Discorso di Fidel Castro – Rio de Janeiro 1992

Sig. Presidente del Brasile, Fernando Collor de Mello

Sig. Segretario Generale delle Nazioni Unite, Butros Ghali;

Eccellenze:

Un’importante specie biologica è a rischio di scomparire per la rapida e progressiva liquidazione delle sue condizioni naturali di vita: l’uomo.

Prendiamo ora coscienza di questo problema, quando è quasi tardi per impedirlo.

E’ necessario segnalare che le società del consumo sono le responsabili fondamentali dell’atroce distruzione dell’ambiente. Esse nacquero dalle antiche metropoli coloniali e da politiche imperiali che, a loro volta, generarono  l’arretratezza e la povertà che oggi colpiscono l’immensa maggioranza dell’umanità.

Con solo il 20 per cento della popolazione mondiale, esse consumano due terzi dei metalli e tre quarti dell’energia che si produce nel mondo. Hanno avvelenato mari e fiumi, hanno contaminato l’aria, hanno indebolito e perforato la cappa di ozono, hanno saturato l’atmosfera di gas che alterano le condizioni climatiche con gli effetti catastrofici che già cominciamo a soffrire.

I boschi spariscono, i deserti si estendono, migliaia di milioni di tonnellate di terra fertile finiscono ogni anno in mare. Numerose specie si estinguono. La pressione della popolazione e la povertà conducono a sforzi disperati per sopravvivere, anche a costo della natura.

Non è possibile incolpare di questo i paesi del Terzo Mondo, colonie ieri, nazioni sfruttate e saccheggiate oggi da un ordine economico mondiale ingiusto.

La soluzione non può essere impedire lo sviluppo di quelli che ne hanno più bisogno. La realtà è che tutto ciò che oggi contribuisce al sottosviluppo e alla povertà costituisce una flagrante violazione all’ecologia. Decine di migliaia di uomini, donne e bambini muoiono ogni anno nel Terzo Mondo in conseguenza di questo, più che in ognuna delle due guerre mondiali. L’interscambio disuguale, il protezionismo e il debito estero aggrediscono l’ecologia e propiziano la distruzione dell’ambiente.

Se si vuole salvare l’umanità da questa autodistruzione, bisogna distribuire meglio le ricchezze e le tecnologie disponibili sul pianeta. Meno lusso e meno spreco  in pochi paesi perchè ci sia meno povertà e meno fame su gran parte della Terra. Basta trasferimento nel Terzo Mondo di stili di vita e abitudini di consumo che rovinano l’ambiente. Che tutta la scienza necessaria sia utilizzata per uno sviluppo sostenibile senza contaminazione. Che si paghi il debito ecologico, non il debito estero. Sparisca la fame, non l’uomo!

Quando le presunte minacce del comunismo sono sparite e non ci sono più pretesti per guerre fredde, corsa agli armamenti e spese militari, cosa impedisce di dedicare immediatamente queste risorse a promuovere lo sviluppo del Terzo Mondo e a combattere la minaccia di distruzione ecologica del pianeta?

Finiscano gli egoismi, cessino gli egemonismi, l’insensibilità, l’irresponsabilità e l’inganno.

Domani sarà troppo tardi per fare quello che avremmo dovuto fare molto tempo fa.

Grazie.


DISCURSO PRONUNCIADO EN RÍO DE JANEIRO POR EL COMANDANTE EN JEFE EN LA CONFERENCIA DE NACIONES UNIDAS SOBRE MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO, EL 12 DE JUNIO DE 1992

 

Sr. Presidente de Brasil, Fernando Collor de Mello;

Sr. Secretario General de Naciones Unidas, Butros Ghali;

Excelencias:

Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre.

Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo.

Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la humanidad. Con solo el 20 por ciento de la población mundial, ellas consumen las dos terceras partes de los metales y las tres cuartas partes de la energía que se produce en el mundo. Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer.

Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de tierra fértil van a parar cada año al mar. Numerosas especies se extinguen. La presión poblacional y la pobreza conducen a esfuerzos desesperados para sobrevivir aun a costa de la naturaleza. No es posible culpar de esto a los países del Tercer Mundo, colonias ayer, naciones explotadas y saqueadas hoy por un orden económico mundial injusto.

La solución no puede ser impedir el desarrollo a los que más lo necesitan. Lo real es que todo lo que contribuya hoy al subdesarrollo y la pobreza constituye una violación flagrante de la ecología. Decenas de millones de hombres, mujeres y niños mueren cada año en el Tercer Mundo a consecuencia de esto, más que en cada una de las dos guerras mundiales. El intercambio desigual, el proteccionismo y la deuda externa agreden la ecología y propician la destrucción del medio ambiente.

Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre.

Cuando las supuestas amenazas del comunismo han desaparecido y no quedan ya pretextos para guerras frías, carreras armamentistas y gastos militares, ¿qué es lo que impide dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta?

Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo.

Gracias.

Share Button

One thought on “Discorso di Fidel Castro – Rio de Janeiro 1992”

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.