Diaz-Canel Vertice MNOAL

Palabras del Presidente de la República de Cuba durante la Cumbre virtual “Unidos contra la COVID-19”, convocada por Azerbaiyán en su condición de presidente pro tempore del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL)

Excelencias:

Estimado Presidente Ilham Aliyev;

Distinguidos Jefes de Estado y de Gobierno;


Agradezco a Azerbaiyán, Presidente del Movimiento de Países No Alineados, por convocar esta reunión para intercambiar sobre los esfuerzos urgentes y necesarios que nos permitan enfrentar la COVID-19.

Aprovecho la ocasión para felicitar a Uganda, que asumirá la Presidencia del Movimiento a partir del año 2022.  Al asegurarle todo el apoyo de Cuba, le deseamos éxitos en su gestión.

Debo denunciar, por su gravedad, el ataque terrorista con fusil de asalto y más de 30 impactos de bala sufrido por nuestra Embajada en Washington el pasado 30 de abril y reclamar al Gobierno de Estados Unidos una investigación exhaustiva y rápida, sanciones severas y las medidas y garantías de seguridad de nuestras misiones diplomáticas en su territorio, tal como está obligado por la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961.

Excelencias:

El Movimiento de Países No Alineados ha demostrado su pertinencia en la actual situación.  Así lo corroboran los comunicados adoptados en apoyo a la Organización Mundial de la Salud y sobre la COVID-19, en los que se promueven la unidad global, la solidaridad y la cooperación internacional; llaman a apartar las diferencias políticas y a eliminar las medidas coercitivas unilaterales que violan el Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas y limitan la capacidad de los Estados para enfrentar eficazmente la pandemia.

Reconocemos el papel de la Presidencia azerí del Movimiento de Países No Alineados en la materialización de estas iniciativas.

La COVID-19 ha demostrado ser un reto global.  No distingue fronteras, ideologías o niveles de desarrollo.  De ahí que la respuesta también debe ser global y mancomunada, superando las diferencias políticas.

No es posible predecir con exactitud la dimensión de sus consecuencias.  La alta cifra de infectados y las cuantiosas pérdidas humanas muestran su devastador impacto en un mundo cada vez más interconectado que, sin embargo, no ha sido capaz de enaltecer esta interconexión de manera solidaria y hoy paga el precio de su incapacidad para corregir los graves desequilibrios sociales. Digámoslo con honestidad: si hubiéramos globalizado la solidaridad como se globalizó el mercado, la historia sería otra.

Falta solidaridad y cooperación.  Esos son valores que no pueden ser sustituidos por la búsqueda de las ganancias, motivación exclusiva de quienes, rindiendo culto al mercado, se olvidan del valor de la vida humana.

Cuando se repasan los hechos que han puesto en vilo a la humanidad en los últimos cuatro meses, es indispensable mencionar los costosos errores de las políticas neoliberales, que llevaron a la reducción de la gestión y las capacidades de los Estados, a excesivas privatizaciones y al olvido de las mayorías.

Esta pandemia ha demostrado la fragilidad de un mundo fracturado y excluyente.  Ni los más afortunados y poderosos podrían sobrevivir en ausencia de quienes con su trabajo crean y sostienen las riquezas.

Las múltiples crisis que está generando avizoran demoledores y perdurables efectos para la economía y todas las esferas de la sociedad.

La pandemia agudiza los acuciantes problemas de un planeta plagado de profundas desigualdades, en el que 600 millones de personas viven en extrema pobreza y donde casi la mitad de la población no tiene acceso a servicios básicos de salud, en cuya gestión se impone el mercado por encima del noble propósito de salvar vidas.

Mientras, el gasto militar global supera los 1,9 millones de millones de dólares, de los cuales más del 38 %, 732 000 millones, corresponden en el año 2020 a los Estados Unidos de Norteamérica.

Comparto el siguiente pensamiento del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz: “…en vez de invertir tanto en el desarrollo de armas cada vez más sofisticadas, los que tienen los recursos para ello debieran promover las investigaciones médicas y poner al servicio de la humanidad los frutos de la ciencia, creando instrumentos de salud y de vida y no de muerte”.

Aboguemos, junto al Secretario General de las Naciones Unidas, por el fin de las guerras, incluidas las no convencionales, para salvaguardar el derecho a la paz.

Rechazamos las recientes y graves amenazas militares del Gobierno de Estados Unidos contra la hermana República Bolivariana de Venezuela.

Reafirmamos nuestra solidaridad con el pueblo y el Gobierno de Nicaragua, y rechazamos las medidas que atentan contra su derecho al bienestar, la seguridad y la paz.

Los intentos de reimponer el pasado neocolonial a Nuestra América, declarando públicamente la vigencia de la Doctrina Monroe, contravienen la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.

En este complejo escenario, Estados Unidos ataca el multilateralismo y descalifica injustamente el papel de las organizaciones internacionales, en particular a la Organización Mundial de la Salud.

Excelencias:

En la XVIII Cumbre de Bakú, en octubre de 2019, convocamos a fortalecer el Movimiento ante los desafíos internacionales, convencidos de que solo la unidad podría salvarnos.  Corresponde al Movimiento de Países No Alineados liderar las acciones para la eliminación de la impagable deuda externa que cargan nuestros países y para el levantamiento de las medidas coercitivas unilaterales a las que algunos de nosotros estamos sometidos, que junto a los efectos socioeconómicos de la COVID-19 amenazan el desarrollo sostenible de los pueblos.

Debemos enfrentar el egoísmo y estar conscientes de que la ayuda proveniente del Norte industrializado será escasa; por eso debemos complementarnos, compartir lo que tenemos, apoyarnos mutuamente y aprender de experiencias exitosas. Una opción útil podría ser retomar en el futuro los encuentros anuales de Ministros de Salud del Movimiento de Países No Alineados, en el marco de la Asamblea Mundial de la Salud.

Cuba está dispuesta a compartir sus experiencias con los países del Movimiento, a los que nos unen lazos históricos de amistad.

Para Cuba el desafío ha sido descomunal.  Meses antes de que se desatara la pandemia de la COVID-19, ya enfrentábamos un brutal recrudecimiento de la política de bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos, dirigida a estrangular totalmente nuestro comercio, el acceso a los combustibles y a las divisas.

Con enormes esfuerzos y sacrificios hemos logrado sostener en esas condiciones el sistema de Salud Pública universal, gratuito y de profesionales consagrados y de alta calificación, reconocidos mundialmente a pesar de las groseras y difamatorias campañas de descrédito de poderosos adversarios.

En medio de ese contexto asfixiante de guerra económica, aparecieron las primeras señales de alerta sobre la posibilidad de que la COVID-19 se transformara en pandemia y eso elevó la magnitud de los retos.

Inmediatamente se elaboró un plan de medidas, sustentadas en nuestras fuerzas fundamentales: un Estado organizado, responsable de velar por la salud de sus ciudadanos y una sociedad con elevado grado de participación en la adopción de decisiones y en la solución de sus problemas.

La obra de años dedicando recursos a desarrollar y fortalecer la salud y las ciencias ha sido puesta a prueba, y la evolución de la pandemia en Cuba en los últimos dos meses está demostrando cuánto pueden impactar las políticas de inversión social en el enfrentamiento a los mayores y más inesperados desafíos.

A pesar de las inmensas restricciones que nos impone el prolongado bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos, que convierten en un gran reto cotidiano el mantenimiento del sistema de salud pública y, en particular, el enfrentamiento a esta pandemia, hemos garantizado el derecho a la salud del pueblo cubano con la participación de toda la sociedad.

El desarrollo científico nos ha permitido el tratamiento exitoso de disímiles enfermedades trasmisibles, tanto en el país como en otras naciones.  En esta ocasión, la industria farmacéutica ha intensificado la producción de medicamentos de probada eficacia en la prevención y enfrentamiento a la     COVID-19, que hemos compartido con otros países.

En respuesta a solicitudes recibidas, 25 nuevas brigadas de profesionales cubanos de la salud se han incorporado en el último mes a los esfuerzos de 23 países para combatir la pandemia, sumándose a los que ya prestaban servicios en 59 Estados, muchos de ellos miembros del Movimiento de Países No Alineados.

Cuba no abandonará su vocación solidaria, aunque el Gobierno de los Estados Unidos, por razones políticas, continúe atacando y obstaculice la cooperación internacional que nuestro país brinda, lo que pone en riesgo el acceso de decenas de millones de personas a los servicios de salud.

Excelencias:

Es nuestra responsabilidad aunar voluntades y esfuerzos para enfrentar este inmenso reto.

Impulsemos la cooperación y la solidaridad internacionales.  El empeño de todos será decisivo.

Hagámoslo por el derecho a la salud, la paz y el desarrollo de nuestros pueblos, con estricto apego a los principios fundacionales del Movimiento. 

¡Hagámoslo por la vida!

Muchas gracias.


L’unità invocata e la voce di Cuba

«Solo l’unità potrà salvarci! Siamo di più! Facciamo di più!», ha detto nell’ottobre scorso il Capo di Stato cubano nella sede del Vertice del MNOAL, a Bakú, e oggi, di fronte alla minaccia globale di una pandemia mortale, sono l’unità e la cooperazione quello che potrà aiutare a vincere più rapidamente l’agonia internazionale della COVID-19

Quando con la voce del Presidente cubano l’Isola si farà  presente oggi, lunedì 4 maggio, nello spazio virtuale convocato dal Movimento dei Paesi non Allineati (MNOAL), le sue parole sembreranno una continuazione del vivissimo discorso che ha pronunciato nell’ottobre scorso nella sede del Vertice, a Baku:«Solo l’unità potrà salvarci! Siamo di più! Facciamo di più!», aveva detto allora il Capo di Stato, e oggi, di fronte alla minaccia globale di una pandemia mortale, sono l’unità e la cooperazione quello che ci potrà aiutare a vincere più rapidamente l’agonia internazionale della COVID-19.

Perché sono questi, ancora una volta, i momenti di convocazione per rivivere dialoghi e materializzare piani. Non importano le distanze che esigono le circostanze.

Agire con la coscienza di quello che possono i paesi, se sono uniti, è molto più utile che guardarsi negli occhi.

Quando oggi, lunedì 4 maggio, da differenti paesi e regioni del pianeta, il MNOAL realizzerà il Vertice Virtuale «Uniti contro la Covid-19», il mondo saprà che questo gruppo, creato nel 1961 e con un esteso avallo d’azioni a favore dei popoli, sostiene la convinzione che l’articolazione attorno agli sforzi rettori della OMS e sulla base della vera solidarietà, potrà sferrare una battaglia vincente contro la malattia che isola.

Gli istanti rischiosi che si vivono, convalidano nuovamente le parole del Comandante in  Capo Fidel Castro, quando nel IV Vertice dell’organizzazione realizzato ad Algeri, nel settembre del 1973, avvisò:«La nostra vera unità non dipende da un non allineamento, ma da un’identità più profonda e permanente di uguali nei principi rivoluzionari, nel comune programma anti imperialista che è l’aspirazione a dare sostanza a definitive trasformazioni sociali».

Più recentemente, nel XVII appuntamento del  Movimento, nell’Isola di Margarita, in Venezuela, vibra sempre il forte accento del Generale d’Esercito Raúl Castro, richiamando l’attenzione sulle  minacce a venire e le possibili risposte: «L’unica alternativa di fronte agli enormi pericoli e alle sfide che abbiamo di fronte, nella difesa dei nostri obiettivi e degli interessi comuni, sono l’unità e la solidarietà».

Quando oggi si realizzerà l’incontro virtuale del MNOAL, i concetti espressi da Cuba, paese fondatore e fomentatore del meccanismo, avranno totale vigenza nella permanente scommessa dell’Isola grande delle Antille perché ognuno sia tutti.

Di fronte all’emergenza attuale non basta il tempo per altri ragionamenti.


Diaz-Canel: “Ammettiamolo con onestà: se la solidarietà fosse stata globalizzata, come è stato globalizzato il mercato, la situazione sarebbe un’altra”

 

Il presidente della Repubblica di Cuba, Miguel Diaz-Canel Bermudez, ha partecipato al Vertice Virtuale “Uniti contro la COVID-19” che si è sviluppato questa mattina in videoconferenza.

Il forum è stato convocato dall’Azerbaigian nella sua condizione di presidente del Movimento dei Paesi Non Allineati (MNOAL), nel formato del Gruppo di Contatto che integrano i rappresentanti delle differenti regioni che conformano il Movimento.

Il presidente della Repubblica di Cuba, Miguel Diaz-Canel Bermudez, cominciando il suo intervento nel Vertice Virtuale del Mnoal, ha ringraziato il mandatario dell’Azerbaigian per la convocazione alla riunione, per creare un intercambio sugli sforzi urgenti e necessari che permettano di affrontare la COVID-19.

Il capo di stato ha colto l’occasione per congratularsi con Uganda, che assumerà la Presidenza del Movimento a partire dall’anno 2022. Le ha assicurato tutto l’appoggio di Cuba, e le ha fatto gli auguri per un’ottima direzione.

Diaz Canel ha denunciato, per la sua gravità, l’attacco terroristico con un fucile di assalto e più di 30 impatti di proiettili subiti dall’Ambasciata cubana a Washington lo scorso 30 aprile ed ha reclamato al governo degli Stati Uniti un’investigazione esaustiva e rapida, condanne severe, le misure e le garanzie di sicurezza delle missioni diplomatiche cubane nel suo territorio, dal momento che è un obbligo stabilito dalla Convenzione di Vienna sulle Relazioni Diplomatiche del 1961.

Il capo di stato ha detto che il Mnoal ha dimostrato la sua pertinenza nell’attuale congiuntura, “così lo corroborano i comunicati adottati in appoggio all’Organizzazione Mondiale della Salute e sulla COVID-19, nei quali si promuovono l’unità globale, la solidarietà e la cooperazione internazionale; fanno un appello per separare le differenze politiche e per eliminare le misure coercitive unilaterali che violano il Diritto Internazionale e la Carta delle Nazioni Unite e limitano la capacità degli Stati di affrontare la pandemia efficacemente”.

“La COVID-19 ha dimostrato di essere una sfida globale. Non distingue frontiere, ideologie o livelli di sviluppo. Per tutto ciò, anche la risposta deve essere globale e congiunta, superando le differenze politiche”.

Il presidente cubano ha detto che: “Non è possibile prevedere con esattezza la dimensione delle sue conseguenze. L’alta cifra di infettati e le abbondanti perdite umane dimostrano sempre di più il suo impatto devastatore in un mondo interconnesso che, nonostante, non è stato capace di esaltare quell’interconnessione in maniera solidale ed oggi paga il prezzo della sua incapacità per rettificare i gravi squilibri sociali. Ammettiamolo con onestà: se la solidarietà fosse stata globalizzata come è stato globalizzato il mercato, la situazione sarebbe un’altra”.

Poi, ha continuato denunciando: “manca solidarietà e cooperazione. Questi sono valori che non possono essere sostituiti per l’affanno al profitto, motivazione quasi esclusiva di quelli che, venerando il mercato, si dimenticano del valore della vita umana. Quando si analizzano i fatti che hanno messo in bilico l’umanità negli ultimi quattro mesi, è indispensabile menzionare gli errori costosi delle politiche neoliberali che hanno portato alla riduzione della gestione e delle capacità degli stati, ad eccessive privatizzazioni ed alla dimenticanza delle maggioranze”.

“Questa pandemia ha dimostrato la fragilità di un mondo fratturato ed escludente. Neanche i più fortunati e poderosi potrebbero sopravvivere in assenza di quelli che creano col loro lavoro e sostengono le ricchezze”.

“Le crisi multiple che sta generando preannunciano effetti demolitori e durevoli per l’economia e per tutte le sfere della società. La pandemia acutizza i problemi urgenti di un pianeta piagato di profonde disuguaglianze, dove 600 milioni di persone vivono in povertà estrema e dove quasi la metà della popolazione non ha accesso ai servizi basilari di salute, già che il mercato dirige la loro gestione, al di sopra del nobile proposito di salvare vite”.

Diaz Canel ha fatto allusione al pensamento del Comandante in Capo, Fidel Castro: “invece di investire sempre di più nello sviluppo di armi tanto sofisticate, quelli che hanno le risorse per farlo dovrebbero promuovere le ricerche mediche e mettere al servizio dell’umanità i frutti della scienza, creando strumenti di salute e di vita e non di morte.”

Il presidente cubano ha continuato: “i tentativi di imporre nuovamente il passato neo coloniale nella Nostra America, dichiarando pubblicamente la validità della Dottrina Monroe, contravvengono il Proclama dell’America Latina e dei Caraibi come Zona di Pace”.

“In questo scenario complesso, gli Stati Uniti attaccano il multilateralismo e squalificano ingiustamente il ruolo delle organizzazioni internazionali, soprattutto quello dell’Organizzazione Mondiale della Salute”.

“Corrisponde al Movimento dei Paesi Non Allineati dirigere le azioni per l’eliminazione dell’impagabile debito esterno che devono sopportare i nostri paesi e per il sollevamento delle misure coercitive unilaterali che affliggono alcuni di noi, che con gli effetti socioeconomici della COVID-19, minacciano lo sviluppo sostenibile dei popoli”.

“Cuba è disposta a condividere le sue esperienze coi paesi del Movimento, a cui siamo uniti con lacci storici di amicizia”.

“Per Cuba la sfida è stata enorme. Mesi prima che si diffondesse la pandemia della COVID-19, affrontavamo già una recrudescenza brutale della politica di blocco economico, commerciale e finanziario degli Stati Uniti, diretta a strangolare totalmente il nostro commercio e l’accesso ai combustibili ed alle valute”.

“Con enormi sforzi e sacrifici siamo riusciti a sostenere in quelle condizioni il sistema di Salute Pubblica universale, gratuito e di professionisti consacrati e di alta qualificazione, riconosciuti mondialmente nonostante le campagne di discredito villane e diffamatorie di poderosi avversari”.

“L’opera di anni, dedicando risorse per sviluppare e fortificare la Salute e le scienze, è stata messa a prova e l’evoluzione dell’epidemia in Cuba nei due ultimi due mesi sta dimostrando quanto possono impattare le politiche di investimento sociale nella lotta contro le sfide maggiori e più inaspettate”.

“Lo sviluppo scientifico ci ha permesso il trattamento di successo di diverse malattie trasmissibili, tanto nel paese come in altre nazioni. In questa occasione, l’industria farmaceutica ha intensificato la produzione di medicine di efficacia provata nella prevenzione e confronto della COVID-19 che abbiamo condiviso con altri paesi”.

“In risposta a solleciti ricevuti, 25 nuove brigate di professionisti cubani della salute si sono incorporate nell’ultimo mese agli sforzi di 23 paesi per combattere la pandemia, sommandosi a quelle che prestavano già servizio in 59 Stati, molti di loro membri del Movimento dei Paesi Non Allineati”.

“Cuba non abbandonerà la sua vocazione solidale, benché il governo degli Stati Uniti, per ragioni politiche, continui attaccando ed ostacolando la cooperazione internazionale che offre il nostro paese, fatto che mette in rischio l’accesso ai servizi di salute di decine di milioni di persone”.

“È la nostra responsabilità unire volontà e sforzi per affrontare questa sfida immensa”.

“Diamo impulso alla cooperazione ed alla solidarietà internazionali. L’impegno di tutti sarà decisivo”.

“Facciamolo per il diritto alla salute, alla pace ed allo sviluppo dei nostri popoli, con attaccamento stretto ai principi di fondazione del Movimento. Facciamolo per la vita”, ha concluso Diaz Canel.

da Cubadebate traduzione di Ida Garberi


 

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