Il cinismo dell’impero, in nome della libertà e dei diritti umani

 

El Memorando Presidencial contra #Cuba dado a conocer hoy por gobierno de EEUU refuerza la agresión y el bloqueo económico que castiga a todo el pueblo cubano y es el obstáculo principal a nuestro desarrollo.

Es una conducta criminal y violatoria de los #DDHH de toda una nación. pic.twitter.com/frXhNHFReK

— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) June 30, 2025

«Grazie alla leadership del Presidente, gli USA si impegnano a promuovere la libertà e la prosperità a Cuba. Che non ci siano dubbi: sotto la guida del presidente Trump, chiederemo conto al regime illegittimo cubano e sosterremo il popolo cubano nella sua ricerca di libertà e giustizia», ha dichiarato su X il segretario di Stato USA, Marco Rubio.

L’“elogio” di Rubio è seguito al titolo che ieri annunciava: «Donald Trump ripristina la sua linea dura contro il regime cubano». Ma quando mai l’attuale amministrazione, o la precedente, o la prima di Trump, o una qualsiasi delle 12 passate per la Casa Bianca dal 1959, ha abbandonato quella linea dura?

L’ultimo documento su Cuba, firmato ieri dal padrone dell’impero, è la solita minestra riscaldata. I suoi slogan: libertà per il popolo, democrazia, rispetto dei diritti umani e della dignità umana, protezione dei dissidenti e dei «manifestanti pacifici». Proibizione legale del turismo USA nell’Isola, sostegno al blocco economico, commerciale e finanziario; divieto di ripristino della politica dei “piedi bagnati, piedi asciutti”, restrizioni alle transazioni finanziarie con Cuba e delega al “dedicato” Rubio il potere di identificare qualsiasi entità che sia controllata da, o operi per conto di, imprese cubane, nonché di regolarne le sue transazioni finanziarie.

Quanto ai viaggi accademici o di altro tipo, si stabilisce che i viaggiatori dovranno «partecipare a un programma di attività a tempo pieno che favorisca il contatto con il popolo cubano, rafforzi la società civile e promuova l’indipendenza del popolo rispetto alle autorità».

Il testo annuncia l’adeguamento della norma che definisce chi siano i «funzionari vietati del Governo cubano», tra i quali rientrano ministri e viceministri, membri del Consiglio di Stato e dei Ministri, membri e impiegati dell’Assemblea Nazionale del Potere Popolare, dipendenti del MININT (Ministero dell’Interno) e del MINFAR (Ministero delle Forze Armate Rivoluzionarie), dirigenti della CTC (Centrale dei Lavoratori Cubani), membri e dipendenti del Tribunale Supremo Nazionale; direttori, vicedirettori e dirigenti superiori di tutti gli organi statali cubani; capiredattori, redattori e vicedirettori delle organizzazioni e dei programmi dei media statali cubani.

Chi credono di ingannare? Tutto ciò lo ha già sofferto il popolo cubano da più di 60 anni. A questo “nuovissimo” memorandum manca solo di dire che è lo stesso di quello di Lester Mallory, del 1960, quello che ordinava di creare caos e disperazione. Solo che ora lo fa inseguendo ogni transazione cubana nel mondo, dando la caccia a ogni fonte di carburante per Cuba, con l’obiettivo di renderla inoperante. Non dice che è lui il responsabile dei blackout, della speculazione finanziaria che ha prodotto inflazione nella nostra economia, il colpevole della situazione precaria del trasporto pubblico.

Non dice che includere Cuba nella fraudolenta lista dei paesi patrocinatori del terrorismo fa parte della strategia per isolarla, mutilarne il commercio e presentare la Maggiore delle Antille come uno Stato fallito.

Di quale libertà può parlare un governo che ha mantenuto prigioni segrete, dove rinchiude chiunque per qualunque motivo, senza alcuna tutela legale, solo perché non si piega alle sue strategie di dominio o perché, nel suo stile neofascista, lo considera inferiore in quanto immigrato?

Questa sarebbe democrazia? È democrazia assaltare il potere legislativo perché si è persa un’elezione presidenziale?

Non può riempirsi la bocca di “rispetto dei diritti umani e della dignità umana” chi ordina di uccidere un popolo innocente, con i suoi bambini, le sue madri, i suoi anziani — come quello di Gaza — per installare lì una riviera di estremo lusso.

Chiede rispetto per la dignità umana un governo che, in piena pandemia di Covid-19, ha negato l’ossigeno a quel popolo che ora dice di voler proteggere? È questo il senso che dà alla dignità, quando lancia l’esercito contro la propria gente per reprimere l’opinione, quando ciò che si chiede è semplicemente un trattamento giustamente umano?

Il membro del Burò Politico e ministro delle Relazioni Estere di Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, ha dichiarato su X che questo memorandum non fa che «rafforzare l’aggressione e il blocco economico che punisce l’intero popolo cubano ed è il principale ostacolo al nostro sviluppo. È una condotta criminale e una violazione dei diritti umani di un’intera nazione».

---

El cinismo del imperio, en nombre de la libertad y los derechos humanos

El «nuevo» memorando de Trump es violatorio de los derechos de toda una nación

«Gracias al liderazgo del Presidente, Estados Unidos se compromete a promover la libertad y la prosperidad en Cuba. Que no quepa duda: bajo el liderazgo del presidente Trump, exigiremos cuenta al régimen ilegítimo cubano y apoyaremos al pueblo cubano en su búsqueda de la libertad y la justicia», dijo en x el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio.

El «elogio» de Rubio sucedió al titular que anunció, ayer, que «Donald Trump restablece su política dura hacia el régimen cubano». ¿Cuándo abandonó esa dura política la actual administración, o la anterior, o la primera de Trump, o cualquiera de las 12 que han pasado por la Casa Blanca desde 1959?

El último papel sobre Cuba, firmado ayer por el mandamás del imperio, es más de lo mismo. Sus pautas son: libertad para el pueblo, democracia, respeto a los derechos humanos y a la dignidad humana, y protección a disidentes y a «manifestantes pacíficos». Prohíbe legalmente el turismo estadounidense en la Isla, apoya el bloqueo económico, comercial y financiero; impide el restablecimiento de la política «pies mojados, pies secos», restringe las transacciones financieras a Cuba, y le otorga al «dedicado» Rubio la potestad para identificar cualquier entidad que esté bajo el control, o actúe para o en nombre de empresas cubanas, así como para regular sus transacciones financieras.

Respecto a los viajes académicos u otros, incluye que los viajeros deben «participar en un programa de actividades a tiempo completo que mejoren el contacto con el pueblo cubano, mejoren la sociedad civil y promuevan la independencia del pueblo respecto a las autoridades».

Anuncia el ajuste de la regulación que define el término «funcionarios prohibidos del Gobierno de Cuba», en el que se incluyen ministros y viceministros, miembros del Consejo de Estado y de Ministros, miembros y empleados de la Asamblea Nacional del Poder Popular, empleados del Minint y del Minfar, dirigentes de la CTC, miembros y empleados del Tribunal Supremo Nacional; directores, subdirectores y superiores de todos los organismos estatales cubanos; editores jefes, editores y subdirectores de organizaciones y programas de medios de comunicación estatales cubanos.

¿A quién o quiénes quieren engañar? Todo eso lo ha sufrido el pueblo cubano por más de 60 años. Al memorando «novísimo» le falta decir que es el mismo que el de Lester Mallory, en 1960, ese que mandataba a crear el caos, la desesperación. Ahora lo hace persiguiendo cada transacción cubana por el mundo, cayéndole atrás a cualquier fuente de combustible para Cuba, con lo cual busca hacerla inoperante. Le falta por decir que es el responsable de los apagones, el de la especulación financiera que ha creado la inflación en nuestra economía; el culpable de que el transporte pase por una precaria situación.

Le falta por decir que incluir a Cuba en la espuria lista de patrocinadores del terrorismo es parte de esa estrategia de aislarla, de cercenarle su comercio, con el objetivo de mostrar a la Mayor de las Antillas como un Estado fallido.

¿De qué libertad puede hablar el Gobierno que ha mantenido cárceles secretas, que encierra en ellas a cualquiera por cualquier motivo, y sin amparo legal alguno, solo porque no se aviene con sus estrategias de dominación, o porque en su modo neofascista los considera inferiores por ser inmigrantes.

¿Eso es democracia? ¿Es democracia asaltar el poder legislativo porque perdió una elección presidencial?

No se puede llenar la boca de respeto a los derechos humanos y a la dignidad humana el que manda a matar a un pueblo inocente, con sus niños, sus madres, sus ancianos, como el de Gaza, para instalar allí una riviera de grandes lujos.

¿Respeto a la dignidad humana pide el Gobierno que le negó el oxígeno, en medio de la covid-19 a ese pueblo que dice que va a proteger? ¿Acaso eso entiende cuando lanza contra su propia gente a un ejército para aplastar la opinión, cuando lo que piden es un trato justamente humano?

El miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, dijo en X que este memorando solo «refuerza la agresión y el bloqueo económico que castiga a todo el pueblo cubano y es el obstáculo principal a nuestro desarrollo. Es una conducta criminal y violatoria de los derechos humanos de toda una nación».