La visita di Obama e Raul, lo statista

A. Guerra Cabrera https://lapupilainsomne.wordpress.com/

raul-obama statistaMentre più penso alla visita a Cuba di Obama, più mi convinco dell’enorme vittoria che essa ha significato per il popolo cubano.

Unicamente la sua eroica e vittoriosa resistenza, per decenni, la coerenza e la saggezza dei suoi leader, con a capo Fidel, e la solidarietà internazionale spiegano che gran parte dell’establischment si sia convinta che fosse controproducente la politica seguita verso l’isola da più di cinque decenni, ciò che ha aperto la via ad Obama per realizzare una correzione che già proponeva al tempo in cui era senatore. Secondo lui ciò che non ha funzionato deve essere cambiato benché “i nostri obiettivi rimangano gli stessi”.

Questo cambio è stato propiziato, anche, dall’ascendere di Cina e Russia come giocatori globali di primo ordine, insieme al formidabile cambiamento in America Latina e nei Caraibi, dove i popoli scatenarono un ciclo di lotte anti-neoliberali che portarono alla guida dei loro paesi Hugo Chavez, Nestor e Cristina Kirchner, Lula da Silva, Evo Morales, Rafael Correa e Pepe Mujica.

raul obama 2Questo sollevò l’unanime richiesta latina-caraibi, ad Obama, di rimuovere il blocco e di rettificazione della politica verso Cuba, che costrinsero che L’Avana fosse invitata al Summit delle Americhe a Panama. L’efficace diplomazia cubana, abilmente guidata dal presidente Raul Castro, incontrò alla Casa Bianca un Obama ricettivo, audace ed in cerca di assicurare la sua eredità.

Dove generazioni abbiamo formato il giudizio sotto la dirigenza, insuperabile, di Fidel, ora, nonostante il suo distacco dai riflettori, abbiamo potuto apprezzare, a piena luce pubblica, la dimensione di statista di Raul, in momenti diversi, tra cui il Vertice della CELAC a l’Avana, il Summit delle Americhe a Panama, il 70° dell’Assemblea Generale dell’ONU e, con una esecuzione che direi perfetta, durante la visita appena conclusa di Obama.

Più sorprendente davanti al fatto che, quando il presidente USA, ha avuto per sé tutto il palco, nel suo discorso al Gran Teatro dell’Avana Alicia Alonso, trasmesso in diretta da radio e televisione cubane, ha deluso ampie fasce del suo pubblico.

Due fattori possono ben spiegarlo, come hanno detto molti cubani. Uno, la sua raccomandazione, a Cuba, di adottare la democrazia multipartitica, il “libero” mercato e la “responsabilizzazione”, schemi che gli isolani, responsabilizzati dal 1959, sanno molto bene le tragiche conseguenze politiche e sociali che hanno portato ai loro paesi fratelli, tra cui la violenza strutturale endemica. Un altro, molto delicato, il non aver offerto la minima scusa per la politica ostile e aggressiva degli USA contro l’isola ed il suo corrispondente prezzo di dolore e sangue di cui, una parte, continua ad essere vigente, come tacitamente ha riconosciuto Obama nell’affermare che l’embargo “è un peso obsoleto sul popolo cubano”.

E’ chiaro, a Cuba, da ora in poi, saranno molto più importanti le trincee d’idee che quelle di pietra.

Di fronte al teleprompter, alla previamente meditata messa in scena di scherzi, risate, frasi fatte e gesti dell’inquilino della Casa Bianca durante il suo soggiorno a Cuba è stata molto più convincente la condotta del suo omologo cubano mosso dalla dignità, decoro e buone maniere della tradizione rivoluzionaria cubana. Cortesia a parte, Raul non ha perso l’occasione, nel corso della conferenza stampa congiunta, per sottolineare la sua preoccupazione per i piani di destabilizzazione contro il Venezuela e le gravi conseguenze che possono portare per l’emisfero.

Obama ha voluto, con questa visita, consolidare la politica che ha intrapreso nei confronti di Cuba, accentuarla nell’agenda internazionale, rafforzare le basi che gli permettano di renderla irreversibile prima di lasciare l’incarico.

I voli diretti delle compagnie aeree di entrambi i paesi, l’imminente presenza di aziende alberghiere, navi da crociera e traghetti USA vanno in tale direzione. Ma benché oggi viaggino molti più statunitensi, verso l’ isola, non è ancora autorizzato il turismo, e tanto meno è stato tolto il blocco ed è ancora vigente l’immorale Cuban Adjustment Act e alcuni dei programmi sovversivi contro Cuba. Questo scenario potrebbe continuare modificandosi se, da qui a novembre, Obama usi le sue prerogative esecutive per ottenerlo con nuove ed efficaci misure.

obama desaparecidos in argentinaNon sarà oggi che ha tutta l’attenzione concentrata nel dare il suo più caldo sostegno al neoliberismo repressore di Macri, proprio quando si compiono 40 anni del colpo di stato militare benedetto dagli USA in Argentina.

Twitter: @aguerraguerra

La visita de Obama y Raúl, el estadista

Por Ángel Guerra Cabrera

Mientras más pienso en la visita a Cuba de Obama, más me convenzo de la enorme victoria que ella ha significado para el pueblo cubano. Únicamente su resistencia heroica y victoriosa por décadas, la congruencia y sabiduría de sus líderes, con Fidel al frente, y la solidaridad internacional explican que gran parte del Establishment se haya convencido de que era contraproducente la política seguida hacia la isla por más de cinco décadas, lo que abrió el camino a Obama para realizar una rectificación que ya proponía en su época de senador. Según él lo que no ha funcionado debe cambiarse aunque “nuestros objetivos siguen siendo los mismos”.

Ese giro fue propiciado también al ascender China y Rusia como jugadores globales de primer orden, unido al formidable cambio en América Latina y el Caribe, donde los pueblos desencadenaron un ciclo de luchas antineoliberales que llevaron al timón de sus países a Hugo Chávez, Néstor y Cristina Kirchner, Lula da Silva, Evo Morales, Rafael Correa y Pepe Mujica.

Ello levantó la unánime exigencia latino-caribeña a Obama por el levantamiento del bloqueo y la rectificación de la política hacia Cuba, que obligaron a que La Habana fuera invitada a la Cumbre de las Américas de Panamá. La eficaz diplomacia cubana, diestramente conducida por el presidente Raúl Castro, encontró en la Casa Blanca un Obama receptivo, audaz, y en busca de asegurar su legado.

Donde generaciones hemos formado nuestra vara de medir bajo el liderazgo insuperable de Fidel, ahora, pese a su desapego a los reflectores, hemos podido apreciar a plena luz pública la talla de estadista de Raúl en varios momentos, entre ellos la Cumbre de la CELAC en La Habana, la Cumbre de las Américas de Panamá, la 70 Asamblea General de la ONU, y con una ejecutoria diríase que perfecta, durante la recién culminada visita de Obama.

Más llamativa ante el hecho de que cuando el presidente de Estados Unidos tuvo para él solo todo el escenario en su discurso en el Gran Teatro Alicia Alonso de La Habana, transmitido en vivo por la radio y la televisión cubanas, defraudó a amplios sectores de su audiencia.

Dos factores pueden explicarlo bien, como han mencionado muchos cubanos. Uno, su recomendación a Cuba de adoptar la democracia pluripartidista, el “libre” mercado y el “empoderamiento”, esquemas que los isleños, empoderados desde 1959, saben muy bien las trágicas consecuencias políticas y sociales que han llevado a sus países hermanos, entre ellos la violencia estructural endémica. Otro, muy delicado, el no haber ofrecido ni la más leve disculpa por la política hostil y agresiva de Estados Unidos contra la isla y su correspondiente precio en dolor y sangre, parte de la cual sigue en pie, como tácitamente reconoció Obama al expresar que el embargo “es una carga obsoleta sobre el pueblo cubano”.

Está claro, en Cuba a partir de ahora serán mucho más importantes las trincheras de ideas que las de piedra.

Frente al teleprompter, a la previamente meditada puesta en escena de chistes, risas, frases hechas y gestos del inquilino de la Casa Blanca durante su estancia en Cuba, fue mucho más convincente la conducta de su homólogo cubano movida por la dignidad, decencia y buenas formas de la tradición revolucionaria cubana. Cortesía aparte, Raúl no perdió la oportunidad en la conferencia de prensa conjunta para subrayar su preocupación por los planes desestabilizadores contra Venezuela y las graves consecuencias que pueden traer para el hemisferio.

Obama quiso con esta visita consolidar la política que ha emprendido hacia Cuba, acentuarla en la agenda internacional, fortalecer las bases que le permitan hacerla irreversible antes de abandonar el cargo.

Los vuelos directos de aerolíneas de ambos países, la inminente presencia de empresas hoteleras, de cruceros y de una línea de ferris estadunidenses marchan en esa dirección. Pero aunque hoy viajan muchos más estadunidenses a la isla todavía no está autorizado el turismo, mucho menos se ha levantado el bloqueo y siguen en pie la inmoral Ley de Ajuste Cubano y varios de los programas subversivos contra Cuba. Este panorama podría continuar modificándose si de aquí a noviembre Obama emplea sus prerrogativas ejecutivas para conseguirlo con nuevas y efectivas medidas.

No será hoy que tiene toda la atención concentrada en dar su más cálido espaldarazo al neoliberalismo represor y tardío de Macri, justo cuando se cumplen 40 años del golpe de Estado militar bendecido por Estados Unidos en Argentina.

Twitter: @aguerraguerra

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