Fidel, bolivariano e martiano (III parte)

 Angel Guerra Cabrera https://lapupilainsomne.wordpress.com

chavez fidelFidel ricevette, calorosamente, a Cuba Hugo Chavez, 9 mesi dopo essere uscito dal carcere politico e 4 anni prima di giungere alla presidenza del Venezuela; occasione in cui impressionò, molto favorevolmente, il leader cubano, che così lo espresse. L’ascesa di Chavez a capo dell’Esecutivo (1999) è rimasto come un simbolo della retrocessione che avrebbero sperimentato, negli anni successivi, le politiche neoliberali in diversi paesi di nostra America e dello slancio che avrebbe preso la sua marcia verso l’unità e l’integrazione nel momento in cui si apriva (l’era Chavez ndt).

La prolungata resistenza di Cuba al raddoppiato blocco e al terrorismo, dopo il crollo dell’URSS, con la lucida leadership di Fidel e Raul rese possibile che all’assumere, Chavez, il governo potessero unirsi in stretta coordinazione le risorse umane, politiche e materiali di entrambi i paesi. Alle enormi energie rivoluzionarie che già accumulava il chavismo, il petrolio venezuelano, convertito ora in fonte di giustizia sociale interna, di solidarietà internazionalista e posizionamento geopolitico, si aggiunse lo sviluppo della medicina e dell’istruzione e l’esperienza antimperialista e socialista di Cuba, ciò che farà possibile dar un grande impulso ai processi di cambiamento che cominceranno ad operarsi a breve in diversi paesi latino-caraibici.

Dal loro primo incontro, lo scambio di opinioni, i progetti comuni, i primi risultati raggiunti dalle imprese avviate tra i due uomini forgiarono la stretta e solida amicizia che è già stata osservata, in questo articolo, nelle precise parole del capo della Rivoluzione Cubana.

Chavez era stato l’unico capo di Stato che manifestò il suo rifiuto dell’ALCA al Vertice delle Americhe in Quebec, Canada (2001), una ragione sufficiente, anche se ce ne erano altre e molto potenti, perché gli USA incoraggiassero il colpo di stato dell’11 aprile 2002.

I suggerimenti ed azioni di Fidel, quando ancora Chavez permaneva a Miraflores e non era stato consegnato ai golpisti, e nelle ore successive, furono molto importanti per la fulminante sconfitta del colpo di stato, insieme al coraggio e verticalità del venezuelano e dei suoi collaboratori e la decisa e forte risposta delle masse e militare bolivariana. Questi a loro volta, propiziarono l’estensione e l’approfondimento dei programmi sociali lanciati dalla Rivoluzione Bolivariana con il sostegno di decine di migliaia di medici e professionisti cubani nell’istruzione ed in altre specialità.

Ricordo nitidamente l’entusiasmo con cui Fidel mostrò, a questo giornalista e ad un gruppo di amici messicani, le prime cassette del metodo di alfabetizzazione cubano ‘Yo sì puedo’ destinato al Venezuela, con cui si sradicò l’analfabetismo in quel paese ed in Bolivia, Nicaragua, grandi aree dell’Ecuador e continua ad essere applicato in altri come Messico, Argentina, diversi paesi di Africa e Nuova Zelanda. Senza immaginare, allora, che il metodo sarebbe stato premiato dall’UNESCO, nel 2006, il comandante ci parlò, con aria sognante, delle enormi potenzialità dell’alfabetizzazione nella trasformazione dell’essere umano.

milagroIl ‘Yo sì puedo’ diede luogo all’Operazione Milagro attraverso la quale, con lo sforzo congiunto di Cuba e il Venezuela, si sono operati alla vista circa 4 milioni di persone a basso reddito in America Latina e nei Caraibi.

Nel 2004 Fidel e Chavez costituirono l’ALBA, che ora raggruppa 12 stati, integrata da PETROCARIBE. Nel 2005 fu sconfitta l’ALCA, al Vertice delle Americhe a Mar del Plata, attraverso uno stretto coordinamento tra Kirchner, Chavez e Lula, con l’incoraggiamento ed il sostegno di Fidel sin dai preparativi di quella battaglia.

Evo Morales non aveva ancora raggiunto la presidenza e partecipò, insieme a Maradona e altri leader sociali, alla grande mobilitazione di strada. Un anno dopo la sua elezione fece tremare “l’insostenibile ordine imposto dagli USA”, come ha detto il leader cubano.

L’installazione di governi di sinistra e progressisti in Uruguay, Honduras, Nicaragua, Ecuador, Paraguay ed El Salvador al calore delle lotte popolari, che Fidel aveva previsto, stimolarono l’emergere di inediti sforzi integrazionisti come UNASUR e CELAC, di ispirazione bolivariana, sanmartiniana e martiana.

Tutto ciò sottolinea il decisivo ruolo svolto dalla resistenza di Cuba e della leadership, non solo nazionale ma latino-americana ed internazionale, di Fidel, che ha sempre sostenuto lo sviluppo indipendente, l’anti-imperialismo e l’unità di nostra America.

link alla II parte

Fidel, bolivariano y martiano (III y final)

Por Ángel Guerra Cabrera

Fidel recibió cálidamente en Cuba a Hugo Chávez, 9 meses después de salir del presidio político y 4 años antes de que llegara a la presidencia de Venezuela, ocasión en que impresionó muy favorablemente al líder cubano, que así lo ha expresado. El ascenso de Chávez a la jefatura del Ejecutivo(1999) ha quedado como un símbolo del retroceso que experimentarían en lo sucesivo las políticas neoliberales en varios países de nuestra América y del ímpetu que tomaría su marcha hacia la unidad e integración en la época que se abría.

La prolongada resistencia de Cuba al bloqueo redoblado y al terrorismo después del desplome de la URSS, con el lúcido liderazgo de Fidel y Raúl, hizo posible que al asumir Chávez el gobierno pudieran juntarse en apretado haz los recursos humanos, políticos y materiales de ambos países. A las enormes energías revolucionarias que acumulaba ya el chavismo, al petróleo venezolano, convertido ahora en fuente de justicia social interna, de solidaridad internacionalista y posicionamiento geopolítico, se sumó el desarrollo de la medicina y la educación y la experiencia antimperialista y socialista de Cuba, unidos al genio estratégico y táctico de Fidel y Chávez, lo que haría posible dar un gran impulso a los procesos de cambio que comenzarían a operarse en breve en varios países latino-caribeños.

Desde su primer encuentro, el intercambio de opiniones, los proyectos conjuntos, los primeros logros alcanzados por las empresas emprendidas entre los dos hombres fueron forjando la estrecha y sólida amistad que ya ha sido constatada en este trabajo en las precisas palabras del jefe de la Revolución Cubana.

Chávez había sido el único jefe de Estado que manifestó su rechazo al ALCA en la Cumbre de las Américas de Quebec, Canadá(2001), razón suficiente, aunque había otras y muy poderosas, para que Estados Unidos alentara el golpe de Estado del 11 de abril de 2002.

Las sugerencias y acciones de Fidel, cuando todavía Chávez permanecía en Miraflores y no se había entregado a los golpistas, y en las horas posteriores, fueron muy importantes para la derrota fulminante del golpe, junto a la valentía y verticalidad del venezolano y sus colaboradores y la decisiva y contundente respuesta de masas y militar bolivariana. Estas a su vez, propiciaron la extensión y profundización de los programas sociales lanzados por la Revolución Bolivariana con el concurso de decenas de miles de médicos y profesionales cubanos en educación y otras especialidades.

Recuerdo nítidamente el entusiasmo con que Fidel nos mostró a este cronista y a un grupo de amigos mexicanos los primeros casetes del método de alfabetización cubano Yo sí puedo destinados a Venezuela, con el que se erradicó el analfabetismo en ese país y en Bolivia, Nicaragua, grandes zonas de Ecuador y se continúa aplicando en otros como México, Argentina, varios países de África y Nueva Zelanda. Sin imaginar entonces que el método sería premiado por la UNESCO en 2006, el comandante nos habló con ensoñación de las enormes potencialidades de la alfabetización en la transformación del ser humano.

El Yo sí puedo dio pie a la Operación Milagro mediante la cual, con el esfuerzo conjunto de Cuba y Venezuela, se han operado de la vista cerca de 4 millones de personas de bajos recursos de América Latina y el Caribe.

En 2004 Fidel y Chávez constituyeron el ALBA, que hoy agrupa a 12 Estados, complementado por PETROCARIBE. En 2005 fue derrotado el ALCA en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata mediante una estrecha coordinación entre Kirchner, Chávez y Lula, con el aliento y el apoyo de Fidel desde los preparativos de aquella batalla.

Evo Morales no había llegado aún a la presidencia y participó, junto a Maradona y a otros líderes sociales de la gran movilización de calle. Un año después su elección estremeció al “orden insostenible impuesto por Estados Unidos”, al decir del líder cubano.

La instalación de gobiernos de izquierda y progresistas en Uruguay, Honduras, Nicaragua, Ecuador, Paraguay y El Salvador, al calor de las luchas populares que Fidel había vaticinado, impulsaron el surgimiento de inéditos empeños integracionistas como UNASUR y la CELAC, de inspiración bolivariana, sanmartiniana y martiana.

Todo ello subraya el decisivo papel desempeñado por la resistencia de Cuba y el liderazgo, no solo nacional, sino latinoamericano e internacional de Fidel, que siempre ha abogado por el desarrollo independiente, el antimperialismo y la unidad de nuestra América.

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