Mancanza di medicinali a Cuba: le rigorose e obiettive fonti di El País

José Manzaneda, coordinatore di Cubainformacion

Il blocco economico USA contro il popolo di Cuba, un crimine contro l’umanità, ha, secondo il giornalista Pascual Serrano, alcuni “collaboratori necessari” (1).

Sono i grandi media che, mentre tacciono il crimine (l’asfissia economica di un intero popolo), imputano i danni umani che produce non al criminale, bensì al Governo cubano.

Un esempio da manuale è il reportage del quotidiano spagnolo El País intitolato “La grande potenza non ha medici: genitori di bambini malati denunciano la crisi sanitaria a Cuba” (2). Il testo ci avvicina alle dure storie – senza dubbio reali – degli ospedali dell’Isola a cui non arrivano alcuni farmaci e forniture.

Naturalmente non vedrete nemmeno il più remoto accenno alla causa centrale di tale situazione, si chiami blocco, “embargo” o “sanzioni” da parte degli USA che, in combinazione con gli effetti della pandemia, hanno portato il sistema sanitario cubano in una situazione difficile (3). Né leggerete una parola sulla chiusura, -a causa delle pressioni di Washington su alcuni governi- degli accordi medici internazionali di Cuba, che, per anni, hanno fornito importanti risorse ai centri sanitari dell’isola (4). La causa delle carenze, leggiamo su El País, è – come detta il copione del Dipartimento di Stato USA – “l’inefficienza dello Stato cubano”.

Ma questo giornale non si limita ad agire da necessario collaboratore del crimine tacendolo. Concede anche spazi esclusivi a coloro che lavorano per l’esecutore dello stesso. Vediamo.

Uno: la giornalista che firma il reportsge è Carla Gloria Colomé che, a sua volta, lavora per El Estornudo (5), media finanziato con i fondi federali USA del National Endowment for Democracy (NED), destinati al “cambio di regime” a Cuba (6). Il giornale spagnolo El País, ritenuto “progressista”, si comporta allo stesso modo del conservatore ABC, che assume la redattrice Camila Acosta (7), anch’essa pagata dalla NED, in questo caso attraverso il media Cubanet (8).

Due. Le uniche due persone intervistate nel reportage sono anticastristi di estrema destra, sostenitrici del blocco e delle sanzioni contro Cuba: Lucio Enríquez (9) e Avana de la Torre (10), partecipanti, inoltre, a campagne di intimidazione contro artisti cubani (11). e persone solidali con l’Isola (12). L’ultima delle loro imprese è stata quella di riunire dieci persone a Bruxelles sotto lo slogan “A favore della legge Helms-Burton” (13). Proprio così.

Pascual Serrano ha affermato, pochi giorni fa, che esiste su Cuba un “accordo per delinquere tra il governo USA” e “le grandi società mediatiche” (14). E che queste violano “non solo il diritto del popolo cubano a vivere senza blocco, bensì contro il diritto dei cittadini (…) a ricevere informazioni veritiere”. Queste parole sono state pronunciate a Bruxelles, come testimone davanti al Tribunale Internazionale contro il Blocco a Cuba, un evento sul quale, come era prevedibile, El País non ha riferito una sola parola (15).

Perché questo giornale – che ancora si presenta come “progressista” – preferisce spiegare ai suoi lettori le carenze sanitarie dei bimbi/e a Cuba mediante una giornalista pagato dal governo USA e da due fanatici che difendono e applaudono un crimine condannato da tutta la Comunità Internazionale, ogni anno, all’ONU. Questo è il rigore giornalistico di cui si fa bandiera il quotidiano El País.

Falta de medicamentos en Cuba: las rigurosas y objetivas fuentes de El País

José Manzaneda, coordinador de Cubainformación

El bloqueo económico de EEUU contra el pueblo de Cuba, un crimen de lesa humanidad, tiene, según el periodista Pascual Serrano, unos “colaboradores necesarios” (1).

Son los grandes medios de comunicación que, a la vez que silencian el crimen (la asfixia económica a todo un pueblo), responsabilizan de los daños humanos que produce no al criminal, sino al Gobierno cubano.

Un ejemplo de manual es el reportaje del diario español El País titulado “La gran potencia no tiene médicos: padres de niños enfermos denuncian la crisis de salud en Cuba” (2). El texto nos acerca a las duras historias -sin duda reales- de hospitales de la Isla a los que no llegan ciertos medicamentos e insumos.

Eso sí, no verán ni la más lejana mención a la causa central de dicha situación, llámese bloqueo, “embargo” o “sanciones” de EEUU que, en combinación con los efectos de la pandemia, han llevado al sistema de salud cubano a una difícil situación (3). Tampoco leerán una letra sobre el cierre -por presión de Washington a ciertos gobiernos- de los convenios médicos internacionales de Cuba, que aportaron, durante años, importantes recursos a los centros de salud de la Isla (4). La causa de las carencias, leemos en El País, es –tal como dicta el guión del Departamento de Estado de EEUU- “la ineficiencia del Estado” cubano.

Pero este diario no solo actúa como colaborador necesario del crimen silenciándolo. También otorgando espacio exclusivo a quienes trabajan para el ejecutor del mismo. Veamos.

Uno. La periodista que firma el reportaje es Carla Gloria Colomé que, a su vez, trabaja para El Estornudo (5), un medio financiado por los fondos federales estadounidenses de la National Endowment for Democracy (NED), destinados al “cambio de régimen” en Cuba (6). El diario español supuestamente “progresista” El País actúa de igual modo que el conservador ABC, que contrata a la redactora Camila Acosta (7), también pagada por la NED, en este caso a través del medio Cubanet (8).

Dos. Las dos únicas personas entrevistadas en el reportaje son anticastristas de ultraderecha, partidarias del bloqueo y las sanciones contra Cuba: Lucio Enríquez (9) y Avana de la Torre (10), participantes, además, en campañas de intimidación a artistas de Cuba (11) y a personas solidarias con la Isla (12). La última de sus proezas ha sido reunir a diez personas en Bruselas bajo el lema “En favor de la Ley Helms-Burton” (13). Como lo oyen.

Pascual Serrano decía, hace unos días, que existe sobre Cuba un “concierto para delinquir entre el gobierno de Estados Unidos” y “las grandes corporaciones mediáticas” (14). Y que estas atentan “no solo contra el derecho del pueblo cubano a vivir sin bloqueo, sino también contra el derecho de los ciudadanos (…) a recibir información veraz”. Estas palabras las pronunció en Bruselas, como testigo en el Tribunal Internacional contra el Bloqueo a Cuba, un evento sobre el que, como era de esperar, El País no informó ni media palabra (15).

Porque este diario –que aún se presenta como “progresista”- prefiere explicar a sus lectores las carencias sanitarias de niñas y niños de Cuba mediante una periodista pagada por el Gobierno de EEUU y por dos fanáticos que defienden y jalean un crimen condenado por toda la Comunidad Internacional, cada año, en Naciones Unidas. Este es el rigor periodístico del que hace bandera el diario El País.