Cubainformacion: coraggiosi

Coraggiosi contro il terrore… a Miami

José Javier Benítez, noto come il Bigote cubano, è emigrato a Miami nel 1994. A Cuba si vivevano periodi di estrema privazione e la cosiddetta “Crisi deli Balseros”.

Miami era dominata, come oggi, dall’estremismo di ultradestra. Con una differenza: allora non c’erano internet né reti sociali per diffondere, in modo tanto efficace, la legge della paura.

José ha preso coscienza di cosa fosse il blocco contro Cuba, ascoltando Radio Progreso a Miami, con Francisco Aruca e Max Lesnik ai microfoni.

Entrambi, curiosamente, erano passati da un iniziale attivismo contro il socialismo cubano, a un reincontro politico con Fidel e la Rivoluzione. Ed entrambi hanno sofferto la violenza del cosiddetto “esilio cubano”, compresi diversi attentati.

Il clima di terrore continua tutt’oggi a Miami. Chi osi chiedere nient’altro che la fine delle sanzioni contro Cuba viene subito linciato: si pubblica nelle reti sociali dove vive o lavora e non pochi hanno perso il loro impiego.

Gli artisti o gli atleti cubani sanno che mantenere la loro carriera professionale passa per ripetere il catechismo di “Cuba è una dittatura”.

Per questo motivo, il fatto che progetti contro il blocco come Puentes de Amor o Alianza Martiana, diretti da migranti cubani negli USA, e con cui collabora José Javier Benítez, continuino ad aggiungere seguaci, è un vero traguardo.

Perché non sono solo affrontano la lapidazione fascista. Anche la più severa censura nel “paese della libertà di stampa”.


Valientes contra el terror… en Miami

 

José Javier Benítez, conocido como Bigote Cubano, emigró a Miami en 1994. En Cuba se vivían tiempos de privaciones extremas y la llamada “Crisis de los Balseros”.

Miami estaba tan dominado como hoy por el extremismo de la ultraderecha. Con una diferencia: entonces no había internet ni redes sociales para extender de manera tan eficiente, como ahora, la ley del miedo.

José tomó conciencia de lo que era el bloqueo contra Cuba, escuchando Radio Progreso de Miami, con Francisco Aruca y Max Lesnik en los micrófonos.

Ambos, curiosamente, habían transitado de un inicial activismo contra el socialismo cubano, a un reencuentro político con Fidel y con la Revolución. Y ambos sufrieron la violencia del llamado “exilio cubano”, incluidos varios atentados.

El clima de terror se mantiene hoy en día en Miami. Quien se atreve a pedir nada más que el fin de las sanciones a Cuba de inmediato es linchado: se publica en las redes sociales dónde vive o trabaja y no pocos han perdido su empleo.

Artistas o deportistas de Cuba saben que mantener su carrera profesional pasa por repetir el catecismo de “Cuba es una dictadura”.

Por eso, que proyectos contra el bloqueo como Puentes de Amor o la Alianza Martiana, dirigidos por migrantes cubanos en EEUU, y con los que colabora José Javier Benítez, sigan sumando adeptos, es un verdadero logro.

Porque no solo se enfrentan a la lapidación fascista. También a la más estricta censura en “el país de la libertad de prensa”.

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