Perché quelli di destra odiano i diritti?

Patricio Montesinos  www.cubadebate.cu

Non è una domanda difficile a cui rispondere perché è una realtà quotidiana in questi convulsi tempi che la nostra America ed il mondo stanno vivendo. Quelli di destra hanno un perverso odio per i diritti dei loro concittadini.

Ancora prima di arrivare al potere i rappresentanti del conservatorismo cominciano a vociferare che imporranno tagli sociali, e lo fanno, tolgono la salute e l’educazione ai loro popoli, annunciare e materializzano la privatizzazione di tutto e gettano le forze di sicurezza per le strade a reprimere ed assassinare, se lo ritengono conveniente, quanti che hanno il coraggio di sfidarli.

Gli esempi abbondano, dall’eletto, ma non ancora presidente del Brasile, Jair Bolsonaro, sino a quelli di Argentina, Mauricio Macri, e del Cile, Sebastián Piñera, che inoltre si comportano in modo violento, ed amano le armi da fuoco, simile all’ attuale inquilino della Casa Bianca, Donald Trump.

Sì, imitano Trump, o meglio sono i suoi cuccioli, con il rispetto che gli animali meritano, come anche lo è il segretario generale dell’Organizzazione degli Stati Americani (OSA), Luis Almagro, uno dei dipendenti più perversi e sottomessi di Washington.

Benché il presidente USA li disprezzi pubblicamente , come è accaduto di recente con Macri in occasione del Vertice del G-20 a Buenos Aires, questi signori si inginocchiano ai piedi di chi si crede sia l’imperatore della terra ed anche del cielo.

Ma l’antipatia di questi esponenti della destra per i diritti umani trascende i confini dei loro paesi perché senza il minimo rispetto essi interferiscono costantemente negli affari interni di altre nazioni.

Finanziano e sostengono azioni sovversive e violente contro il Venezuela, Nicaragua e Bolivia, e, come se fosse poco parlano di colpi di stato per rovesciare governi legittimi, come Nicolas Maduro, Daniel Ortega e Evo Morales, che, per inciso, si si preoccupano dei loro compatrioti e sono esempi di solidarietà internazionale, proprio come Cuba.

In nome della “democrazia” oligarchica, naturalmente, quella dei ricchi, accusano i leader popolari della Patria Grande di ciò che accade loro, li aggrediscono continuamente e mentono senza vergogna.

Naturalmente, ora i cuccioli di Trump sono molto arrabbiato dopo l’ascesa alla presidenza del Messico Manuel Lopez Obrador, un uomo degno che ha chiarito nella sua recente inaugurazione la via che prenderà il suo influente paese nei prossimi anni.

Niente corruzione, ingiustizia e neoliberismo selvaggio in favore degli oligarchi ed a scapito dei più poveri proprio le maligne dipendenze che hanno quelli di destra e per le quali hanno sempre violato i diritti umani dei loro popoli.



¿Por qué los derechistas odian los derechos?

Por: Patricio Montesinos

No es una interrogante difícil de responder porque es una realidad cotidiana en estos tiempos convulsos que vive Nuestra América y el mundo. Los derechistas tienen un perverso odio por los derechos de sus conciudadanos.

Sin llegar al poder incluso, los representantes del conservadurismo comienzan a vociferar que impondrán recortes sociales, y lo hacen, les quitan la salud y la educación a sus pueblos, anuncian y materializan la privatización de todo, y lanzan a las fuerzas de seguridad para las calles a reprimir y asesinar, si lo estiman conveniente, a cuantos se les ocurra desafiarlos.

Ejemplos hay, desde el electo, pero todavía no presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, hasta los de Argentina, Mauricio Macri, y de Chile, Sebastián Piñera, quienes además se comportan de manera violenta, y gustan de las armas de fuego, similar al actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.

Sí, imitan a Trump, o mejor dicho son sus cachorritos, con el respeto que merecen los animales, como también lo es el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, uno de los empleados más perversos y sumisos de Washington.

Aunque el mandatario de Estados Unidos los desaire públicamente, como ocurrió recientemente con Macri en la Cumbre del G-20 en Buenos Aires, esos señores se arrodillan a los pies de quien se cree es el emperador de la tierra, y también del cielo.

Pero la animadversión de tales derechistas por los derechos de los humanos trasciende las fronteras de sus países porque sin el menor respeto se inmiscuyen constantemente en los asuntos internos de otras naciones.

Financian y apoyan acciones subversivas y violentas contra Venezuela, Nicaragua y Bolivia, y por si fuera poco hablan hasta de golpes de Estado para derrocar a gobiernos legítimos, como el de Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Evo Morales, que, por cierto, sí se preocupan por sus compatriotas, y son ejemplos de solidaridad internacional, al igual que Cuba.

En nombre de la “democracia” oligárquica, por supuesto la de los ricos, acusan a los líderes populares de la Patria Grande de lo que se les ocurra, los agreden continuamente y mienten sin vergüenza alguna.

Claro, ahora los cachorritos de Trump están muy enfadados tras la ascensión a la presidencia de México de Manuel López Obrador, un hombre digno que dejó bien claro en su reciente toma de posesión el camino por donde transitará su influyente país en los venideros años.

Nada de corrupción, injusticia y neoliberalismo salvaje a favor de los oligarcas y en detrimento de los más desposeídos, precisamente las adicciones malignas que tienen los derechistas y por las que siempre han transgredido los derechos humanos de sus pueblos

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