Il documento anticubano reso pubblico dal governo USA il 30 giugno 2025 consiste in una riedizione e modifica del Memorandum Presidenziale di Sicurezza Nazionale n. 5, emesso dallo stesso governo USA il 16 giugno 2017, all’inizio del primo mandato di Donald Trump.
Cuba denuncia e respinge categoricamente entrambe le versioni dell’infame documento.
Come chiara espressione della condotta aggressiva e degli intenti egemonici di quel paese, il testo originale e la sua attuale riedizione contemplano un insieme di misure volte a rafforzare ulteriormente l’assedio economico e provocare maggiori privazioni al popolo cubano, nel fallimentare tentativo di impossessarsi del paese e determinarne il destino, in conformità con quanto stabilito nella Legge Helms-Burton del 1996.
Già dal 2017, e sotto l’egida del Memorandum allora emesso, il governo USA ha iniziato l’applicazione di misure di rafforzamento estremo del blocco economico, che lo hanno portato a un livello qualitativamente più dannoso. Tali misure sono state mantenute per otto anni, incluso il periodo di governo di Joseph Biden, e spiegano in larga parte le attuali carenze e le grandi sfide che l’economia cubana affronta per la sua ripresa, crescita e sviluppo.
Il Memorandum originario del 2017 è stato la piattaforma politica che ha promosso, tra le altre misure, il divieto quasi assoluto per i cittadini USA di viaggiare a Cuba. Ha indotto la persecuzione delle forniture di carburante, l’ostacolo delle rimesse, e misure contro governi di paesi terzi per il solo fatto di avvalersi dei servizi medici cubani per assistere le proprie popolazioni.
È anche ciò che ha favorito le pressioni su entità commerciali e finanziarie di qualsiasi parte del mondo per impedire i rapporti con Cuba; ha alimentato le cause giudiziarie nei tribunali USA contro investitori nel nostro paese; ha disposto l’infame inclusione dell’isola nella lista degli Stati presunti sponsor del terrorismo, con le sue disastrose conseguenze per l’economia nazionale.
La politica ostile così definita viola il diritto internazionale e numerose risoluzioni delle Nazioni Unite. Mira a giustificare l’uso della coercizione economica come arma di aggressione contro un paese sovrano, con l’intento di spezzarne la volontà politica e sottometterlo alla dittatura egemonista USA. Non è né per caso né per capriccio che, dal 1992, l’Assemblea Generale dell’ONU reclama quasi all’unanimità la fine del blocco economico, commerciale e finanziario.
Per giustificare le sue azioni, sia il Memorandum presidenziale originale che quello ora emendato fanno riferimento a concetti come democrazia, diritti umani, libertà religiosa e altri. Tutti concetti incompatibili con la condotta storica abusiva e violatrice del governo USA. Si fa anche esplicito riferimento all’impegno di distruggere il socialismo e convertire l’economia cubana al capitalismo.
I governanti e i politici USA hanno la sfrontatezza di dichiarare che agiscono in questo modo per il bene del popolo cubano.
Le sfide che affronta Cuba sono grandi e impegnative, specialmente a causa dell’ostinazione USA nel voler distruggere il progetto nazionale che i cubani abbiamo costruito nell’esercizio pieno dei nostri diritti sovrani, tra cui quello all’autodeterminazione.
Al governo USA non importa che Cuba sia un paese pacifico, stabile, solidale e con relazioni amichevoli con praticamente tutto il mondo. La politica che applica risponde agli interessi ristretti di una camarilla anticubana e corrotta che ha fatto dell’aggressione al vicino un modo di vivere e un affare molto redditizio.
L’Avana, 1° luglio 2025
Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores
El documento anticubano dado a conocer por el Gobierno estadounidense el 30 de junio de 2025 consiste en una reedición y enmienda del Memorando Presidencial de Seguridad Nacional No. 5 que el propio Gobierno de Estados Unidos había emitido el 16 de junio de 2017, al inicio del primer mandato de Donald Trump.
Cuba denuncia y rechaza categóricamente ambas versiones del infame documento.
Como clara expresión de la conducta agresiva y los propósitos hegemónicos de ese país, el texto original y su reedición actual contemplan un cuerpo de medidas dirigidas a fortalecer aún más el cerco económico y provocar mayores carencias al pueblo cubano, en el fallido intento de apoderarse del país y regir su destino, en conformidad con lo dispuesto en la Ley Helms-Burton de 1996.
Ya desde 2017 y al amparo del Memorando entonces emitido, el Gobierno estadounidense comenzó la aplicación de medidas de reforzamiento extremo del bloqueo económico que lo llevaron a una dimensión cualitativamente más dañina. Estas medidas se han mantenido a lo largo de ocho años, incluido el periodo de gobierno de Joseph Biden, y explican en gran medida las carencias actuales y los grandes desafíos que enfrenta la economía cubana para su recuperación, crecimiento y desarrollo.
El Memorando original de 2017 ha sido la plataforma política que impulsó, entre otras medidas, la prohibición casi absoluta a que los estadounidenses viajen a Cuba. Es la que indujo a la persecución de los suministros de combustible, la obstaculización de remesas, y las medidas contra gobiernos de terceros países por contar estos con servicios médicos cubanos para atender a sus respectivas poblaciones.
Es también la que ha promovido las presiones a entidades comerciales y financieras de cualquier parte del mundo para impedir su relación con Cuba, la que propicia demandas en cortes de Estados Unidos contra inversionistas en nuestro país, la que dispuso la calumniosa inclusión de la Isla en la lista de Estados supuestamente patrocinadores del terrorismo, con sus nefastas consecuencias para la economía nacional.
La política hostil así definida, viola el Derecho Internacional y numerosas resoluciones de la onu. Pretende fundamentar el uso de la coerción económica como arma de agresión contra un país soberano, con el ánimo de quebrar la voluntad política de toda la nación y someterla a la dictadura hegemonista de Estados Unidos. No es por gusto ni por azar que, desde 1992, la Asamblea General de la onu reclama casi unánimemente que se ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero.
Para justificar su actuación, tanto el Memorando Presidencial original como el ahora enmendado hacen referencia a términos como democracia, derechos humanos, libertad religiosa y otros. Todos son conceptos incompatibles con la abusiva y transgresora conducta histórica del Gobierno estadounidense. También hace referencia expresa al empeño en destruir el socialismo y convertir la economía cubana al capitalismo.
Los gobernantes y políticos de Estados Unidos tienen la desvergüenza de declarar que actúan así para bien del pueblo cubano.
Los desafíos que enfrenta Cuba son grandes y retadores, en especial por el empeño estadounidense de destruir el proyecto nacional que los cubanos hemos construido en pleno ejercicio de nuestros derechos soberanos, entre ellos, el de la libre determinación.
No le importa al Gobierno estadounidense que Cuba sea un país pacífico, estable, solidario y con relaciones amistosas con prácticamente el mundo entero. La política que aplica responde a los intereses estrechos de una camarilla anticubana y corrupta que ha hecho de la agresión al vecino un modo de vida y un negocio muy lucrativo.
La Habana, 1ro. de julio de 2025.