Unire, parola d’ordine

Sessant’anni fa, si firmò nelle montagne dell’Escambray il patto di El Pedrero, trascendentale documento risultato dall’enorme lavoro dispiegato dal Che

Freddy Pérez Cabrera  www.granma.cu

Un 1 dicembre, 60 anni fa, si firmò nelle montagne dell’Escambray il patto di El Pedrero, trascendentale documento risultato dall’enorme lavoro dispiegato dal Che al fine di ottenere la necessaria unità di tutte le forze che operavano nella antica provincia di Las Villas.

Nel suo contenuto si poteva leggere: “Siamo coscienti del nostro dovere verso la patria ed in nome dei principi rivoluzionari di Frank Pais e Jose Antonio Echeverria ci appelliamo all’unione di tutti i fattori rivoluzionari, e invitiamo le organizzazioni che posseggono forze insurrezionali nel territorio affinché aderiscano pubblicamente a questo appello, coordinando la loro azione a beneficio della nazione cubana”.

E non poteva essere altrimenti. Dal momento che, il 16 ottobre 1958, il Che giunse in territorio Villareño ebbe riferimenti circa la divisione creata tra i gruppi di ribelli nella provincia, dove convivevano il II Fronte dell’Escambray, organizzato dalla Direzione Rivoluzionario 13 di Marzo, da cui si era separato Eloy Gutiérrez Menoyo, che creò un gruppo guerrigliero che mantenne il nome di II Fronte; un distaccamento guerrigliero del Movimento 26 Luglio guidato dal comandante Víctor Bordón, oltre ad altre forze.

Data questa situazione, il capo della Colonna n. 8 Ciro Redondo cercò a tutti i costi di unirli, al fine di raggiungere l’obiettivo strategico più importante, che era la sconfitta della tirannia; una corretta interpretazione delle linee guida date dal Comandante in capo Fidel Castro Ruz, il 12 novembre 1958, quando riferendosi alle truppe ribelli di stanza in quella provincia le indirizzò a conseguire l’appoggio delle altre forze rivoluzionarie che lì combattevano.

Fu così che il primo giorno di dicembre 1958, dopo diverse precedenti riunioni, alle quali parteciparono i rappresentanti del Movimento 26 Luglio e del Direttorio, fu firmato il documento noto come il Patto di El Pedrero, un importante passo per il futuro corso del Rivoluzione cubana, con cui si propinava un duro colpo ai piani di divisione di alcune delle forze radicate nella zona, specialmente quelle del II Fronte Nazionale dell’Escambray.

Solo l’intelligenza di un uomo come il Che potette affrontare le avverse circostanze, ottenne con la sua astuzia la firma di quel manoscritto, a cui aderì, giorni dopo, il Partito Socialista Popolare, e che sorse come una necessità politica e militare riassunta nella storica frase contenuta nel patto: “Unire è la parola d’ordine, insieme siamo disposti a vincere o morire”.

Con la sua firma, si dava continuità all’unità stabilita da Fidel e Jose Antonio Echeverria nella Lettera dal Messico redatta il 29 agosto 1956, documento si ribadiva che entrambe le organizzazioni -Movimento 26 Luglio e Direttorio Rivoluzionario- avevano deciso unire solidamente il loro sforzo allo scopo di rovesciare la tirannia e realizzare la Rivoluzione cubana.

Fonti: Castro Ruz, Fidel. La Controffensiva Strategica; Guevara de la Serna, Ernesto. Passaggi della guerra rivoluzionaria; Taibo II, Paco Ignacio (1996). Ernesto Guevara, noto anche come il Che.


Unir, palabra de orden

Hace 60 años, se firmó en las montañas del Escambray el Pacto de El Pedrero, trascendental documento resultado de la ingente labor desplegada por el Che

Freddy Pérez Cabrera

Un 1ro. de diciembre, hace 60 años, se firmó en las montañas del Escambray el Pacto de El Pedrero, trascendental documento resultado de la ingente labor desplegada por el Che en aras de alcanzar la necesaria unidad de todas las fuerzas que operaban en la antigua provincia de Las Villas.

En su contenido podía leerse: «Estamos conscientes de nuestro deber con la patria y en nombre de los postulados revolucionarios de Frank País y José Antonio Echeverría llamamos a la unión a todos los factores revolucionarios, e invitamos a las organizaciones que poseen fuerzas insurreccionales en el territorio para que se adhieran públicamente a este llamamiento, coordinando su acción en beneficio de la nación cubana».

Y no podía ser de otra manera. Desde que el 16 de octubre de 1958 el Che llegó a territorio villareño tuvo referencias acerca de la división creada entre los grupos alzados en la provincia, donde convivían el Segundo Frente del Escambray, organizado por el Directorio Revolucionario 13 de Marzo, del cual se había separado Eloy Gutiérrez Menoyo, quien creó una guerrilla que conservó el nombre de Segundo Frente; un destacamento guerrillero del Movimiento 26 de Julio encabezado por el Comandante Víctor Bordón, además de otras fuerzas.

Ante tal situación, el jefe de la Columna No. 8 Ciro Redondo buscó a toda costa unirlas, en aras de alcanzar el objetivo estratégico más importante, que era la derrota de la tiranía; una correcta interpretación de las orientaciones dadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz el 12 de noviembre de 1958, cuando al referirse a las tropas rebeldes destacadas en esa provincia orientó recabar el apoyo de las demás fuerzas revolucionarias que allí combatían.

Fue así como el primer día de diciembre de 1958, después de algunas reuniones previas en las que participaron representantes del Movimiento 26 de Julio y del Directorio, fue firmado el documento conocido como Pacto de El Pedrero, un importante paso para el curso futuro de la Revolución Cubana, con lo cual se propinaba un fuerte golpe a los planes divisionistas de algunas de las fuerzas radicadas en la zona, en especial las del II Frente Nacional del Escambray.

Solo la inteligencia de un hombre como el Che pudo enfrentar las adversas circunstancias, logró con su astucia la firma de aquel manuscrito, al cual se adhirió días más tarde el Partido Socialista Popular y que surgió como una necesidad política y militar resumida en la histórica frase contenida en el pacto: «Unir es la palabra de orden, juntos estamos dispuestos a vencer o morir».

Con su rúbrica, se daba continuidad a la unidad establecida por Fidel y José Antonio Echeverría en la Carta de México, redactada el 29 de agosto de 1956, documento donde se reiteraba que ambas organizaciones –Movimiento 26 de Julio y Directorio Revolucionario– habían decidido unir sólidamente su esfuerzo en el propósito de derrocar la tiranía y llevar a cabo la Revolución Cubana.

Fuentes: Castro Ruz, Fidel. La Contraofensiva Estratégica; Guevara de la Serna, Ernesto. Pasajes de la guerra revolucionaria; Taibo II, Paco Ignacio (1996). Ernesto Guevara, también conocido como el Che.

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