Washington, 21 aprile – Sotto l’egida del Titolo III della Legge Helms-Burton, un tribunale federale USA ha emesso il suo primo verdetto in un processo con giuria riguardante presunte proprietà nazionalizzate a Cuba dopo il 1 gennaio 1959.
La sentenza impone alla società Expedia Group il pagamento di 29,8 milioni di $ al cittadino USA (dal 1983) Mario Echeverría, che rivendica la proprietà di Cayo Coco, quarta isola per estensione dell’arcipelago cubano, con 370 chilometri quadrati e 22 chilometri di spiagge.
Secondo il ricorrente, quell’area a nord del territorio nazionale, appartenente all’arcipelago Jardines del Rey e situata nella provincia centrale di Ciego de Ávila, oggi una delle principali mete turistiche di Cuba, è oggetto di un presunto uso indebito di proprietà che appartenevano alla sua famiglia.
Il ricorso presentato contro Expedia Group, in quanto società madre di Hotel.com LP, Hotels.com GP e Orbitz LLC, sostiene che le quattro entità abbiano effettuato prenotazioni, tramite le loro piattaforme digitali, per hotel costruiti su un terreno nazionalizzato dal Governo rivoluzionario durante la Seconda Legge di Riforma Agraria, del 1963.
La decisione della giuria ha stabilito un risarcimento di 9,95 milioni di $ per ciascuna entità a titolo di danni e pregiudizi, per un totale complessivo di 29,85 milioni di $.
Secondo il documento legale, le strutture coinvolte nel presunto traffico di proprietà sono gli hotel Iberostar Mojito, Iberostar Colonial e Pullman Cayo Coco, per i quali è stato richiesto il risarcimento danni.
Il giudice federale Federico Moreno, che ha presieduto il caso, ha scritto che “le entità convenute hanno tratto profitto offrendo prenotazioni per questi hotel sui loro siti di viaggio. I convenuti ammettono di non aver verificato se gli hotel si trovassero su terreni confiscati”.
Expedia Group, con sede a Seattle, nello Stato di Washington, è una delle principali piattaforme di viaggi online al mondo, con uffici in oltre trenta paesi.
La legge Helms-Burton, a carattere extraterritoriale, è stata promulgata sotto l’amministrazione di William Clinton, nel 1996, ma al momento della sua approvazione il Titolo III era stato sospeso. Fu poi attivato da Donald Trump, nel maggio 2019, durante il suo primo mandato (2017-2021).
Lo scorso 14 gennaio, a sei giorni dalla fine del suo mandato, l’allora presidente Joe Biden optò per sospendere nuovamente il Titolo III, decisione poi annullata da Trump una volta insediatosi per un secondo mandato il 20 gennaio.
Dalla riattivazione del Titolo III, sei anni fa, sono state presentate 45 cause legali, di cui sei si sono concluse con accordi extragiudiziali e solo una ha avuto un verdetto da parte di una giuria. Due casi restano ancora in sospeso davanti alla Corte Suprema.
L’avvocato cubano Rodolfo Dávalos ha descritto “come tutto quell’aborto mal chiamato legge (e per di più intitolato ‘Per la Libertà’), il Titolo III della Helms-Burton è assolutamente illegale, non solo in relazione al diritto internazionale, ma anche in ambito costituzionale, processuale e di competenza giudiziaria internazionale”.
Secondo Dávalos, la norma permette ai cittadini USA colpiti da nazionalizzazioni o espropri da parte delle leggi cubane, a partire da gennaio 1959, riguardanti beni di valore superiore a 50000 $, di presentare reclami presso le corti USA contro chiunque “traffichi” con le loro antiche proprietà.
Ciò avviene “senza tenere conto di ragioni e principi fondamentali in materia di nazionalizzazioni, (…) come stabilisce la Risoluzione 1803 (XVII) approvata dall’Assemblea Generale delle Nazioni Unite, il 14 dicembre 1962, intitolata Sovranità permanente sulle risorse naturali”, ha sottolineato.
“Disattendendo il diritto internazionale e le più basilari regole della competenza giudiziaria internazionale, si attribuisce ai tribunali USA una giurisdizione che non hanno”, ha avvertito Dávalos.
Corte de EEUU, veredicto amparado en Título III de Ley Helms Burton
Washington, 21 abr (Prensa Latina) Al amparo del Título III de la Ley Helms-Burton, un tribunal federal de Estados Unidos emitió su primer veredicto en un juicio con jurado sobre presuntas propiedades nacionalizadas en Cuba después del 1 de enero de 1959.
El fallo exige pagar 29.8 millones de dólares por parte de la corporación Expedia Group al ciudadano estadounidense (desde 1983) Mario Echeverría que reclama la propiedad de Cayo Coco, cuarta isla en extensión del archipiélago cubano, con 370 kilómetros cuadrados y 22 kilómetros de playa.
Según el demandante, ese punto al norte de la geografía nacional perteneciente al archipiélago Jardines del Rey y a la central provincia de Ciego de Ávila y que es uno de los destinos turísticos de Cuba, es objeto de un supuesto uso indebido de propiedades que pertenecían a su familia.
El reclamo en las cortes contra Expedia Group como compañía matriz de Hotel.com LP, Hotels.com GP y Orbitz LLC, argumenta que las cuatro entidades reservaron desde sus plataformas digitales para los hoteles construidos en un terreno nacionalizado por el Gobierno revolucionario durante la Segunda Ley de Reforma Agraria, en 1963.
La decisión del jurado determinó imponer una suma compensatoria de 9.95 millones de dólares a cada entidad por concepto de daños y perjuicios, lo cual resultó en la suma total de 29.85 millones.
De acuerdo con el documento legal, las entidades involucradas en el supuesto tráfico de propiedades son los hoteles Iberostar Mojito, Iberostar Colonial y Pullman Cayo Coco, por lo que se solicitó la indemnización por daños y perjuicios.
El juez federal Federico Moreno, quien presidió el caso, escribió que “las entidades demandadas lucraron ofreciendo reservas a clientes en estos hoteles en sus sitios web de viajes. Los demandados admiten que no investigaron si los hoteles se encontraban en terrenos confiscados”.
Expedia Group, que tiene su sede en Seattle, estado de Washington, es una de las mayores plataformas en Internet para viajes del mundo con oficinas en más de una treintena de países.
La extraterritorial Ley Helms-Burton, fue promulgada bajo la administración de William Clinton, en 1996, pero al ser suscrita quedó en pausa el Título III, que activó Donald Trump en mayo de 2019 en su primer mandato (2017-2021).
El pasado 14 de enero, el entonces presidente Joe Biden, a seis días de concluir su mandato, optó por suspender el Título III, lo que revirtió Trump al tomar posesión de su segundo periodo en la Casa Blanca el pasado 20 de enero.
Desde la activación del Título III, seis años atrás, se presentaron 45 demandas, con seis acuerdos extrajudiciales y un solo veredicto con jurado. Dos casos están aún pendientes de determinación ante la Corte Suprema.
El abogado cubano Rodolfo Dávalos describió “como todo ese engendro mal llamado Ley (y nada más y nada menos que ‘Para la Libertad’), el Título III de la Helms-Burton es absolutamente ilegal, no solo en atención al Derecho internacional, sino también en materia constitucional, procesal y de competencia judicial internacional”.
Permite -dijo- a los ciudadanos estadounidenses que fueron objeto de nacionalizaciones o expropiaciones por las leyes cubanas a partir de enero de 1959, de bienes por un valor superior a 50 mil dólares, presentar reclamación ante las cortes de Estados Unidos, contra aquellas personas que supuestamente “trafiquen” con sus antiguas propiedades.
Lo hacen “sin tener en cuenta razones y fundamentos básicos en materia de nacionalizaciones, (…) como establece la Resolución 1803 (XVII) aprobada por la Asamblea General de la ONU, el 14 de diciembre de 1962, titulada Soberanía permanente sobre los recursos naturales”, subrayó.
“Sin atender al Derecho internacional ni a las más elementales reglas de competencia judicial internacional, a las cortes de Estados Unidos se les endosa una competencia que no tienen”, advirtió Dávalos.