V Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo

Discurso pronunciado por Miguel Díaz-Canel en la clausura de la V Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo

Queridas compañeras y compañeros de la Presidencia;

Queridas hermanas y hermanos;

Queridas amigas y amigos martianos de todas partes que vienen a celebrar con nosotros los 170 años de nuestro Héroe Nacional y Apóstol de la Segunda Independencia, José Martí:

Cuba valora altamente la respuesta que tantas personalidades prestigiosas de distintas regiones del mundo dieron a la convocatoria lanzada por el Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional. La entusiasta presencia de todos aquí nos alegra y nos honra profundamente.

Significa mucho que alrededor de 620 académicos, escritores, periodistas, maestros, estudiantes, trabajadores, científicos y especialistas de distintas ramas del saber, provenientes de cerca de 90 países, se reúnan en La Habana para reflexionar en torno al pensamiento martiano y a su impresionante universalidad.

Si Martí los ha traído hasta nosotros, al margen de credos políticos, es porque en cada uno de ustedes, de sus vidas o de sus obras, prendió el ideario de aquel hombre que para los cubanos es “la idea del bien que él describió”, según palabras inolvidables de Fidel, justo cuando se iniciaban estos eventos.

Hoy les abre los brazos y los recibe agradecida una Cuba cruelmente impactada por más de seis décadas de bloqueo, y ahora con bloqueo recrudecido y una sostenida campaña de desprestigio de su sistema político con el objetivo, jamás abandonado, de aislarnos y someternos.

Pero la solidaridad que hemos dado y recibido como valor y principio irrenunciable de la Revolución, no ha podido ser bloqueada, como no puede ser anulada la conciencia de los pueblos.

Hace 20 años el Comandante en Jefe Fidel Castro, quien puede nombrarse, sin sombra de duda alguna, como el mejor discípulo del Apóstol, nos advertía:

“Frente a las armas sofisticadas y destructoras con que quieren amedrentarnos y someternos a un orden económico y social mundial injusto, irracional e insostenible: ¡sembrar ideas!, ¡sembrar ideas! ¡Y sembrar ideas!; ¡sembrar conciencia!, ¡sembrar conciencia! ¡Y sembrar conciencia!”

Sembrar ideas y conciencia sigue siendo la respuesta, cuando la Humanidad se adentra en la tercera década del siglo XXI, enfrentando retos inéditos en lo que concierne al medio ambiente, a la lucha contra virus y pandemias, a la escalada de conflictos bélicos acompañados por manipulaciones de toda índole en redes y medios tradicionales y por una desenfrenada carrera armamentista. Todo eso tributando a la tragedia cada vez más grave del hambre y de la pobreza extrema, en contraste con el incremento aberrante de la opulencia de un número ínfimo de privilegiados en el mundo.

Las más alarmantes tensiones del presente tienen que ver con el rechazo tajante de la principal potencia mundial y de sus aliados a aceptar el protagonismo de nuevas potencias económicas y el consiguiente reacomodo geopolítico.

Seguimos muy lejos del “equilibrio del mundo” al que aspiraba Martí y al que debía contribuir Nuestra América ya independiente de los imperios europeos y del estadounidense y unida en el ideal bolivariano. La Doctrina Monroe, con sus doscientos años de injerencia e intervenciones, reverdece en declaraciones y acciones del imperio.

Pero en los Estados Unidos también resurge, como contrapartida al monroísmo, una vanguardia intelectual comprometida con la suerte de aquellos que Martí llamó “los pobres de la tierra” y con la denuncia de las aventuras guerreristas en la que está involucrada la actual administración norteamericana.

Algunos representantes de esa vanguardia están hoy con nosotros, y los saludamos con agradecimiento y afecto (Aplausos).  

La posibilidad de consolidar, de modo sistemático, el diálogo con ese sector del pensamiento independiente de los Estados Unidos nos anima y reconforta. Sus voces sintetizan una visión muy lúcida y una gran altura moral y serán escuchadas cada día más dentro y fuera de su país por los aportes de utilidad invaluable a la noble misión de “sembrar ideas” y “sembrar conciencia”.

En este momento particularmente dramático de la historia vemos constantemente cómo la mentira, repetida impúdicamente influye en los procesos electorales, y cómo se manipulan las emociones, en medios y redes, para satanizar a líderes progresistas y favorecer a candidatos de ultraderecha.

Los medios hegemónicos deciden qué merece convertirse en noticia y cómo debe ser tratada, respondiendo a una agenda inamovible que persigue puntualmente los intereses imperiales.

El debate de ideas es sustituido por el más primitivo intercambio de calumnias e injurias mientras proliferan los discursos de odio y las expresiones de fanatismo, polarización, intolerancia, racismo y desprecio hacia “el otro”.

A 100 años de la marcha sobre Roma, organizada en octubre de 1922 por Mussolini, el resurgimiento del fascismo es visible en distintas regiones del mundo.

Por todas estas razones es de la mayor importancia que participemos en el homenaje a José Martí en el 170 aniversario de su natalicio, sumando sus aportes a este foro ecuménico, plural, multidisciplinario, del pensamiento de la emancipación y de la resistencia cultural.

Juntos estamos levantando aquí una de esas “trincheras de ideas” que, como aseguró Martí, “valen más que trincheras de piedra”.

Hoy más que nunca necesitamos espacios apropiados para escucharnos, para razonar colectivamente, para entendernos, para aproximarnos en todo aquello que podamos tener en común y debatir de manera culta y civilizada nuestras discrepancias.

Suscribo plenamente la plataforma trazada por el Comité Organizador: no es posible aceptar que la globalización siga marcada por “el egoísmo de los poderosos” y por “tendencias hegemonizadoras y excluyentes”.

Estamos obligados, efectivamente, a trabajar en la edificación de “un mundo en equilibrio, en paz (…), donde se respete la diversidad, verdaderamente democrático, ecológicamente sustentable, socialmente justo y donde se afirme la soberanía de las naciones”. ¡Tenemos que “luchar por el equilibrio del mundo”!. Hay que “imponer el diálogo sobre la fuerza” y “contribuir a la conformación de un pensamiento que permita enfrentar, de manera constructiva, los complejos y variados desafíos del siglo XXI”.

No olvidemos que Fidel consideró el proceso globalizador como algo inevitable; pero convocó a fundar entre todos una “globalización de la solidaridad”.

Solo avanzaremos en el diseño de ese futuro superior que necesitamos a través del diálogo honesto y transparente, entre iguales, ajeno a posturas soberbias y arrogantes; solo con el ejercicio consciente de la cooperación y de la fraternidad; solo a partir de principios morales irrenunciables y del apego al multilateralismo y a los fundamentos de la convivencia entre naciones; solo renunciando a pretensiones hegemónicas, a chantajes e imposiciones; solo desechando el lenguaje de las amenazas y de las armas y asumiendo el lenguaje de la razón y de la cultura.

Queridas amigas y amigos:

La pandemia de la COVID-19, de la que aún no se libera totalmente el planeta, deja lecciones muy duras y muy amargas. Así como se manifestaron valores y virtudes que enaltecen y hubo notables ejemplos de generosidad, de nobleza, de espíritu solidario, también se revelaron rasgos propios de la terrible crisis ética que vive el mundo, asociados a un sistema que promueve el egoísmo y una competitividad feroz. Se desató el más vergonzoso afán de lucro en torno a vacunas, medicamentos y equipos médicos imprescindibles.

La visión crudamente comercial de los servicios de salud y de la industria farmacéutica mostró el rostro inhumano del capitalismo y del neoliberalismo.  Salieron a flote los impulsos más bajos y mezquinos en sectores privilegiados y en las cúpulas políticas: el afán de lucro, la insensibilidad hacia los desvalidos, el uso demagógico de la tragedia para fines electorales, en fin, el dinero decidiendo fríamente sobre la vida y la muerte.

Cuba concentró todos sus esfuerzos en salvar vidas humanas. Durante el peor capítulo de la pandemia, en medio de un bloqueo perversamente recrudecido, nuestros científicos lograron crear vacunas cubanas efectivas, y el país se colocó entre los de mayor índice de vacunación a nivel mundial. Al propio tiempo, ayudamos a otros países. Demostramos con hechos que la solidaridad era la única vía para enfrentar una crisis sanitaria tan compleja, de proporciones globales.

Refiriéndome particularmente a la Conferencia, fue muy alentador revisar el programa científico y comprobar la extraordinaria riqueza de los temas que se trataron durante estas jornadas de trabajo. Significa un acierto indudable la inclusión en el marco de este gran evento de un Encuentro internacional de Cátedras Martianas, de un Taller de historiadores y de un Foro Juvenil, por solo mencionar tres ejemplos notables.

Es estimulante que, en medio de una crisis cultural global y del auge de las tendencias pragmáticas, hayan echado raíces sólidas en muchas universidades las Cátedras Martianas. La lectura de Martí significa un antídoto excepcional frente al clima frívolo creado por la industria hegemónica del entretenimiento, la misma industria que promueve la desmemoria y las versiones colonizadas de la historia.

Los historiadores, junto a profesores y maestros, son piezas claves en el camino hacia la descolonización y la emancipación. Es muy valioso, por otra parte, que se haya analizado detenidamente la nefasta Doctrina Monroe que, aunque cumple 200 años, sigue siendo empleada como un instrumento de dominación sobre los pueblos del sur del Río Bravo y como un intento de refutación imperial de los ideales bolivarianos y martianos.

En cuanto al Foro Juvenil, las reflexiones que allí se hicieron resultan contribuciones muy útiles en la batalla por la descolonización cultural como un empeño más para frenar el plan de atontar a las nuevas generaciones, de empujarlas hacia la frivolidad, de apartarlas de todo compromiso social, de toda responsabilidad, gracias al torrente de mensajes triviales que fluye a través de las redes sociales, de la propaganda comercial, de las industrias de la moda y la exaltación acrítica de los “ricos y los famosos”.

Hay que agradecer en especial la presencia que ha tenido en este evento uno de los dilemas más alarmantes y angustiosos que afronta la especie humana: la crisis climática, provocada, como sabemos, por la depredación irresponsable y despiadada de los recursos del planeta que llevan adelante las grandes corporaciones con la complicidad suicida de las élites gobernantes.

Desde La Habana, desde este evento, muchas voces autorizadas lanzaron un nuevo llamado de alerta que debe ser escuchado. Fidel fue uno de los líderes mundiales que advirtió muy tempranamente y con argumentos irrebatibles el peligro inminente de extinción que corre la especie humana, y Cuba ha seguido su ejemplo en todos los foros internacionales y ha insistido reiteradamente en la urgencia de atender con el máximo rigor y la mayor premura lo que nos exige la vanguardia de la comunidad científica mundial.

Nos alegra conocer que hay en Europa estudiosos del pensamiento de Fidel en lo que respecta al cambio climático y en otras áreas, que han venido a compartir con nosotros los resultados de sus investigaciones.  Del mismo modo, resulta hermoso comprobar que el legado de Martí sigue siendo estudiado en distintas regiones y a través de muy diversos puntos de vista. Cuba tiene ese privilegio: contar con dos hombres de colosal estatura ética e intelectual, muy cubanos, raigalmente latinoamericanos y caribeños e indiscutiblemente universales. Martí y Fidel son dos pilares definitivos de nuestra cultura, de nuestra historia y de nuestro destino.

Además, aparte de la presencia permanente de Martí y de su discípulo y continuador más brillante y aportador, Fidel, se ha hablado en estas horas de educadores tan relevantes como Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, y el inolvidable filósofo y pedagogo brasileño Paulo Freire.

Entre los ejes de la Conferencia han estado también conceptos esenciales como democracia y participación; los vínculos indisolubles de humanismo, ciencia y ética, y la defensa de la paz en las más difíciles circunstancias. Nos alienta que tantas mujeres y tantos hombres de pensamiento se hayan dado cita en Cuba para discutir en torno a las ideas que pueden salvarnos de tantas trampas y de tantos callejones sin salida.

Con su sensibilidad de poeta y ensayista, el cubano y martiano Roberto Fernández Retamar se lamentaba de la vigencia de “Nuestra América” al cumplirse un siglo de aquel texto insuperable de José Martí.

Decía Retamar en aquel momento: “Este hecho me parece triste, pues implica, sobre todo, que el imperio contra el cual Martí se irguió con la honda de David, es hoy un Goliat bravucón y pendenciero (o, como dice el admirable intelectual norteamericano Noam Chomsky, gangsteril), el Leviatán contemporáneo, el ‘monstruo’ en cuyas ‘entrañas’ había vivido el cubano en tiempos que comparados con los actuales parecen una dulce primavera”.

¿Qué no podrían ustedes agregar hoy a esas palabras de Retamar sobre todo lo que han ido encontrando en sus estudios de la obra de Martí como señalamiento, advertencia, alerta, avisos de urgencia que estén por atenderse y resolverse todavía?

Les expreso la voluntad de Cuba para ofrecernos, desde la presidencia del Grupo de los 77 más China, a promover el debate y las acciones sobre estos temas que conciernen a todos nuestros pueblos.  

Sigamos sembrando ideas y sembrando conciencia, queridas amigas y amigos. Globalicemos el amor, el respeto, la solidaridad, el diálogo frente al odio, el egoísmo, los atropellos, el desprecio, la denigrante locura de creer que hay hombres y mujeres superiores al resto.

Tenemos mucho que hacer todavía para que la absoluta vigencia del ideario martiano deje de doler donde no fue atendido y se convierta en la confirmación total de su apostolado revolucionario, de su visionario análisis de los profundos desequilibrios que en lugar de resolverse se han profundizado.

Cuentan los que vivieron su época que un hombre sin estudios que cuidaba la puerta durante un discurso de Martí en Tampa, repetía emocionado una de sus frases y algunos le preguntaron incrédulos si lo había entendido realmente, a lo que el hombre, de apellido Quiroga, contestó: No, yo no le entendí mucho lo que decía; pero cuando él hablaba yo tenía ganas de llorar (Aplausos).

Fue esa una expresión profunda de fe. La fe profunda en sus ideales y la verdad como guía le permitieron a Martí, como más tarde a Fidel, movilizar conciencia, hacer la Revolución y sostenerla, aún sin ellos presentes.

Los dos hablaron y escribieron infatigablemente para sus contemporáneos y para los nuestros. Para su tiempo y para este.

Insistamos entonces en la tarea más difícil y a la que ellos consagraron todas sus energías: ¡equilibrar el mundo!

¡Hasta la Victoria Siempre!


Insistiamo sul compito più difficile, equilibrare il mondo

 

30.01 – La solidarietà che abbiamo dato e presentato come valore e principio inalienabile della Rivoluzione non può essere bloccata, così come non può essere bloccata la coscienza dei popoli”, ha detto il Presidente di Cuba durante la giornata conclusiva della 5ª Conferenza internazionale per l’equilibrio del mondo.

In occasione del 170° anniversario della nascita dell’apostolo cubano José Martí, si è conclusa all’Avana la 5ª Conferenza internazionale per l’equilibrio del mondo, un evento che ha riunito più di 1.100 delegati provenienti da 86 Paesi, persone di buona volontà che si impegnano per la pace, il miglioramento umano, il dialogo e la giustizia sociale.

A presiedere la giornata conclusiva sono stati Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primo Segretario del Partito e Presidente della Repubblica, e i membri dell’Ufficio Politico del Partito Comunista di Cuba Esteban Lazo Hernández, Presidente dell’Assemblea Nazionale del Potere Popolare; Roberto Morales Ojeda, Segretario dell’Organizzazione del Comitato Centrale, e Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro degli Affari Esteri.

Cuba apprezza la risposta che tante personalità prestigiose, provenienti da diverse regioni del mondo, hanno dato all’appello lanciato dal Progetto José Martí per la Solidarietà Internazionale, ha detto Díaz-Canel durante la cerimonia di chiusura.

“Se Martí vi ha portato da noi, indipendentemente dal credo politico, è perché in ognuno di voi si è accesa l’ideologia di quell’uomo che per i cubani è l’idea del bene che ha descritto, nelle indimenticabili parole di Fidel proprio mentre iniziavano questi eventi”, ha aggiunto.

Oggi sono accolti a braccia aperte da una Cuba crudelmente colpita da più di sei decenni di blocco e ora, ha detto, da una campagna sostenuta per screditare il suo sistema politico con l’obiettivo di isolarci e sottometterci.

Ma la solidarietà che abbiamo dato e presentato come valore e principio inalienabile della Rivoluzione non può essere bloccata, così come non può essere bloccata la coscienza dei popoli, ha aggiunto.

Egli ha ricordato che la premessa pronunciata 20 anni fa dal Comandante in Capo Fidel Castro, che ha definito il miglior discepolo dell’Apostolo, di seminare coscienza e idee, continua ad essere la risposta mentre l’umanità entra nel terzo decennio del XXI secolo affrontando sfide senza precedenti.

Le tensioni più allarmanti del presente, ha riflettuto il Presidente cubano, hanno a che fare con il rifiuto categorico della prima potenza mondiale e dei suoi alleati di accettare il ruolo di guida delle nuove potenze economiche e il conseguente riassetto geopolitico.

“Siamo ancora lontani dall’equilibrio mondiale a cui Martí aspirava e a cui la nostra America, ormai indipendente dagli imperi europeo e statunitense e unita nell’ideale bolivariano, dovrebbe contribuire”, ha affermato.

Ha detto che la Dottrina Monroe, 200 anni dopo 200 anni di ingerenze e interventi, stava rivivendo nelle dichiarazioni e nelle azioni dell’impero; ma negli Stati Uniti, come controparte del Monroeismo, stava riemergendo anche un’avanguardia intellettuale, impegnata per il destino di quelli che Martí chiamava “i poveri della Terra” e per denunciare le avventure belliche in cui è coinvolta l’attuale amministrazione statunitense.

Alcuni rappresentanti di quell’avanguardia sono oggi con noi, ha detto, e li ha salutati con gratitudine e affetto.

La possibilità di consolidare sistematicamente il dialogo con questo settore del pensiero indipendente statunitense ci incoraggia e ci conforta”, ha aggiunto. Le loro voci sintetizzano una nozione molto lucida e di grande levatura morale e saranno ascoltate ogni giorno di più all’interno e all’esterno del loro Paese per il loro contributo alla nobile missione di seminare idee e sensibilizzare l’opinione pubblica”, ha assicurato Díaz-Canel.

Ha detto che, in questo momento storico particolarmente drammatico, vediamo costantemente come le bugie ripetute influenzino i processi elettorali e come le emozioni siano manipolate dai media e dalle reti per demonizzare i leader progressisti e favorire i candidati di estrema destra.

I media egemoni decidono cosa è degno di nota e come deve essere trattato, rispondendo a un’agenda inamovibile che persegue puntualmente gli interessi imperiali.

Ha sottolineato che il dibattito di idee è sostituito dal più primitivo scambio di calunnie e insulti, mentre proliferano i discorsi di odio e le espressioni di fanatismo, polarizzazione, intolleranza, razzismo e disprezzo per l’altro.

Insieme, a 170 anni dalla nascita di José Martí, stiamo sollevando in questo evento plurale una di quelle trincee di idee che il Maestro indicava. Oggi più che mai abbiamo bisogno di spazi per ascoltarci, ragionare collettivamente, capirci, avvicinarci a tutto ciò che abbiamo in comune e discutere le nostre differenze in modo educato e civile”, ha aggiunto.

“Siamo obbligati a costruire un mondo in equilibrio, in cui la diversità sia rispettata, realmente democratico, ecologicamente sostenibile, socialmente giusto e in cui sia affermata la sovranità delle nazioni”.

Fidel considera il processo di globalizzazione inevitabile, ma chiede di fondare una globalizzazione solidale tra tutti. Solo attraverso un dialogo onesto e trasparente potremo progredire nella progettazione del futuro migliore di cui abbiamo bisogno”, ha affermato.

La pandemia COVID-19, da cui il pianeta non è ancora completamente libero, ha lasciato amare lezioni, ma anche esempi di generosità e spirito di solidarietà. Cuba, ha ricordato, ha concentrato tutti i suoi sforzi per salvare vite umane nel mezzo di un blocco crudelmente stretto e i nostri scienziati sono riusciti a creare vaccini efficaci, collocando il Paese tra quelli con i più alti tassi di vaccinazione al mondo.

Allo stesso tempo, abbiamo aiutato altri Paesi. Abbiamo dimostrato che la solidarietà è l’unico modo per affrontare una crisi sanitaria così complessa”, ha dichiarato.

Ha aggiunto che le letture di José Martí presenti a questo evento sono un eccezionale antidoto al clima freddo dispiegato dall’industria egemonica dello spettacolo, la stessa che promuove l’oblio e le versioni rivedute della storia.

Storici, professori e insegnanti sono attori fondamentali sulla strada della decolonizzazione e dell’emancipazione.

Per quanto riguarda il forum dei giovani, le riflessioni che vi sono state fatte sono contributi molto utili nella battaglia per la decolonizzazione culturale, come ulteriore tentativo di fermare il progetto di accorciare le nuove generazioni, di spingerle verso la frivolezza, di allontanarle da ogni impegno sociale, da ogni responsabilità, e di condurle al torrente di messaggi banali che scorrono nei social network, alla propaganda commerciale, all’industria della moda, all’esaltazione della critica ai ricchi e ai famosi.

Dobbiamo essere particolarmente grati per la presenza a questo evento di uno dei dilemmi più allarmanti che la specie umana si trova ad affrontare: la crisi climatica causata, come sappiamo, dalle azioni irresponsabili e spietate nei confronti delle risorse del pianeta, portate avanti dalle grandi imprese con la complicità suicida delle élite al potere”, ha aggiunto.

Dall’Avana, da questo evento, molte voci autorevoli hanno lanciato un campanello d’allarme che deve essere ascoltato.

Fidel è stato uno dei leader mondiali che ha lanciato un allarme tempestivo e inconfutabile sull’imminente pericolo di estinzione della specie umana.

Martí e Fidel sono due pilastri della nostra cultura, della nostra storia e del nostro destino”, ha aggiunto il Capo dello Stato, che ha anche riconosciuto le allusioni fatte durante l’evento a grandi pensatori latinoamericani come Simón Rodríguez, maestro di Bolívar, e l’indimenticabile studioso ed educatore brasiliano Pablo Freire.

Concetti essenziali come la democrazia e la partecipazione, i legami indissolubili tra umanesimo, scienza ed etica e la difesa della pace nelle circostanze più difficili sono stati anche tra i temi principali della conferenza.

Siamo incoraggiati dal fatto che così tante donne e uomini di pensiero si siano riuniti a Cuba per discutere le idee che possono salvarci da tante trappole e vicoli ciechi.

Díaz-Canel ha inoltre espresso la volontà di Cuba, dalla presidenza del G77 + Cina, di promuovere il dibattito e l’azione su questioni che riguardano tutti i nostri popoli.

Continuiamo a seminare idee e a sensibilizzare l’opinione pubblica, cari amici.

Globalizziamo l’amore, il rispetto, la solidarietà, il dialogo di fronte all’odio, all’egoismo, all’abuso, al disprezzo, alla degradante follia di credere che ci siano uomini e donne superiori agli altri.

Abbiamo ancora molto da fare perché l’assoluta validità dell’ideologia di Marti smetta di essere inascoltata e diventi la conferma totale del suo apostolato rivoluzionario, della sua analisi visionaria del profondo squilibrio che, invece di essere risolto, si è approfondito.

Il Presidente cubano ha raccontato l’aneddoto di un uomo poco istruito che faceva la guardia alla porta durante uno dei discorsi di Martí a Tampa, e che ha ripetuto con entusiasmo una delle frasi di Martí. Quando alcuni miscredenti gli hanno chiesto se lo avesse compreso appieno, l’uomo, di nome Quiroga, ha risposto: “No, non ho capito molto di quello che diceva, ma quando parlava mi veniva da piangere”.

È stata una profonda espressione di fede”, ha detto Díaz-Canel, che ha anche sottolineato come la profonda fede nei loro ideali e nella verità come guida abbia permesso a Martí, e poi a Fidel, di mobilitare le coscienze e di fare e sostenere la rivoluzione.

Entrambi hanno parlato e scritto instancabilmente per i loro contemporanei e per i nostri, per il loro tempo e per questo. Insistiamo, dunque, sul compito più difficile e su quello a cui hanno dedicato tutte le loro energie: equilibrare il mondo, ha concluso il Capo dello Stato.

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