali è stata coinvolta o che ha diretto personalmente — l’ultima delle quali, proprio questa settimana, riguarderebbe una possibile azione militare sotto falsa bandiera contro l’Ambasciata USA a Caracas, con l’obiettivo di sollecitare un intervento della Casa Bianca nel Paese bolivariano.
La logica, del resto, indica quanto siano ormai contaminati i meccanismi — incluso il comitato — che decidono a chi assegnare un riconoscimento tanto alto.
Questa volta, almeno mediaticamente, il celebre premio non può “passare inosservato”, perché un altro concorrente, che da mesi si considerava sicuro vincitore, ha dovuto riconoscere con amarezza che “il Nobel viene dato a persone che non hanno fatto nulla”.
Si tratta di Donald Trump, deluso per non aver visto riconosciuti i suoi presunti meriti per aver “posto fine a sette guerre interminabili” — un’affermazione che solo lui può attribuirsi, visto che il suo contributo in tal senso è stato minimo o nullo, e che le sue promesse su Ucraina e Gaza restano ancora senza una soluzione definitiva.
“Merito il Premio, ma non me lo daranno mai”, aveva ammesso Trump in un incontro con il suo omologo israeliano Benjamin Netanyahu alla Casa Bianca.
Nel caso di María Corina Machado, candidata sostenuta dall’Unione Europea e dagli USA, attualmente nascosta in un luogo non rivelato, in un’intervista concessa il 28 agosto scorso a Fox News, ha incoraggiato un colpo di Stato militare in Venezuela: “Ci sono fratture nelle Forze Armate, e devono prendere una decisione molto presto, perché si sono appena resi conto che Trump non sta scherzando”, ha dichiarato.
In definitiva, si tratta di una nuova “Premio Nobel per la Pace” che invoca l’intervento militare USA contro il Paese che afferma di rappresentare.
Un Nobel desacreditado
Díaz-Canel rechazó en X el «vergonzoso» otorgamiento del Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado, «una maniobra política que intenta singularizar a Venezuela y minar su liderazgo bolivariano»
Elson Concepción Pérez
Vivimos un año 2025 en el que noticias increíbles abundan. Unas sorprenden más que otras, y la credibilidad de algunas, además de ser nula, resultan hasta una bofetada en pleno rostro para la comunidad internacional.
Este viernes no ha sido la excepción: a la opositora ultraderechista e incitadora a la violencia María Corina Machado, cuya mayor virtud es la de llamar al desorden, la inestabilidad y el caos en Venezuela, le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz 2025.
Sería pecar de ingenuo y olvidadizo no acudir al prontuario de acciones calificadas de terroristas, en las que ha estado involucrada o ha dirigido esta señora, la última de ellas, esta propia semana: una posible acción militar de falsa bandera contra la Embajada de Estados Unidos en Caracas, con el objetivo de pedir una intervención de la Casa Blanca en la nación bolivariana.
Pero la lógica también indica cuán contaminados están los mecanismos –incluyendo el jurado– que determinan a quién o quiénes otorgar tan alta distinción.
Esta vez, al menos en el orden mediático, el famoso premio no puede «pasar por debajo de la mesa», pues otro contrincante, que desde hace varios meses se sentía seguro de ser el galardonado, tuvo que reconocer que «el Nobel se lo otorgan a gente que no ha hecho nada».
Se trata de Donald Trump, frustrado porque no tuvieron en cuenta sus méritos de poner fin a «siete guerras interminables», acción que solo él puede atribuirse, tanto porque ha sido poco o nada su aporte en ese sentido, o porque sus promesas en cuanto a Ucrania y Gaza todavía están pendientes de una solución definitiva.
«Merezco el Premio, pero nunca me lo darán», había reconocido Trump, en una reunión con su homólogo israelí, Benjamín Netanyahu, en la Casa Blanca.
En el caso de Corina Machado, candidata apoyada por la Unión Europea y Estados Unidos, escondida en algún lugar, en una entrevista del pasado 28 de agosto a Fox News, alentó a un golpe militar en Venezuela: «Hay fracturas en el Ejército, y tienen que tomar una decisión muy pronto, porque se acaban de dar cuenta de que Trump no está bromeando», dijo.
En fin, se trata de una nueva Premio Nobel de la Paz que llama a que Venezuela, el país que supuestamente representa, sea intervenido militarmente por fuerzas de Estados Unidos.
