La virtù è sempre accompagnata dalla virtù e dall’umiltà, mentre la malvagità non può che unirsi co chi appartiene alla stessa risma.
L’11 settembre, 35 ex presidenti ed ex primi ministri di America Latina e Caraibi, Europa, Africa e Asia hanno scritto una lettera al presidente Joe Biden, chiedendogli di escludere Cuba dalla lista degli Stati sponsor del terrorismo redatta dal Dipartimento di Stato USA.
I firmatari hanno fatto notare che, quattro mesi fa, lo stesso Dipartimento di Stato ha valutato che “non è più appropriato” mantenere Cuba nella lista degli Stati che non collaborano pienamente nella lotta al terrorismo, citando, tra gli altri argomenti, che “gli USA e Cuba hanno ripreso la cooperazione nell’applicazione della legge nel 2023, inclusa la lotta contro il terrorismo”.
Tre giorni dopo, il 14 settembre, l’ex presidente Iván Duque ha redatto una lettera disperata, chiedendo al presidente Biden di mantenere Cuba nella lista degli Stati sponsor del terrorismo. L’ex mandatario colombiano ha così rivelato che i suoi sforzi con l’amministrazione Trump hanno portato all’inclusione di Cuba nella suddetta lista.
Tra i firmatari della lettera di Duque compare nientemeno che Juan Guaidó, tristemente famoso per essersi autoproclamato presidente ad interim del Venezuela, in uno degli episodi più surreali della politica.
L’autoproclamato non è l’unica stravaganza di questa lista di firmatari. Lo accompagna Jeanine Áñez, che da seconda vicepresidente del Senato boliviano è diventata presidente ad interim attraverso un atto considerato illegale dal Tribunale Anticorruzione di La Paz, motivo per cui la illustre firmataria della lettera di Duque è, attualmente, detenuta in Bolivia.
Come per magia del creativo ex presidente colombiano un governatore di Porto Rico si è trasformato in presidente. Così, Duque classifica il governatore di uno Stato libero associato come un Capo di Stato o di governo di Stati sovrani. La necessità di allungare la lista ha portato Duque a prendere qualsiasi cosa a portata di mano.
Come può aver firmato una lettera del genere l’ex presidente Mireya Moscoso? L’ultimo atto di governo dell’allora presidentessa panamense fu quello di concedere l’amnistia ai terroristi, liberando Luis Posada Carriles e Gaspar Eugenio Jiménez Escobedo, condannati, nell’aprile del 2004, a otto anni di prigione a Panama, insieme a Guillermo Novo Sampoll, Pedro Crispín Remón e César Matamoros, condannati a sette anni per aver attentato alla sicurezza collettiva nel piano di assassinare il presidente Fidel Castro Ruz durante un evento pubblico all’Università di Panama.
Non si sa come abbia osato firmare l’ex presidente Guillermo Lasso, che appena un anno e mezzo fa ha dovuto dimettersi e sciogliere il parlamento mentre quest’ultimo stava avanzando nel processo di sua destituzione per malversazione di fondi.
La comparsa di Jorge “Tuto” Quiroga, che ha occupato la carica di presidente per solo un anno dopo le dimissioni del vero presidente e che è stato condannato a due anni e otto mesi di prigione per diffamazione contro una banca di proprietà dello Stato, è un’altra eloquente prova della collezione di infami che Duque Márquez ha radunato.
Tra i firmatari si nasconde anche Jamil Mahuad, deposto dal popolo ecuadoriano e condannato a otto anni di prigione per peculato.
Non smette di sorprendere la lista di corrotti che appone la propria firma alla lettera, come Miguel Ángel Rodríguez, che ha dovuto dimettersi da segretario generale dell’OSA per corruzione, anche se processi successivi di dubbia legittimità lo hanno discolpato.
Rafael Calderón Fournier, il primo ex presidente costaricano giudicato e condannato a cinque anni di prigione per corruzione, ha il coraggio di accompagnare Iván Duque.
Un altro Calderón, Felipe, che ha vinto la presidenza con una frode in Messico e si ricorda per aver causato 60000 morti nella cosiddetta guerra contro la droga, aggiunge la sua firma, che aumenta l’ignominia della petizione.
L’amico di Duque, Mario Abdo Benítez, trova il tempo per esprimere opinioni su questioni così delicate quando dovrebbe occuparsi delle gravi accuse mosse contro di lui da due procuratori in Paraguay per rivelazione di segreti, induzione di un subordinato a commettere un reato e dichiarazione falsa, poiché “avrebbe orchestrato uno schema volto a generare indagini penali contro figure contrarie al suo movimento”.
Non poteva mancare di accorrere al disperato appello di Duque una curiosa firma europea: Mariano Rajoy Brey, protagonista della più grande trama di corruzione della storia della Spagna, il noto “caso Gürtel”, che provocò la sua uscita dal governo.
Iván Duque Márquez, il peggior presidente della storia della Colombia, che ha disatteso le sentenze della Corte Suprema di Giustizia che ha ordinato i domiciliari contro di lui, che ha violato gli accordi di pace con le FARC-EP, che ha utilizzato lanciarazzi e sparato alle spalle per reprimere i manifestanti, ha i compagni che si merita.
Iván Duque escoge acompañantes para la infamia
La virtud siempre se acompaña de virtud y humildad, la maldad mientras tanto, no puede reunirse sino, con los de la misma calaña.
El 11 de setiembre 35 expresidentes y ex primeros ministros de América Latina y el Caribe, Europa, África y Asia escribieron una carta al presidente Joe Biden demandándole excluir a Cuba de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo que confecciona el Departamento de Estados de los Estados Unidos.
Los firmantes llamaron la atención que hace cuatro meses el propio Departamento de Estado evaluó que “que ya no es apropiado” mantener a Cuba en la lista de estados que no cooperan plenamente en la lucha contra el terrorismo, entre otros argumentos porque «Estados Unidos y Cuba reanudaron la cooperación en materia de aplicación de la ley en 2023, incluida la lucha contra el terrorismo».
Tres días después, el 14 de setiembre el ex presidente Iván Duque montó una misiva desesperada que pide al presidente Biden que mantenga a Cuba en la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo. Descubría así el exmandatario colombiano que sus gestiones con la Administración Trump provocaron que Cuba fuera incluida en la mencionada lista.
Los firmantes de la carta de Duque incluyen nada más y nada menos que a Juan Guaidó, el tristemente célebre autoproclamado presidente encargado de Venezuela, en uno de los episodios más fantasiosos de la política.
El autoproclamado no es la única extravagancia de esta lista de firmantes. Lo acompaña Jeanine Añez, quien de segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores de Bolivia se convirtió en presidenta interina mediante un acto considerado ilegal por el Tribunal Primero de Sentencia Anticorrupción de la Paz y por el cual la ilustre firmante de la carta de Duque, guarda prisión en Bolivia en este momento.
Por arte de magia del creativo expresidente colombiano, un Gobernador de Puerto Rico se transformó en presidente. Así, Duque clasifica al gobernador de un Estado libre asociado en la categoría de Jefe de Estado o de Gobierno de estados soberanos. La necesidad de estirar la lista llevó a Duque a agarrarse de cualquier cosa.
¿Cómo podría firmar una carta así la expresidenta Mireya Moscoso? El último acto de gobierno de la entonces mandataria panameña fue amnistiar terroristas cuando liberó a Luis Posada Carriles, Gaspar Eugenio Jiménez Escobedo, quienes fueron condenados en abril de 2004 en Panamá a ocho años de prisión y a Guillermo Novo Sampoll, Pedro Crispín Remón y César Matamoros condenados a siete años de prisión por atentar contra la seguridad colectiva al participar en el plan de asesinato con bombas del Presidente Fidel Castro Ruz en un acto público el paraninfo de la Universidad de Panamá.
No se sabe cómo se atreve a firmar una carta el expresidente Guillermo Lasso quien hace apenas un año y medio, tuvo que renunciar y disolver el parlamento cuando ese parlamento había avanzado en el proceso de su destitución por el delito de malversación de fondos.
La aparición de Jorge “Tuto” Quiroga quien sólo ocupó el cargo por un año cuando el verdadero presidente renunció y quien fue sentenciado a dos años y ocho meses de prisión por difamación contra un banco propiedad del Estado, es otra elocuente muestra de la colección de infames que reunió Duque Márquez.
En la lista de firmantes se esconde Jamil Mahuad, quien fue derrocado por el pueblo ecuatoriano y condenado a 8 años de prisión por peculado.
No deja de sorprender la lista de corruptos que estampa su rúbrica como lo hace gustosamente Miguel Ángel Rodríguez quien tuvo que renunciar por corrupción al cargo de Secretario General de la OEA, aunque dudosos procesos ulteriores lo exculparan.
Rafael Calderón Fournier, el primer expresidente costarricense juzgado y condenado a cinco años de prisión por corrupción, se atreve a acompañar a Iván Duque.
Otro Calderón, Felipe, el que ganó la presidencia por fraude en México y se recuerda por haber ocasionado 60 mil muertes en la llamada lucha contra las drogas estampa su firma, que le añade ignominia a la petición.
El amigo de Duque, Mario Abdo Benítez tiene tiempo para opinar sobre asuntos tan delicados cuando debería ocuparse de la grave acusación que le han formulado dos fiscales en el Paraguay por delitos de revelación de secretos, inducción a un subordinado a cometer un hecho punible y declaración falsa porque “habría gestado un esquema que aspiraba a generar investigaciones penales en contra de figuras contrarias a su movimiento”.
Una curiosa firma europea no podía dejar de acudir al llamado desesperado de Duque: Mariano Rajoy Brey, protagonista de la trama de corrupción más grande de la historia de España, el conocido “caso Gurtel” que provocó su salida del gobierno.
Iván Duque Márquez, el peor presidente de la historia de Colombia, el que incumplió fallos de la Corte Suprema de Justicia que dictó prisión domiciliaria contra él, que incumplió los acuerdos de paz con las FARC-EP, el que utilizó lanzacohetes y disparos por la espalda para reprimir manifestantes, tiene los