Ricordando l’intervento della Cuban Telephone Company

Omar Perez Solomon https://lapupilainsomne.wordpress.com

Secondo la dottrina dell’ex presidente USA, Barack Obama, noi cubani dobbiamo dimenticare le atrocità che commise la transnazionale Cuban Telephone Company negli anni che operò a Cuba, soprattutto a partire dal decennio del 1930 e fino al 1958. Fa parte di una tendenza volta a travisare la storia di Cuba.

Cercano di seminare nella mente della gioventù cubana e di altri paesi, l’idea che la Cuba pre-rivoluzionaria fosse un paradiso, quando in realtà era l’opposto in tutti i sensi.

Tra il 1932 e il 1933 la società USA decise di abbassare, frequentemente, i salari dei lavoratori, causando interruzioni e scioperi.

Dopo la II Guerra Mondiale deteriorò progressivamente il servizio telefonico nazionale, sostenendo che era impossibile disporre del capitale necessario per stabilizzare il servizio, e garantire la sua espansione, fino a che non le si autorizzasse un considerevole aumento delle tariffe.

I governi costituzionali, di allora, non osarono attuare la misura, visto che significava far fronte ad un pubblico infastidito dalla degenerazione del servizio.

Come rappresaglia, la Cuban Telephone Company annullò tutti i nuovi investimenti a Cuba ed, a partire dal 1953, non si installarono più nuovi telefoni.

Nel 1949 si testò una centrale telefonica tipo “Rotary”, con una deficiente tecnologia che danneggiò, per molti anni, il funzionamento di un gran numero di telefoni della capitale, senza che il governo di turno esigesse, da questa società, alcuna correzione o compensazione.

Il 13 marzo 1957, con il Decreto N° 552 del dittatore Fulgencio Batista, la International Telephone and Telegraph (ITT), proprietaria della Cuban Telephone Company, ottenne l’autorizzazione ad aumentare le tariffe telefoniche. Così, iniziò un piano di espansione rivolto principalmente ad un aumento dei servizi a L’Avana, per essere l’investimento più redditizio, dimenticando le aree rurali e le piccole città.

Nel 1958 scadette la concessione che permetteva operare legalmente alla Cuban Telephone Company; ma non rese mai conto di ciò ed i servizi forniti non erano fiscalizzati. Incassava dai suoi utenti elevate ed abusive tariffe con la complicità del governo di Batista. Tutte le entrate andavano a finire nei conti dei suoi padroni in banche USA.

Quelle realtà che facevano parte del paesaggio di Cuba in epoca neo coloniale è quella che pretendono che dimentichiamo, affinché ritornino con la mano “morbida” della proprietà privata e della retorica fuorviante che questa risolverà tutti i problemi dell’economia cubana, sempre al margine dello Stato rivoluzionario.

Ma noi cubani non dimentichiamo che il 3 marzo 1959, 58 anni fa, si realizzò una giusta richiesta delle classi oppresse della nazione e dei settori rivoluzionari e progressisti: l’intervento del polpo telefonico Cuban Telephone Company, un preludio alla nazionalizzazione del 6 agosto 1960 insieme ad altre società USA.


Recordando la intervención de la Cuban Telephone Company

Por Omar Pérez Salomón

Según la doctrina del ex presidente estadounidense Barack Obama los cubanos debemos olvidar los desmanes que cometió la transnacional Cuban Telephone Company en los años que operó en Cuba, sobre todo desde comienzos del decenio de 1930 y hasta 1958. Forma parte de una tendencia dirigida a tergiversar la historia de Cuba.

Procuran sembrar en la mente de la juventud cubana y de otros países, la idea que la Cuba pre revolucionaria era un edén, cuando en realidad era lo contrario en todos los sentidos.

Entre 1932 y 1933 la compañía estadounidense decidió bajar frecuentemente los salarios de los trabajadores, provocando paros y huelgas.

Después de la Segunda Guerra Mundial deterioró progresivamente el servicio telefónico nacional, alegando que le seria imposible disponer del capital necesario para estabilizar el servicio y asegurar su expansión hasta que no se le autorizara un aumento considerable de las tarifas.

Los gobiernos constitucionales de entonces no se atrevieron a poner en práctica la medida, teniendo en cuenta que significaba enfrentarse a un público molesto por la degeneración del servicio.

Como represalia, la Cuban Telephone Company canceló todas sus nuevas inversiones en Cuba y a partir de 1953 no se instalaron más teléfonos nuevos.

En 1949 se puso a prueba una central telefónica tipo “Rotary”, con una tecnología deficiente que afectó durante muchos años el funcionamiento de un gran número de teléfonos de la capital, sin que el gobierno de turno le exigiera a esta compañía ninguna rectificación o compensación.

El 13 de marzo de 1957, mediante el Decreto No 552 del dictador Fulgencio Batista, la International Telephone and Telegraph (ITT), dueña de la Cuban Telephone Company, logró la autorización para aumentar las tarifas telefónicas. Así, se inició un plan de ampliación dirigido principalmente al aumento de facilidades en La Habana, por ser la inversión más rentable, olvidando las zonas rurales y ciudades pequeñas.

En 1958 se venció la concesión que permitía operar legalmente a la Cuban Telephone Company; pero nunca rindió cuentas por ello y los servicios que prestaba no eran fiscalizados. Les cobraba a sus usuarios altas y abusivas tarifas con la complicidad del gobierno batistiano. Todas las ganancias iban a parar a las cuentas de sus dueños en bancos norteamericanos.

Esas realidades que formaban parte del panorama cubano en la época neocolonial es la que pretenden que olvidemos, para que regresen de la mano “suave” de la propiedad privada y la retórica engañosa de que esta resolverá todos los problemas de la economía cubana, siempre al margen del Estado revolucionario.

Pero los cubanos no olvidamos que el 3 de marzo de 1959, hace 58 años, se cumplió una justa demanda de las clases oprimidas de la nación y de los sectores revolucionarios y progresistas: la intervención del pulpo telefónico Cuban Telephone Company, antesala de su nacionalización el 6 de agosto de 1960 junto a otras compañías estadounidenses.

Esas realidades que formaban parte del panorama cubano en la época neocolonial es la que pretenden que olvidemos, para que regresen de la mano “suave” de la propiedad privada y la retórica engañosa de que esta resolverá todos los problemas de la economía cubana, siempre al margen del Estado revolucionario.

Pero los cubanos no olvidamos que el 3 de marzo de 1959, hace 58 años, se cumplió una justa demanda de las clases oprimidas de la nación y de los sectores revolucionarios y progresistas: la intervención del pulpo telefónico Cuban Telephone Company, antesala de su nacionalización el 6 de agosto de 1960 junto a otras compañías estadounidenses.

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